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Economia

Un nuevo impuesto y el “Dólar soja 4”, los atajos de Massa para no devaluar

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El FMI desembolsaría unos US$ 4.000 millones pero pide un ajuste en el dólar oficial. En cambio, en ministro plantea un tipo de cambio especial para el campo o un impuesto que desaliente importaciones.

Con las reservas netas del Banco Central en el plano negativo, con el tipo de cambio atrasado en 25% y teniendo que pagarle al Fondo Monetario Internacional US$ 2.613 millones el 31 de julio, es poco el margen de Sergio Massa para no llegar a un acuerdo con el organismo.

Si bien el Gobierno podría pagarle al FMI porque la liquidez “disponible”, según el cálculo de la consultora Quantum, llega a US$ 2.920 millones, hacerlo dejaría al Central más desprotegido aún de lo que está en materia de reservas.

Las versiones que circulan por el mercado financiero giran en torno a que finalmente el FMI desembolsaría US$ 4.000 millones para facilitar el pago del Gobierno a cambio de que el ministro de Economía se comprometa a tomar, por lo menos, dos medidas: un impuesto para frenar importaciones y otra versión del “Dólar soja” (¿$ 360?) para favorecer la liquidación de exportaciones de esa oleaginosa y del maíz.

Por un lado se aplicaría una devaluación sectorial, tratando de evitar un salto cambiario del dólar oficial que impactaría en la inflación (este mes según pronóstico de Eco Go estaría en 6,6% y con la carne planchada) y, por el otro, un freno adicional a las importaciones tratando de mejorar la recaudación impositiva.

¿Alcanzará? En Economía fantasean con que los US$ 4.000 millones del FMI y una autorización adicional para utilizar US$ 5.000 millones del swap de China, Sergio Massa lograría transitar su campaña electoral a presidente sin sobresaltos cambiarios.

En ese sentido, el gobierno cuenta con un dato a favor: ninguno de los candidatos de la oposición está proponiendo una mega devaluación aunque propios y ajenos saben que el dólar oficial está atrasado y que será necesario un salto cambiario, probablemente, antes de fin de año, para favorecer la liquidación de divisas de las exportaciones del complejo agro-industrial.

¿Cuándo? Desde ya que no hay fecha ni nadie lo puede definir, pero los técnicos ahora arriesgan en el trimestre octubre-diciembre. ¿Y, hasta tanto, qué?

La cobertura frente a una posible devaluación se transformó en una tarea compleja y sensible porque si bien todos creen saber lo que pasará, es muy difícil predecir cuándo.

Quien hoy decida pasar los pesos a dólares se estará perdiendo la tasa de 97% anual (efectiva es de 156,28%) que se consolida como refugio de ahorristas y del capital de trabajo de las empresas que les costaría carísimo dolarizar en el corto plazo.

El aumento exponencial de los depósitos a plazo fijo tiene su correlato vis a vis con la escalada del stock de Letras de Liquidez (Leliqs) colocado a 28 días de plazo.

El juego monetario ingresó en un vértigo importante a partir , como dice un informe de abeceb, de que “el Central ha vuelto a emitir en forma intensa. En 30 días los adelantos transitorios al Tesoro crecieron más de 30%.

El Central emite con más intensidad y los que perciben los pesos (sector público y privado) los colocan a plazo fijo y los bancos le prestan esa plata al Central a cambio de Leliqs de corto plazo que le permiten equilibrar las cuentas y mostrar ganancias.

Los pesos salen y terminan en el Estado en el medio del accionar de los tenedores de pesos y ahorristas que buscan cubrirse temporalmente hasta que llegue una devaluación.

En el medio, la elevada inflación hace su trabajo haciendo caer el poder de compra de asalariados, jubilados, pensionados y cualquier otra persona que perciba un ingreso fijo o que se actualice por trimestre o cuatrimestre.

Siguiendo a abeceb, los trabajadores informales perdieron 40% de su salario real y los formales, 20%“.

