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El boletín del primer duelo entre Boca y Racing: la seguridad de Arias para mantener el empate, el vértigo de Barco y los destellos de Cavani

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El Xeneize y la Academia no se sacaron diferencias en la ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores. El conjunto de Fernando Gago resistió gracias a la solvencia de su arquero, mientras que los de Almirón se lamentaron las ocasiones más claras que no pudieron concretar

El primer encuentro terminó sin goles

Boca y Racing protagonizaron un encuentro cargado de tensión en La Bombonera. El Xeneize tuvo el dominio y generó las ocasiones más claras, pero se encontró con la seguridad de Gabriel Arias, la figura de la noche. El conjunto de Jorge Almirón apostó por la sociedad por la banda izquierda compuesta por Frank Fabra Valentín Barco, pero en el complemento lamentó la lesión muscular del Colo, el jugador más desequilibrante en la ofensiva. La jerarquía de Edinson Cavani fue otro de los aspectos positivos en el dueño de casa, aunque la ausencia del gol dejó un sabor amargo en el público local. El uno por uno de un duelo que no tuvo vencedores, ni vencidos.

BOCA JUNIORS

Sergio Romero (6): Casi nulo trabajo por las pocas aproximaciones de Racing a su área. Se mantuvo sereno, intervino lo justo y necesario, buscó agilizar la salida. Contuvo bien un remate de Almendra desde media distancia en el segundo tiempo.

Luis Advíncula (6): Aportó vértigo por el sector derecho y asfixió en la salida a sus oponentes. Además, abrió el campo y fue una opción para profundizar. Generó infracciones. Fue reemplazado por Weigandt a los 20 minutos del segundo tiempo.

Nicolás Figal (5,5): Bastante firme en defensa, elevó un poco su nivel respecto a las últimas presentaciones. Fue vehemente en cada intervención e intentó ser primer pase por el sector derecho.

Marcos Rojo (5): Se movió como líbero y exhibió el ímpetu y voz de mando que lo caracteriza. Se pasó de rosca a los 20 minutos de juego con un manotazo a Maxi Romero, cuando ya tenía la posición ganada, que le pudo haber costado la expulsión. Salió a los 20 minutos del complemento por Zeballos, cuando Almirón rompió la línea de cinco.

Nicolás Valentini (6): Otra muestra de su enorme valía dentro del plantel. Jugó de stopper por izquierda y hasta se proyectó y pisó el área por el sector izquierdo, en el que más lastimó Boca junto a Fabra y Barco. De arriba, implacable. De abajo, cada vez mejor. El juvenil ya es garantía para Almirón.

Nicolas Valentini se lamenta una ocasión desperdiciada. Foto: REUTERS/Agustin MarcarianNicolas Valentini se lamenta una ocasión desperdiciada. Foto: REUTERS/Agustin Marcarian

Frank Fabra (6): Hizo un buen tándem de ataque en el primer tiempo junto a Barco y luego retrocedió en el campo cuando Almirón instauró la línea de cuatro. Correcto en el retroceso, le faltó algo de justeza para definir en los últimos metros. Generó una situación clara con un buscapié que Oroz sacó sobre la línea, no llegó a definir un pelotazo en profundidad de Barco en el que dio una clase de cómo bajar la pelota y en el complemento le faltó llenarse el empeine para direccionar un tiro franco al arco.

Pol Fernández (5): A uno de los capitanes xeneizes le costó encontrarse en la cancha, pero fue voz de mando -pese a que Rojo usó la cinta- y empujó al equipo desde su sector. Se ganó una amarilla tonta por bajar a Almendra sobre el final, que pudo haber significado peligro para el arco de Chiquito Romero por un tiro libre de Juanfer Quintero que dio en la barrera.

Equi Fernández (5,5): Encargado del equilibrio en la mitad de cancha, logró ser eje de la neutralización de la ofensiva académica. Perdió alguna pelota, pero no mermó nunca su esfuerzo. Es uno de esos volantes mixtos que no abundan. Salió a los 20′ ST, pero seguramente tendrá protagonismo en la revancha.

