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Salud

Sorprende a los médicos la magnitud de un daño que es previo a la diabetes tipo 2

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Surgió en el reciente Congreso Nacional de Cardiología. En 4 de cada 10 casos ya había daño cardíaco y advierten que el gran desafío es combatir la obesidad.

Uno de cada diez argentinos mayores de 18 años sufre diabetes. Pero hay algo que complica más el cuadro y que sorprende a los médicos por su magnitud: el 40 por ciento de los pacientes presentan daño cardíaco previo al desarrollo de la diabetes tipo 2.

El dato quedó en evidencia en el reciente Congreso Nacional de Cardiología realizado en Mendoza por la Federación Argentina de Cardiología. El foco allí estuvo puesto no sólo en el obvio esmerilado de la salud individual que esto representa, sino también en la dimensión de un costo sanitario que la falta de prevención multiplica escandalosamente.

Uno de los expertos que participó de ese encuentro es Gustavo Alcalá, cardiólogo del Centro Integral de Medicina de Alta Complejidad de San Juan, que explicó cómo fue la génesis de esa medición y abundó en detalles cuyos caminos conducen a la madre de todas las batallas: la obesidad.

“Argentina participó de un registro internacional, inmediatamente antes de la pandemia, de pacientes con diabetes, ambulatorios, para evaluar si tenían la enfermedad cardiovascular diagnosticada, y cuatro de cada diez ya la tenían desde antes. Eso fue una sorpresa, todos esperábamos menos”, cuenta Alcalá.

El cardiólogo dice algo que también se vio reflejado en una nota reciente de Clarín, basada en una encuesta a pacientes diabéticos que indicaba cuáles eran sus principales preocupaciones. Alcalá corrobora: “El diabético siempre piensa en sus retinas, en sus pies, cuánto tiene de azúcar en sangre hoy, y el 80 por ciento de las complicaciones y de los gastos en diabetes son por enfermedad cardiovascular”.

Gustavo Alcalá, cardiólogo del Centro Integral de Medicina de Alta Complejidad de San Juan.Gustavo Alcalá, cardiólogo del Centro Integral de Medicina de Alta Complejidad de San Juan.

“En muchos casos esto empezó con la obesidad, cuando la diabetes aún no se había detectado. Entonces se requiere de un cambio radical de estrategia: el problema del diabético no es el azúcar. El problema es que no puede bajar de peso. El 90 por ciento de los diabéticos es obeso”, agrega el experto.

Dentro de este panorama es clave cómo se orienta la inversión y el gasto en salud. Básicamente, si ésta se perfila a habilitar un modo más eficiente de evitar el desarrollo de enfermedades prevenibles, o reproduce el paradigma que permite que la epidemia avance hasta que no queda más remedio que atajar a las víctimas en los hospitales.

“Santiago de Chile ha hecho un cálculo de cuánto les cuesta un diabético sin ninguna complicación: 7 millones de pesos chilenos (8.400 dólares); si tiene problemas de circulación en los pies ya le cuesta 9 millones; si padece un ACV, 16 millones; con un infarto de miocardio, 17 millones; si tiene insuficiencia cardíaca, 25 millones; y si entra en diálisis, 60 millones”.

Es decir, a medida que avanza la enfermedad los costos para el sistema de salud se pueden multiplicar hasta casi 9 veces. “Este inconveniente de la complicación cardiovascular -en general obstrucciones arteriales- está convirtiéndose en una bomba de tiempo económica. Chile diagnóstica 97 mil nuevos diabéticos cada año, y si no cambia nada en el tratamiento y no previenen, les van a costar 836 millones de dólares cada grupo de nuevos diagnosticados por año”.

Alcalá menciona a Chile porque es el primer país latinoamericano que hizo un estudio de estas características, pero sería aplicable a cualquier país. “El llamado de atención dejó huellas en el congreso, porque la diabetes es un problema económico y arterial, y nosotros estamos mirando la glucemia y culpando a los diabéticos”.