Pero en medio de la búsqueda de cobertura y dólares baratos pasan cosas insólitas.

Desde hace tiempo la Argentina es ese país insólito con el lugar común de que los departamentos se pagan al contado y en dólares billete por falta de crédito, y un par de zapatillas en cuotas por el altísimo precio de la indumentaria y lo deprimido de los ingresos. En los últimos meses, esa dicotomía se profundizó.

Hay clientes de concesionarias que van a comprar un auto 0 KM con dólares contantes y sonantes y no les aceptan ni la seña por no querer comprometerse a una fecha de entrega.

El paso siguiente, obvio, es que aparece un 0KM de un supuesto oferente que propone un sobreprecio exorbitante. Es sólo un ejemplo.

La búsqueda de sustitutos de dólar baratos (mayorista en $267 cuando el blue está en $519) y el cepo, que determina la falta de competencia, favorece los negocios de los intermediarios que le prenden todos los días una vela a los políticos partidarios de echarle nafta a la inflación y expandir el consumo en una economía cerrada.

La cobertura cambiaria comprando bonos y letras del Tesoro indexados por la inflación o atados a la variación del dólar oficial también está a la orden del día pero todo a cortísimo plazo.

En los títulos públicos, tanto en pesos como en dólares o indexados, siempre pesa el fantasma de la reprogramación y el mercado se muestra prudente porque es el Tesoro el que está como supuesto garante.

La contracara son las obligaciones negociables y los bonos dolarizados de empresas privadas que ganaron atractivo al considerarlos más confiables que los públicos.

El nivel alto de desconfianza en el crédito público cuesta caro y llevará mucho tiempo darlo vuelta.

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Por qué la acumulación de reservas es clave para bajar el riesgo país, según analistas

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El ministro de Economía, Luis Caputo, sostuvo que no hay que preocuparse por la meta de acumulación con el FMI, pero varios economistas advirtieron que la compra de divisas mejoraría este indicador clave

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Con más demanda estacional de pesos, el tipo de cambio enfrenta presiones a la baja en diciembre

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En noviembre se notó una caída notoria en la cantidad demandada de dólares. El Central relajó los encajes para satisfacer la necesidad de moneda local y se espera que el sector privado venda divisas para afrontar el medio aguinaldo y las fiestas

Las próximas semanas tendrán un fuerte incremento de la demanda de dinero, como sucede en cada fin de año. La combinación del pago del medio aguinaldo y los gastos de las fiestas provocan este fenómeno, que según los expertos implica un aumento estacional de la cantidad de pesos equivalente a 10% de la base monetario. Esto implica una suba en pocas semanas cercana a $4 billones.

Las necesidades de pesos se pueden abastecer de distinta manera. El Banco Central ya alivió la semana pasada la exigencia de encajes a los bancos, lo que libera fondos. De hecho, en las últimas horas muchas entidades salieron a ofrecer adelantos de corto plazo para que las empresas puedan enfrentar el pago del medio aguinaldo a mediados de mes.

También es factible que aumente la venta de dólares luego de compras récord en los últimos meses. Desde que se abrió el cepo cambiario las compras del público e indirectamente de las empresas superaron los USD 35.000 millones en todo concepto. En octubre, mes electoral, la demanda de dólares neta de libre disponibilidad fue de USD 4.000 millones.

La semana pasada el Tesoro norteamericano confirmó que vendió USD 2.500 millones previo a las elecciones para calmar el tipo de cambio y defender el techo de la banda. Se trató de una intervención inédita que cumplió su objetivo. Ahora recompró esas divisas pero le otorgó al Central un swap de monedas por una cifra equivalente para que no hubiera impacto en el nivel de reservas.

El aumento de la demanda de pesos y la presión a la baja del tipo de cambio es un arma de doble filo. Sucede que puede dar la falsa idea de una situación controlada, que puede llevar a una expansión de dinero exagerada con el objetivo de impulsar el nivel de actividad.