Cristian Medina (5,5): Con la vara muy alta por sus recientes actuaciones, a una de las figuras que tiene Boca este año Racing lo rodeó bien para impedir que generara juego. Así y todo, se encargó de hilvanar algún ataque en el primer tiempo, se sumó a la presión asfixiante de Boca y se mantuvo en cancha todo el juego a tope. Baluarte para el cuerpo técnico.

Valentín Barco (7): El mejor de Boca. Sin demasiadas obligaciones en defensa por la cobertura de Fabra y Valentini, el Colo queda libre para aportar todo su repertorio en la ofensiva. Apuró el córner en el que Cavani convirtió y el árbitro lo anuló por el acomodo del alcanzapelota. Desequilibra en el mano a mano, arrastra marcas, da pelotas claves en profundidad, asiste y se banca las patadas. De confirmarse su lesión muscular, será una baja sensible para la revancha.

El momento de la lesión de Valentín Barco. Foto: REUTERS/Agustin MarcarianEl momento de la lesión de Valentín Barco. Foto: REUTERS/Agustin Marcarian

Edinson Cavani (6,5): Un toque de distinción en la ofensiva. El uruguayo tiene un pie en la cabeza por la potencia con la que ensaya sus testazos (Arias le sacó una muy buena al principio). Baja metros, pivotea de forma fantástica (maravillosa asistencia de pecho a Merentiel), genera superioridad numérica y crea juego. No pierde pelotas. Lucha con los defensores rivales y, por primera vez desde que arribó a Boca, jugó un partido completo. Sigue en alza.

Miguel Merentiel (5,5): Reemplazó a Barco en el inicio del complemento por su lesión. Le sobraron ganas y actitud, le faltó tiza para quebrar el cero en el tanteador. Tuvo la más nítida de Boca en el partido cuando Cavani se la bajó de pecho y remató desviado. Se ganó la amarilla por un planchazo a Rojas.

Lucas Janson (6): Interesantes minutos desde que ingresó por Equi Fernández a los 20 minutos del segundo tiempo. Se ubicó como extremo izquierdo, generó faltas, armó juego y tuvo una de las más claras del partido: recibió por sorpresa a la salida de un tiro libre y enganchó de izquierda al centro para rematar al segundo palo (se fue muy cerca). Un revulsivo de los que le gustan a Almirón.

Exequiel Zeballos (5): Entró por Rojo frente al cambio de esquema propuesto por el DT, con la misión de desbordar y centrar para el doble 9 compuesto por Cavani y Merentiel. No gravitó como en otros partidos. Perdió varios mano a mano, pero lo rescatable es que siempre intentó y hasta se comprometió con el retroceso. Tuvo un tiro sobre el final que le salió a las manos de Arias.

Marcelo Weigandt (6): Ingresó por Advíncula a los 20 del complemento. Refrescó la banda derecha como lateral y cumplió en ataque y defensa. Recuperó alguna pelota y hasta generó alguna infracción en ataque con la que Boca pudo haber roto el cero.

Darío Benedetto (-): Apenas un par de minutos en cancha en los que no llegó a intervenir.

Jorge Almirón (6): El esquema con el que sorprendió al inicio llevó a Boca a dominar completamente el primer tiempo. La lesión de Barco lo perjudicó y, cuando Racing se adelantó en el campo en el segundo tiempo, buscó retomar el protagonismo con una triple modificación que no le funcionó. Quedó la sensación de que su equipo mereció algo más en el primer chico de la serie.

Jorge Almirón se lamentó la ausencia del gol. Foto: REUTERS/Agustin MarcarianJorge Almirón se lamentó la ausencia del gol. Foto: REUTERS/Agustin Marcarian

RACING CLUB

Gabriel Arias (7.5): Fue la figura de la jornada. Con seguridad, solvencia y experiencia sostuvo el empate para mantener la serie abierta. Sus intervenciones ante un cabezazo de Cavani, un disparo de Merentiel, los intentos de Lucas Janson, las proyecciones de Fabra y la última de Exequiel Zeballos fueron determinantes para que el marcador se mantuviera en blanco.

