La pantalla electrónica del DRV PNK Stadium marcaba 37 minutos del primer tiempo, con el marcador 0-0 entre Inter Miami y Toronto FC por la fecha 33 de la Major League Soccer (MLS), cuando Lionel Messi miró al banco pidiendo el cambio. El ambiente festivo se tiñó de preocupación, más allá del gol del argentino Facundo Farías que sobre el final de los primeros 45 minutos puso la ventaja en el marcador para los dirigidos por Gerardo Martino.

No hubo ninguna acción en la que sufriera un golpe por parte de un rival ni gestos de dolor a raíz de alguna posible lesión muscular, pero el crack argentino se fue caminando despacio, se bajó las medias, se quitó las canilleras y se sentó en el banco de suplentes. Al lado estaba su amigo y compañero Jordi Alba, que unos minutos antes había pedido el cambio por una lesión muscular, en esta caso sí más complicada.

Antes del cierre del primer tiempo, Messi se retiró para la zona de vestuarios acompañado por su guardaespaldas personal con la desazón pintada en su rostro y en el de los fanáticos que estaban en las tribunas. No le habían colocado hielo en ninguna zona de sus piernas, pero claramente ese dolor en el músculo posterior de la pierna derecha que lo obligó a hacerse estudios en Buenos Aires y a quedarse fuera del encuentro ante Bolivia en La Paz volvió a aparecer.

De hecho, parece que estaba previsto que juegue el primer tiempo, pero ni siquiera llegó a ese momento. Martino reconoció un rato más tarde que, tras hablar con los médicos del plantel, no tenía “el mismo pesimismo” que cuando tuvo que reemplazarlo.

Y brindó detalles sobre qué es lo que le molesta en la zona: “En principio, es una cicatriz de una lesión que le molesta. Las imágenes cuando volvió de la Selección Argentina mostraban que no había lesión. No creo que la haya ahora, pero debemos esperar. Hay que ir día a día, ver qué dicen los médicos. Soy cauto con lo que pueda pasar”.

Por el rendimiento que mostró en su tiempo en cancha nada hacía presagiar lo que ocurrió minutos después: se lo vio activo en cancha, buscó conexiones en ofensiva y tuvo dos chances claras de gol: primero, desparramó a dos rivales dentro del área y su remate fue bloqueado cuando tenía destino de gol; después, definió alto de derecha tras recibir un centro preciso de Farías y hacer un paso de ballet para conectar el balón.

La primera palabra oficial la dio Tata Martino que, como es habitual, brindó una entrevista en el entretiempo con la televisación oficial. “Leo y Jordi tuvieron que salir. Fueron dos cambios totalmente inesperados. En las próximas horas los evaluaremos para ver cómo están”, dijo el rosarino ante la consulta de Antonella González, la cronista de Apple TV que sigue al conjunto rosa.

Cerca de los 25 minutos del segundo tiempo, Messi se fue manejando su propio vehículo hacia su domicilio, acompañado por su esposa Antonela Roccuzzo y sus hijos. Ese es un buen indicio, aunque el calendario que se le viene no ayudaría a una buena recuperación: el domingo tiene el clásico frente a Orlando por la MLS como visitante, el miércoles próximo la final de la U.S. Open Cup contra Houston Dynamo y el otro sábado ante New York FC por la MLS nuevamente.

“Tenemos una final, pero de ninguna manera entraran a la cancha si no están en condiciones de hacerlo”, advirtió Martino.

Según reportan desde Fort Lauderdale, la ciudad en el norte de Miami donde están emplazadas las instalaciones del Inter Miami, Leo se someterá a estudios este jueves para evaluar el grado de la molestia que sufre. Y se tendrá un panorama más claro sobre la chance de verlo a jugar el miércoles 27, cuando su equipo enfrente al Houston Dynamo en la final de la US Open Cup.

La gente se fue de la cancha después del cambio de Messi

Una imagen tan icónica como sorprendente fue la que se dio en ese tramo final del encuentro. Porque el estadio DVR PNK que lucía repleto, empezó a presentar claros en sus tribunas. ¿Qué pasó? Había salido Leo Messi, entonces ya nadie tenía nada más que ver.

Ni los goles de los argentinos Facu Farías y Benja Cremaschi -entró en el segundo tiempo para liquidar la historia-, ni tampoco el doblete del finlandés Robert Taylor, que fue justamente quien reemplazó al astro rosarino.

El público empezó a caminar las escalinatas abandonando sus lugares y, en el complemento, ya había bastantes huecos en las butacas del estadio que lució un nuevo sector de tribunas para ampliar su capacidad ante la presencia del mejor futbolista de la historia.

La lesión también repercutió en Buenos Aires, porque el entrenador de la Selección Argentina Lionel Scaloni debe este viernes reservar los futbolistas para la doble fecha de Eliminatorias en la que recibirá a Paraguay, el 12 de octubre, y visitará en Lima a Perú, cinco días después. La presencia de Messi, ahora, es una verdadera incógnita.