La obesidad suele ser un preámbulo de la diabetes, aunque el daño cardíaco es anterior. Foto; ShutterstockLa obesidad suele ser un preámbulo de la diabetes, aunque el daño cardíaco es anterior. Foto; Shutterstock

¿Qué porcentaje de lo que pesa un diabético se debe a los genes, o sea, a su padre y a su madre? “El 75 por ciento. Quiere decir que la obesidad no es una elección. Nosotros le decimos a alguien ‘salga a caminar, coma zanahoria, brócoli, y venga dentro de 6 meses’. Cuando vuelven miden 20 centímetros más. Si tenés peso normal, sólo el 40% de lo que pesás es genético, pero en la obesidad es distinto”, explica el cardiólogo.

Según Alcalá, “Argentina tiene la oportunidad de aprender de Chile. Si buscás la enfermedad cardiovascular en la previa entonces el panorama económico sería mucho mejor. Nuestro país podría bajar por año 1.700 millones de pesos tratando mejor a los diabéticos, poniendo el énfasis en el peso, en la arterias y no tanto en el azúcar y el pan”.

¿Cómo empezar entonces a cambiar el foco? “La dieta y el ejercicio ayudan, pero tienen que venir los medicamentos modernos a dar una mano, porque con buenas intenciones esto no se arregla. Hay países desarrollados que nos están mostrando los resultados de detectar los pacientes de alto riesgo de infarto y darles medicamentos prioritarios. Un ejemplo muy interesante en Nueva Zelanda. Han hecho un plan para darles medicamentos al 16 por ciento de los diabéticos más graves y calculan que van a ahorrar millones de dólares”, señala el médico sanjuanino.

diabetes

– ¿Qué se puede hacer desde el trabajo clínico para no esperar a que el daño cardíaco avance?

– Si tenés hígado graso, o una arteria de tu cuello empezó a obstruirse con colesterol, te da la pauta de que se viene la enfermedad grave. Y lo otro es la balanza y el centímetro. Lo que están proponiendo los expertos es: encaremos la obesidad, que es el requisito para la diabetes, propongamos remedios modernos para ayudar a la gente a bajar de peso. Hay que hacer un tratamiento personalizado, y salir a buscar el daño en las arterias antes de que aparezcan los síntomas, porque hay remedios muy útiles, que se toleran muy bien, algunos que llevan varias décadas y otros modernos. Tanto Argentina como Chile los están subutilizando.

– ¿Hay una tendencia a ir más por la solución natural?

– La gente confía mucho en lo natural, quiere resolver esto en una herboristería y haciendo running o comprándose unas zapatillas que los lleven caminando a varios lugares. Pero hay un grupo de obesos y diabéticos que no tienen tiempo, les va a llegar la obstrucción arterial antes, el argentino no confía en lo productos farmacéuticos, no los usa a diario y no ajusta el tratamiento en base a los resultados. Tenemos que generar un discurso distinto. Hay un grupo grande de varones entre 40 y 60 años que están fuera de todos los programas de prevención públicos y privados.

– ¿Por qué varones?

– Estamos poniendo mucho el énfasis en la salud ginecológica y nos estamos olvidando de lo que es la prevención cardiovascular. Las mujeres también tienen infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca y ACV, pero lo tienen 15 años después. Entonces hay que cambiar el foco y tratar rápidamente el riesgo cardiovascular apenas tengo los kilos que superan lo normal. Muy pocos argentinos tienen el peso ideal, el peso saludable. Pero la obesidad es la cenicienta de la cardiología y me animo a decir de la medicina en la Argentina.

– ¿Y los chicos?

– La tendencia siempre es decir -ocurrió en el congreso en Mendoza- que tenemos que ir por los niños, que ellos son la prioridad, que tenemos que enseñarles una dieta saludable. Pero si hacemos eso, los resultados se van a ver entre 35 y 50 años más tarde. Tenemos que hacer al mismo tiempo la educación de los niños, pero hay que proponerles alternativas de alimentación y de actividad física a los adultos.

– ¿A partir de qué edad una persona debería tener un control médico para ver si tiene que medicarse y prevenir en el daño cardíaco?