Tobías Rubio (5): Le costó afianzarse en el lateral derecho. La sociedad de Barco y Fabra marcó el desequilibrio por su sector y tuvo que ser reemplazado por Gastón Martirena. Antes del descanso, observó la amarilla luego de una violenta patada contra el Colo.

Leonardo Sigali (7): Experiencia y sacrificio para colaborar en los laterales con sus cierres y resistir la potencia de Cavani. Contagió seguridad y asistió a Rubio en el sector derecho. También fue clave para defender mediante la vía aérea.

Gonzalo Piovi (6.5): Otro de los responsables del 0 a 0. El central se turnó con Sigali para marcar a la leyenda uruguaya, pero tuvo algunas imperfecciones en salida que pudieron complicar a Racing. En líneas generales tuvo un buen partido.

Gabriel Rojas (6): Mejor en la faceta defensiva que en la ofensiva. Una de las apuestas de Gago era sorprender con sus proyecciones, pero no logró generar peligro por su banda. El aspecto positivo fue ganarle el mano a mano a Advíncula.

Jonathan Gómez (6.5): Pilar clave del mediocampo. Si bien en el primer tiempo sufrió la presión de Boca, en el complemento logró acomodarse para adueñarse de la pelota y ordenar a Racing. Le faltó profundidad.

Jonathan Gómez escapa de la marca de Cristian Medina. Foto:  REUTERS/Agustin MarcarianJonathan Gómez escapa de la marca de Cristian Medina. Foto: REUTERS/Agustin Marcarian

Aníbal Moreno (7): Cuando Boca dominaba, era uno de los responsables en contener el ataque adverso. Siempre se mostró como una alternativa para la salida limpia desde el fondo, manejando los dos perfiles. De lo mejor de Racing.

Nicolás Oroz (7): Jugó como interno para marcar y generar. En el primer tiempo tuvo una intervención clave para evitar el gol de Boca que valió como un tanto propio. Su salvada desafió a la física, ya que se había quedado sin ángulo para despejar al córner. Y el ex Chacarita lo logró. También abasteció a Maxi Romero, aunque el delantero no lo haya podido capitalizar.

Agustín Ojeda (6): Trapito nunca pudo ganar en el mano a mano y en varias ocasiones no pudo seguir a su marca en el retroceso. Su velocidad fue una herramienta para los contragolpes, pero se lo vio muy aislado. Le faltó compañía en el ataque.

Maximiliano Romero (4.5): En partidos en los que el rival se muestra superior, las pocas ocasiones que tiene el delantero las tiene que aprovechar. Y el ex PSV no lo consiguió. La ausencia de dominio de la pelota en la asistencia que le brindó Oroz pudo ser una clara ocasión para que Racing se llevara la victoria de La Bombonera. Y el cabezazo que no logró impactar con precisión en el final no le generó ningún inconveniente a Chiquito Romero. Lo único positivo fue el sacrificio defensivo.

Gabriel Hauche (5): El Demonio no tuvo su mejor noche. Se mostró previsible en sus escasas intervenciones en ofensiva y tampoco retrocedió para generar juego. Cuando fue reemplazado por Juanfer Quintero, Racing tuvo mayor protagonismo.

Gastón Martirena (6): Su ingreso en el complemento resolvió algunas dudas que arrojaba la defensa albiceleste por el sector derecho. La lesión de Barco también influyó en el cambio de esquema de Boca. También cumplió con algunas proyecciones en ofensiva que no lograron incomodar a Sergio Romero.

Juan Quintero (6): Reemplazó a Hauche y le dio más presencia a la gestación de juego de Racing. Tuvo un tiro libre que pudo cambiar la historia, pero su remate rebotó contra la barrera. No se dejó influenciar por el destrato que recibió de los hinchas en La Bombonera.

Juanfer Quintero volvió a La Bombonera. Foto: REUTERS/Agustin MarcarianJuanfer Quintero volvió a La Bombonera. Foto: REUTERS/Agustin Marcarian

Agustín Almendra (5.5): Fue el más silbado de la noche, pero no se dejó intimidar. Reemplazó a Nicolás Oroz en el complemento y se mostró comprometido. También probó de media distancia con un remate que desactivó Romero.