El equipo económico quiere evitarEl equipo económico quiere evitar una expansión descontrolada de pesos, pese al crecimiento de la demanda. REUTERS/Matias Baglietto

Esto ya ha sucedido en otros períodos, incluso en los gobiernos de Alberto Fernández y también de Mauricio Macri. Todavía se recuerda la decisión del macrismo el 28 de diciembre de 2017 de aumentar el objetivo de inflación para el año siguiente, acompañado de una baja de tasas y mayor expansión monetaria. A los pocos meses estallaba la crisis cambiaria que terminó con un salvataje récord del FMI.

Para fin de año y sobre todo en enero se espera que crezca la demanda de dólares para turismo y en particular para hacer frente al pago de la tarjeta en el caso de los que viajaron al exterior. Pero, más allá de la evolución del dólar en el corto plazo, en el mercado no terminan de ponerse de acuerdo sobre lo que podría ocurrir en 2026.

Según un informe para inversores de Delphos Investment, el tipo de cambio real tendería a mantenerse estable el año próximo. “De hecho el mercado no cree que el techo de la banda permanezca con un ajuste del 1% mensual, como promete Economía, sino que aguarda un incremento del orden del 2% por mes”, señalaron.

Por su parte, Fernando Marengo, economista jefe de Black Toro, opinó que el escenario más probable es el de una apreciación del tipo de cambio: “Si se mantienen estos niveles de confianza van a entrar más dólares por la cuenta capital. Esto va a generar que el dólar tienda a caer y allí se verá en qué nivel el Tesoro o el Central están dispuestos a comprar, pero no debería ser muy lejos de los $ 1.400. Hoy el problema que tenemos por delante no es que el tipo de cambio toque el techo de la banda, sino que caiga rápido”.

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La inflación volvió a quedar por encima de 2% en noviembre, según consultoras privadas

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Las mediciones de alta frecuencia de las consultoras proyectaron un rango de entre 2,3% y 2,5% para el mes anterior. La estrategia de recorte de subsidios del Gobierno

Terminó noviembre y las consultoras privadas difundieron sus relevamientos de inflación en un mes en el que el Gobierno levantó el pie en los subsidios económicos al transporte y los servicios públicos, a lo que se suma el aumento de la carne, lo que impactaría de lleno en el indicador mensual.

Con la confianza que le dieron las urnas, durante el mes pasado el Gobierno primero autorizó un incremento en las boletas de luz y gas del 3,8% promedio y luego en el caso de los colectivos que entran y salen de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) un aumento de casi el 10%. Frente a estos movimientos, las consultoras privadas estiman que la inflación de noviembre se ubicará entre el 2,5% y 2,3%. De confirmarse este último dato, se ubicaría por segundo mes consecutivo en el mismo nivel.

La inflación de octubre fueLa inflación de octubre fue de 2,3%, según el Indec.

Desde Equilibra estimaron que el IPC Nacional subió 2,5% impulsado por Regulados (3,3%) y el componente Núcleo (+2,4%), “tras subas significativas en Carnes (4,5%) que impulsaron el rubro de Alimentos y bebidas no alcohólicas (2,8%)”. “Los Regulados (naftas + tarifas) lideraron (+3,3%) y el rubro Carnes subió 4,5% (la Vacuna trepó 5,7%), impulsando AyB no estacionales 2,8% (máximos desde abril). La estabilidad cambiaria trajo calma en bienes del Resto del IPC Núcleo (2,2%)”, especificó Gonzalo Carreras, economista de la consultora.

Si bien la carne ya venía acelerándose desde octubre, en noviembre profundizó esa tendencia y le dio un impulso significativo al rubro de alimentos consumidos en el hogar (que es el de mayor ponderación), que aumentó 2,6% en el mes, por encima del promedio. “El alza del rubro no fue mayor aún debido a una baja de 12 % en las verduras, que constituyen un componente estacional; en otros componentes también hubo algo de moderación con respecto a octubre”, destacó.