– La prioridad, son los varones de más de 45 y las mujeres de más de 55 años. Con algunos kilos de más de lo que deberían, tendrían que tener un control de su corazón y arterias. Si combatimos la obesidad vamos a ganar en salud, en calidad de vida, y vamos a mejorar la balanza de pago, porque si bien un argentino inventó el bypass, y otro platense que estudió en la misma facultad que René Gerónimo inventó el stent, Julio Palmaz, os dos productos los importamos, los insumos necesarios para la cirugía de bypass y los stents los pagamos en dólares. O hacemos un cambio, o nuestra salud va a generar la postergación eterna del desarrollo económico.

Salud

Un cardiólogo que estudia a los “superancianos” identifica el único hábito que garantiza vivir muchos años y con buena salud: “Es lo único que reduce nuestro reloj biológico”

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Tras analizar los factores que comparten los “superancianos”, el reconocido cardiólogo Eric Topol concluye que la longevidad depende, sobre todo, de una costumbre cotidiana

El doctor Eric Topolcardiólogo y genetista estadounidense, lleva décadas investigando los secretos de la longevidad. Su reciente libro, Super Agers: An Evidence-based Approach to Longevity (Superancianos: una aproximación a la longevidad basada en pruebas), recopila los resultados de años de análisis sobre personas que superan los 80 años manteniendo la salud y la vitalidad. La publicación aún no ha salido en español, pero ya ha generado debate en foros especializados y en medios de comunicación de todo el mundo.

Pocas son las personas que consiguen cruzar la barrera de los 90 manteniéndose activos y en buena forma. Lejos de secretos inalcanzables o fórmulas mágicas, Topol defiende que la clave se encuentra “más cerca de lo que creemos” y apuesta por rutinas sencillas. En su recorrido profesional – es reconocido como uno de los diez principales expertos mundiales en longevidad -, el médico afirma que pequeños cambios diarios pueden prevenir enfermedades que encabezan la mortalidad global: cáncer, cardiopatías y trastornos neurodegenerativos.

El deporte es “lo único que sabemos que reduce nuestro reloj biológico” (Imagen Ilustrativa Infobae)

El deporte es “lo único que sabemos que reduce nuestro reloj biológico”

“Sabemos que estas enfermedades tardan al menos 20 años en desarrollarse, así que estamos en condiciones de prevenirlas, sobre todo en personas con mayor riesgo”, afirma. “Tenemos una oportunidad de evitar esas patologías que surgen con la edad”. Para el especialista, modificar ciertos hábitos no supone un esfuerzo desmedido: “No se trata de pastillas ni de trucos mágicos. Podemos trabajar con lo que ya está en nuestras manos”.

El ejercicio – según Topol – destaca por encima del resto de recomendaciones. Basta con observar cómo se estructura la rutina diaria y plantear cambios sencillos en movimiento, dieta y ocio para encarrilar la salud a largo plazo. El cardiólogo recomienda especialmente aquellas actividades dirigidas a trabajar la musculatura en resistencia y los ejercicios de fuerza de prensión (la capacidad que tiene una persona para apretar o suspender objetos en el aire con las manos), dos prácticas que han mostrado una eficacia notable frente al deterioro físico vinculado al paso de los años.

“Resulta que el ejercicio es lo único que sabemos que reduce nuestro reloj biológico. El espacio entre tu verdadera edad y la edad biológica puede ampliarse”, destaca Topol. La recomendación estándar es realizar 30 minutos de ejercicio, cinco días a la semana, aunque el propio cardiólogo reconoce que incluso con dos sesiones semanales ya se obtienen beneficios. “No es sobre volverte más fuerte, es también sobre mejorar tu equilibrio”, insiste. “Nada de lo que podamos hablar supera al ejercicio si hablamos de reducir nuestro proceso de envejecimiento. No lo sabríamos si no hubiese toda esa ciencia detrás”.

Topol subraya que el ejercicio se ha revelado como el hábito más eficaz para mejorar la salud y prolongar la vida. Para quienes buscan una clave en la longevidad de los llamados “superancianos”, el mensaje queda claro: moverse no solo alarga los años, sino que también los llena de salud y vitalidad.