Santiago Quirós (-): Ingresó a los 92 minutos en lugar de Trapito Ojeda para defender los envíos aéreos que caían en el área de la Academia.

Fernando Gago (5.5): El empate fue un premio al sacrificio, pero el planteo de Boca lo superó. Sostuvo el resultado que conformó a Racing gracias a la individualidad del arquero y la línea defensiva. En el Cilindro de Avellaneda deberá tener una propuesta más ambiciosa.

Fernando Gago se queja de un fallo arbitral. Foto: REUTERS/Agustin MarcarianFernando Gago se queja de un fallo arbitral. Foto: REUTERS/Agustin Marcarian

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River Plate hizo oficial la venta de Franco Mastantuono al Real Madrid: se irá tras el Mundial de Clubes

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El Merengue finalmente se quedó con la joya argentina que buscaban los principales clubes de Europa

La novela finalmente terminó. Una promesa de River Plate, que rompe récords y llama la atención de todo el continente, se marcha al Real Madrid, el club que ha transformado la exportación de talento joven en una política de Estado. Franco Mastantuono, a los 17 años, rubricó con su presente un destino reservado solo para unos pocos elegidos.

Los grandes de Europa se codearon por su fichaje, pero fue el Real Madrid quien logró imponerse frente a la tentación que proponía el PSG, reciente campeón de la UEFA Champions League, que incluso desplegó a su director deportivo Luis Campos en Buenos Aires para seducirlo. Tal como anticipó Infobae, el futbolista ya había realizado la revisión médica y acordado un contrato con la institución merengue por seis temporadas (hasta 2031).

En su anuncio, el conjunto de Núñez también aclara que el resto del dinero se dividió de la siguiente manera: € 11,8 millones (USD 13,6 millones) al fisco español, € 1,4 millones (USD 1,6 millones) a Futbolistas Agremiados, € 0,9 millones (USD 1 millón) a Fondos Estructurales AFA, € 3,6 millones (USD 4,1 millones) por el Decreto 510/2023 y € 0,5 millones (USD 0,6 millones) por otras tasas.

La Casa Blanca, por su parte, no profundizó en cuanto a los números de la operación a la hora de anunciar la contratación de la joven joya argentina. “El Real Madrid C. F. comunica que Franco Mastantuono será jugador de nuestro club durante las próximas seis temporadas, desde el 14 de agosto de 2025 hasta el 30 de junio de 2031. Mastantuono se formó en la cantera de River Plate entre 2019 y 2024, y ha formado parte del primer equipo en la pasada temporada 2024-2025. En febrero de 2024, se convirtió en el goleador más joven en la historia de River Plate, equipo con el que ha ganado una Supercopa de Argentina. A sus 17 años, también es el jugador más joven en jugar un partido oficial con la selección de Argentina en toda su historia”, informó.

En el desenlace de su traspaso, otro nombre merece un apartado: Juni Calafat. Para comprender la dimensión de este pase, hay que entender la relevancia que el directivo español tiene en la estructura del Real Madrid. Calafat, de 52 años, Chief Scout y Director de Fútbol Internacional, fue el protagonista silencioso detrás de los fichajes de Vinicius Jr., Rodrygo, Fede Valverde, Militao, Camavinga, Bellingham y Arda Güler, entre otros. Su metodología no reside únicamente en el análisis técnico y el seguimiento de videos, sino en el vínculo personal, la empatía con las familias y la capacidad de interpretar el entorno sudamericano mejor que nadie en Europa.

La intervención de Calafat fue determinante en la puja con el PSG. Ante la avanzada del club francés, el Real Madrid aceleró y envió a Buenos Aires a su principal estratega. El español tomó contacto con el entorno íntimo de Mastantuono, ofreció más que un proyecto deportivo, y tejió el mismo lazo de confianza que supo emplear en anteriores operaciones exitosas. Su presencia, además de ser una declaración de intenciones, inclina hacia el club blanco a casi cualquier talento sudamericano codiciado en el continente.