Equilibra registró un incremento deEquilibra registró un incremento de la inflación a 2,5% en noviembre.

Otro contrarresto vino por el Cyber Monday. El evento de ofertas virtuales derivó en una reducción de precios en varios rubros durante la primera semana del mes, con particular impacto en equipamiento del hogar, en donde se incluyen diversos electrodomésticos. En lo que hace a servicios regulados, transporte público, electricidad y gas mostraron alzas superiores a las de meses previos.

Un diagnóstico más “optimista” tuvieron en la consultora LCG. Según sus estimaciones, la inflación de noviembre se ubicará en torno al 2,3% nuevamente. En el relevamiento de precios de alimentos y bebidas registraron un incremento del 3,3%. Con una tendencia de fuertes aumentos en las primeras semanas. Siendo la misma proyección general que tienen en Analytica.

Por su parte, el sondeo de Fundación Libertad y Progreso registró una suba de 2,3%. “Con este resultado, la inflación acumulada en el año alcanzaría el 27,7%, mientras que la variación interanual se ubicaría en 31,2%, consolidando veintiún meses consecutivos de desaceleración”, aseguraron desde el think tank liberal.

“A lo largo del mes, la dinámica semanal mostró comportamientos dispares. La primera semana arrancó con un salto del 1,0%, explicado en gran parte por el aumento de precios regulados que, en línea con los meses anteriores, volvieron a traccionar al alza: las prepagas aumentaron alrededor de 2,1% y el transporte registró un avance del 4,1%. Luego, el ritmo se moderó, con incrementos de 0,2% y 0,1% en la segunda y tercera semana, respectivamente, mientras que la última semana cerró con una suba similar a la inicial”, reza el informe.

Para la Fundación Libertad yPara la Fundación Libertad y Progreso, la inflación se mantuvo en 2,3% en noviembre.

En el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que publicó el Banco Central de la República Argentina (BCRA), la mediana de las consultoras encuestadas indicó que en noviembre la inflación sería del 1,9%. Para diciembre anticiparon un 2%; recién en enero de 2026 comenzaría la desaceleración. Vale destacar que las proyecciones se publicaron antes de que el Gobierno oficializara los aumentos en los servicios públicos. El dato oficial del mes previo se dará a conocer el jueves 11 de diciembre por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

La estrategia de recorte

No obstante, todavía quedan precios de la economía atrasados, según la consultora Invecq. “Pese a que haya habido avances significativos —especialmente en el 1.º cuatrimestre de 2024, antes de que el Gobierno comenzara a priorizar la desinflación—, el proceso de realineamiento continúa incompleto. Comparando la estructura vigente con la del 1.º semestre de 2019 —última etapa previa de orden macroeconómico—, la ‘inflación reprimida’ asciende a 4,2 puntos. Los mayores ajustes pendientes se concentran en servicios públicos“, destacaron en un reporte.

Para la consultora Invecq hayPara la consultora Invecq hay atraso en 14 rubros.

Entre los segmentos con retrasos de entre 30 % y 40 % figura “Energía eléctrica y gas”, seguido por Transporte entre un 30 % y 20 %, al igual que Teléfono e internet y combustibles. Sobre esta última variable clave de la economía, un informe de Energía y Economía expuso que Caputo resignó ingresos por más de USD 2.100 millones al no aplicar las actualizaciones correspondientes del impuesto a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono en lo que va del año.

Este se oficializó un aumento del 4,3 % (2,3 % por inflación y 2 % por recorte de subsidios) en colectivos, subtes y peajes en CABA; mientras que en la provincia de Buenos Aires se autorizó una suba del 14,8% en colectivos. En simultáneo, el Gobierno oficializó otro incremento en las boletas de luz y gas promedio del 2,8%. Lo que revela la convicción del ministro de Economía, Luis Caputo de avanzar con la estrategia de recorte de subsidios, tal como pactó con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

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