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Salud

Qué es el síndrome del “hombro congelado”, la dolencia que afecta principalmente a las mujeres mayores de 40

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Durante la mediana edad, esta condición asociada a cambios hormonales interfiere con rutinas básicas y deteriora el bienestar general, advierten desde National Geographic. Cuáles son los síntomas y por qué es esencial el diagnóstico oportuno

Alcanzar el estante de la cocina, atarse el pelo o solo levantar los brazos pueden ser acciones que, aunque simples, se vuelven un desafío inesperado para muchas mujeres en la mediana edad, especialmente después de los 40 años.

Actualmente, esta condición ganó relevancia debido a su impacto prolongado y a la necesidad de repensar su diagnóstico y tratamiento desde una perspectiva informada y equitativa. Es que el dolor persistente y la rigidez en el hombro afectan de manera desproporcionada a mujeres de mediana edad, con una alta prevalencia e impacto en la calidad de vida.

La capsulitis adhesiva limita elLa capsulitis adhesiva limita el movimiento del hombro y puede prolongarse entre uno y tres años, afectando la calidad de vida (Créditos: Freepik)

El hombro congelado se caracteriza por una restricción progresiva y dolorosa del movimiento en la articulación, tanto en acciones activas como pasivas.

  • Congelación: dolor y rigidez aumentan de forma progresiva.
  • Congelada: disminuye el dolor, pero persiste la rigidez, lo que dificulta las actividades cotidianas.
  • Descongelación: el rango de movimiento mejora de manera gradual.

Este proceso puede extenderse entre uno y tres años. En algunos casos, la recuperación total no se alcanza.

Vale destacar que, en la fase inicial, el dolor suele ser intenso por la noche y la movilidad del hombro se reduce. En la etapa intermedia, la rigidez se acentúa y puede producirse atrofia muscular. Finalmente, durante la recuperación, disminuye el dolor y mejora la movilidad, aunque no siempre se restablece por completo.

Desde Mayo Clinic advierten que, aunque en la mayoría de los casos se resuelven con el tiempo, la afección puede resultar incapacitante durante su evolución.

Cuáles son los factores de riesgo

Tres fases del hombro congelado:Tres fases del hombro congelado: dolor inicial, rigidez persistente y recuperación parcial del movimiento (Créditos: Freepik)

Diversos reportes indican que entre el 2% y el 5% de la población desarrolla capsulitis adhesiva. Su frecuencia aumenta significativamente en mujeres de entre 40 y 60 años, especialmente en la transición menopáusica, profundiza National Geographic.

El mismo medio señala que cerca del 75% de los casos se presentan en mujeres, y más del 70% de quienes atraviesan la menopausia padecen síntomas musculoesqueléticos. Es más, una de cada cuatro desarrolla alguna forma de discapacidad funcional.

Aunque sus causas exactas no están completamente establecidas, se estima que el hombro congelado se origina por un proceso inflamatorio que provoca el engrosamiento y la contracción de la cápsula articular. Sobre este punto, el estudio de Climacteric vincula este mecanismo con la disminución de estrógenos durante la menopausia, lo que contribuye a la aparición de síntomas musculoesqueléticos como el dolor articular y la rigidez.

En cuanto a los factores de riesgoMayo Clinic identifica a los antecedentes de diabetes, trastornos tiroideos, enfermedades neurológicas o cardiovasculares, así como la inmovilización prolongada del hombro.

Vale destacar que la afección presenta mayor prevalencia entre personas de origen asiático, donde se la conoce como “hombro de los cincuenta años”, según relata National Geographic.

Los ejercicios de amplitud deLos ejercicios de amplitud de movimiento, acompañados de un compromiso sostenido con la rehabilitación, son fundamentales para la recuperación (Créditos: Freepik)

Por otro lado, un estudio publicado en Climacteric propuso el término “síndrome musculoesquelético de la menopausia” para describir síntomas asociados al descenso de estrógenos, como capsulitis adhesiva, artralgia y pérdida de masa muscular.

Al tiempo que una investigación publicada en Journal of Clinical Medicine documentó la alta frecuencia de dolor de hombro en mujeres menopáusicas y las barreras diagnósticas que enfrentan.

Contexto histórico y falta de investigación

Durante décadas, el hombro congelado fue una enfermedad poco comprendida y subestimada por la comunidad médica. National Geographic destaca que hasta hace poco existían escasos estudios sobre sus causas y tratamientos, en parte por un sesgo de género en la investigación.