Fuentes de la negociación indican que Juni fue el principal interlocutor en la fase clave de las charlas con el representante Walter Tamer y la familia Mastantuono. Por eso, el joven acordó un contrato hasta 2031 con el Real Madrid, en una de las operaciones más resonantes de la historia reciente millonaria.

LA HISTORIA DE FRANCO MASTANTUONO:

El informe de Franco Mastantuono en España

La historia de Mastantuono es, ante todo, la de un chico que respiró deporte desde la cuna. Nació el 14 de agosto de 2007 en Azul. Cristian, su padre, fue su guía en los primeros pasos futboleros en River de Azul, la escuelita donde empezó a codearse con la pelota a los tres años, mientras en su casa compartía juegos y rutinas con su madre Sofía y sus hermanos Lucila y Valentín.

Lo extraordinario de su formación radica en que su destino parecía bifurcarse entre dos disciplinas: el fútbol y el tenis. Durante varios años, Franco dividió sus energías entre la genética de un mediocampista incisivo y los movimientos técnicos de un tenista entre los mejores Sub 12 del país. Sus entrenadores en el club Azul lo recuerdan como un talento innato, con una capacidad poco común para resolver situaciones complejas. Físicamente ágil, mentalmente predispuesto y con una táctica asombrosa para la edad, Mastantuono parecía destinado al alto rendimiento sin importar el deporte que eligiera. Ocupaba desde muy chico el top 10 de los juveniles de su categoría, venció a varios de los mejores proyectos nacionales y dejó a los técnicos con la sensación de que en la raqueta también había nacido para estar entre los mejores.

Eligió el fútbol finalmente, no porque el tenis lo haya vencido, sino porque su vocación por la pelota y el césped fue más fuerte. River Plate, a través de un trabajo paciente de su captador Daniel Brizuela, convenció a la familia con argumentos deportivos e institucionales sólidos: “Fue una pulseada de dos años con la familia. Él seguía destacándose en el tenis y nos decían que el fútbol era un juego, pero cuando lo vimos supimos que teníamos que traerlo”, rememoró el encargado de llevárselo a Núñez.

Su llegada formal a River fue en 2019, a los 12 años, aunque la seducción de los cazatalentos millonarios había comenzado antes. En su debut, en la última fecha de una liga local y con apenas un par de entrenamientos en el lomo, jugó como si ya llevara años en el club, contribuyó al título del equipo y rápidamente convenció a todos.

Franco Mastantuono brilló desde susFranco Mastantuono brilló desde sus inicios con la camiseta de River Plate

Pocos futbolistas en la historia reciente del fútbol argentino irrumpieron con tanta naturalidad en todas las categorías como Mastantuono. Inicialmente, la zurda exquisita sobresalió en la Séptima y la Octava División, donde no solo fue goleador sino capitán y líder del grupo. Su eventual salto a las Juveniles nacionales llegó rápido: convocado a la Sub 17 y hasta fue llamado por Javier Mascherano a la Sub 20 a los 15 años.

Ya en el club de Núñez, técnicos como Martín Pellegrino y Pablo Fernández coincidieron en cuestiones clave: Franco reúne atributos técnicos superlativos y una mentalidad de competencia fuera de lo usual. Describe Pellegrino: “Es muy vertical, determinante en el uno contra uno, con una pegada formidable; de los que no ves todos los días. Hace rato que no veía a alguien golpear la pelota así”. Fernández, por su parte, le sumó: “Es líder natural, tranquilo, pero de gran personalidad. Y tiene recursos para llegar al gol de todas las formas: pelota parada, media distancia, cabeza”.

La racha de récords, en consecuencia, se dio de manera natural. El 28 de enero de 2024 debutó en Primera frente a Argentinos Juniors, con solo 16 años, 5 meses y 14 días, tercero más joven en estrenarse en el club después de Mateo Mussachio y Tomás Rossi. Apenas un par de semanas después, marcó de zurda un gol ante Excursionistas y se convirtió en el goleador más joven de la historia de River. Luego, su sello ganador se desparramó por todo Sudamérica: en abril de ese año anotó en su primer partido de Copa Libertadores en Asunción, transformándose en el más joven en lograrlo con la camiseta millonaria. Y la obra cumbre: su gol de tiro libre a Boca en el último Superclásico, que le dio a River una victoria memorable y a él el privilegio de ser también el más joven con la banda roja en anotar en ese partido con apenas 17 años, 8 meses y 13 días.