La cirujana ortopédica Jocelyn Wittstein, citada por el medio, afirmó que “el solo hecho de ser mujer es un factor de riesgo para el hombro congelado” y señaló que la mayoría de los cirujanos ortopédicos no experimentan la menopausia, lo que contribuye a la falta de urgencia en el abordaje de esta afección.

Las radiografías permiten descartar patologíasLas radiografías permiten descartar patologías como artritis o lesiones óseas (Créditos: Freepik)

En 2024, Wittstein y su equipo introdujeron el concepto de síndrome musculoesquelético de la menopausia, para describir síntomas como dolor articular, pérdida de masa muscular, disminución de densidad ósea y progresión de la osteoartritis. La revista Climacteric, en ese tono, subrayó la relevancia de esta terminología para aumentar la conciencia médica y social sobre los efectos musculoesqueléticos del climaterio.

Diagnóstico: criterios y relevancia de la detección temprana

Durante años, el hombro congelado fue poco atendido en la práctica clínica. National Geographic vincula esta omisión con un sesgo de género. En ese marco, Jocelyn Wittstein insistió en que el factor de riesgo de ser mujer fue históricamente desestimado y atribuyó esa omisión al desconocimiento clínico de la experiencia menopáusica.

Estas afirmaciones sobre el síndrome musculoesquelético en la menopausia adquirieron respaldo desde la revista Climacteric, ya que se documentó la frecuencia y el impacto de estos síntomas en mujeres en transición hormonal.

El estudio en Journal of Clinical Medicine reforzó esta perspectiva al mostrar la elevada prevalencia de dolor de hombro y la falta de estrategias diagnósticas eficaces, lo que prolonga el sufrimiento y retrasa el tratamiento adecuado.

La detección temprana del hombroLa detección temprana del hombro congelado mejora el pronóstico con tratamientos como fisioterapia e hidrodilatación (Créditos: Freepik)

Lo cierto es que el diagnóstico del hombro congelado es clínico. Se basa en la historia de dolor y rigidez progresiva, y en la limitación del rango de movimiento activo y pasivo. La Cleveland Clinic explica que el examen físico incluye la evaluación comparativa con el otro hombro.

Las radiografías permiten descartar patologías como artritis o lesiones óseas, y técnicas como la resonancia magnética o la ecografía ayudan a confirmar el diagnóstico.

Su identificación oportuna es clave. Intervenir en las primeras fases mejora el pronóstico y acorta la duración de los síntomas. Sobre este punto, y a modo de ejemplo, el estudio publicado en Journal of Ultrasound demostró que la hidrodilatación guiada por ecografía, combinada con fisioterapia, resulta más eficaz si se aplica antes de alcanzar la rigidez completa.

Tratamientos actuales y evidencia disponible

El tratamiento del hombro congelado evolucionó, aunque aún no hay un protocolo unificado. Las estrategias incluyen fisioterapiaanalgésicosantiinflamatorios no esteroideos, corticoides (orales o inyectables), hidrodilatación y, en casos refractarios (resistes a los tratamientos tradicionales), cirugía.

La fisioterapia es el pilar del abordaje conservador. Mayo Clinic y Cleveland Clinic coinciden en que los ejercicios de amplitud de movimiento, acompañados de un compromiso sostenido con la rehabilitación, son fundamentales para la recuperación.

Las infiltraciones con corticoides alivian los síntomas en las etapas iniciales, aunque su efecto es transitorio. La hidrodilatación —inyección intraarticular de solución salina y corticoides guiada por ecografía— mostró buenos resultados, especialmente al combinarse con fisioterapia personalizada.

La investigación clínica reciente priorizaLa investigación clínica reciente prioriza un abordaje integral y temprano del síndrome musculoesquelético en mujeres menopáusicas (Créditos: Freepik)

El trabajo publicado en Climacteric cita estudios clínicos que muestran que estos tratamientos logran buenos resultados si se inician a tiempo, reduciendo la necesidad de intervenciones más invasivas.

Respecto a la terapia hormonal, National Geographic y la revista Climacteric señalaron que la terapia de reemplazo hormonal (TRH) podría prevenir o aliviar los síntomas musculoesqueléticos, incluido el hombro congelado.