Mientras tanto, en Selección Argentina, la estadística y la historia se rindieron a sus pies. Scaloni lo citó a la Mayor y lo hizo debutar en un partido oficial a los 17 años, 9 meses y 22 días, quedando como el debutante más joven de la historia en ese contexto, superando récords previos de Alejandro Garnacho y Facundo Buonanotte.

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19:20: La pantalla muestra la llegada de Argentina. Primera explosión en un estadio Monumental que comenzaba a llenarse.

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La selección de Scaloni mostró carácter en un juego complejo, supo sobreponerse a la desventaja y con uno menos, por la expulsión de Fernández, llegó al empate 1-1.

En un partido cargado de tensión en la previa y que terminó con empujones y muchos nervios, Argentina y Colombia empataron anoche 1-1 en el Monumental por la fecha 16ª de las eliminatorias de Conmebol.

La igualdad premió al campeón del mundo, que nunca bajó los brazos y que cuando se vio en desventaja fue al frente, buscó el gol y no disminuyó en su esfuerzo hasta conseguirlo.

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La calculadora de las Eliminatorias Sudamericanas: quiénes pueden obtener su clasificación al Mundial 2026 en esta fecha

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Hay varias selecciones que podrían sellar su boleto a la próxima Copa del Mundo

Las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial 2026, que se celebrará en Estados Unidos, México y Canadá, se encuentran en su etapa decisiva. Este martes 10 de junio, la fecha 16 podría definir la clasificación directa de varias selecciones, entre ellas EcuadorParaguay y Brasil, dependiendo de los resultados de sus respectivos encuentros y de otros partidos clave.

Ecuador y Paraguay, que ya tienen asegurado el repechaje, podrían confirmar su clasificación directa al Mundial si logran una victoria en sus respectivos partidos contra el combinado incaico y la Canarinha, siempre que Venezuela no gane su encuentro. En caso de que la Vinotinto pierda, un empate también sería suficiente para que ambas selecciones aseguren su lugar sin necesidad de disputar el repechaje.

El cronograma de la fecha 16 de las Eliminatorias Sudamericanas

Por su parte, Brasil, que aún no garantizó su posición entre los siete primeros clasificados, necesita vencer al elenco guaraní para asegurarse, al menos, el repechaje. Si además los venezolanos pierden su partido, el equipo dirigido por Carlo Ancelotti obtendría automáticamente su pase directo al Mundial. Incluso en caso de una derrota ante los paraguayos, el Scratch podría asegurar un lugar en la repesca si Bolivia pierde.

La misma situación que Uruguay corre para Colombia. Con 21 puntos, la selección cafetera se garantizará un puesto en la repesca si logra vencer a la Albiceleste, en condición de visitante y quedaría a un pequeño paso de confirmar su pasaje a Norteamérica.

Más abajo y con menos probabilidades de clasificación aparecen BoliviaChile y PerúLa Roja y la Verde tendrán un duelo clave en las aspiraciones de cada uno, en el que un empate no le sirve a ninguno de los dos. A los dirigidos por Ricardo Gareca, que la única forma que tienen de acceder al Mundial es por la vía del repechaje, solo le vale una victoria y esperar que Venezuela no gane. Por su parte, el elenco boliviano podría quedar eliminado en caso de perder y que la Vinotinto obtenga los tres puntos.

El combinado incaico solo tiene una esperanza: terminar séptimo y entrar a la repesca. Opción que puede quedar descartada si el elenco venezolano se impone ante la Uruguay de Bielsa. Con este panorama, se puede dilucidar que Venezuela será el gran juez de esta jornada.

Vale recordar que la única selección sudamericana que ya tiene su boleto sellado es la Argentina, que se encuentra clasificada hace tiempo y que además tiene asegurado el primer puesto.

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