La Dra. Kathleen Jordan, directora médica de Midi Health, afirmó a National Geographic que la TRH es una de las intervenciones más eficaces para el dolor articular vinculado al hipoestrogenismo, aunque debe evaluarse caso por caso.

Las opciones quirúrgicas quedan reservadas, entonces, a cuadros en los que el tratamiento conservador falla. El estudio de Journal of Clinical Medicine advirtió que muchas mujeres menopáusicas no acceden de forma temprana a tratamientos adecuados debido a la subestimación de su dolor, lo que retrasa intervenciones efectivas.

La terapia hormonal y laLa terapia hormonal y la fisioterapia personalizada son clave para aliviar los síntomas del hombro congelado y mejorar la movilidad (Créditos: Freepik)

El reconocimiento del hombro congelado como parte del síndrome musculoesquelético amplió la investigación clínica y mejoró el enfoque terapéutico. National Geographic destacó, en ese sentido, que una nueva generación de especialistas en salud femenina favoreció el acceso a tratamientos basados en evidencia.

En paralelo, Climacteric resaltó el rol de intervenciones complementarias como el ejercicio de resistencia y la suplementación con vitamina Dmagnesio y vitamina K2 para preservar la masa ósea y muscular en mujeres posmenopáusicas. La hidrodilatación guiada y la fisioterapia personalizada continúan como intervenciones de primera línea, sobre todo si se aplican en fases tempranas.

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Andar en bicicleta o caminar, ¿qué es mejor para la salud cardiovascular?

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Ambas prácticas tienen múltiples beneficios para el organismo. En el Día Mundial de la Bicicleta, un repaso por sus efectos en la prevención de enfermedades cardíacas, control metabólico y fortalecimiento muscular

Cada 3 de junio se conmemora el Día Mundial de la Bicicleta, una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que busca fomentar su uso por sus múltiples beneficios sociales, ambientales y de salud.

En 2025, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un análisis al respecto de su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien apuntó: “Caminar y andar en bicicleta mejora la salud y hace que las ciudades sean más sostenibles. Cada paso que damos y cada paseo ayudan a reducir la congestión, la contaminación atmosférica y las enfermedades. No obstante, debemos hacer que los desplazamientos a pie y en bicicleta sean seguros, para que más personas opten por estas opciones más saludables y ecológicas”.

Caminar y andar en biciCaminar y andar en bici son dos actividades saludables y amigables con el medioambiente (Imagen Ilustrativa Infobae)

Caminar o andar en bici: sus beneficios para la salud cardiovascular

Tras analizar a 82.297 personas durante 18 años, el trabajo concluyó que “en comparación con los desplazamientos no activos, el uso de la bicicleta se asoció con un menor riesgo de mortalidad por todas las causas, un riesgo un 24% menor de hospitalización por enfermedades cardiovasculares, prescripción de medicación cardiovascular y prescripción por problemas de salud mental”. En cuanto a la caminata, el mismo estudio señaló que las personas “que caminaban al trabajo tenían un riesgo 10% menor de hospitalización por enfermedad cardiovascular y de recibir medicación para tratarla”.

Sin embargo, el trabajo también advirtió sobre un riesgo mayor de lesiones entre ciclistas: “Quienes se desplazaban en bicicleta tenían casi el doble de riesgo de hospitalización por colisiones de tráfico en comparación con los no activos, aunque este fue un evento relativamente infrecuente (83 hospitalizaciones en 18 años)”. Estos eventos reflejan la necesidad de infraestructuras seguras para garantizar los beneficios del ciclismo sin aumentar riesgos viales.

El ciclismo estimula los músculosEl ciclismo estimula los músculos de las piernas, activando especialmente glúteos, muslos y pantorrillas (Imagen Ilustrativa Infobae)

En 2022, la OMS publicó un informe en el que apuntó: “Andar en bicicleta y caminar puede ayudar a combatir el sobrepeso y reducir la inactividad física. Los desplazamientos activos se asocian con una disminución de aproximadamente el 10% del riesgo de enfermedad cardiovascular y una disminución del 30% del riesgo de diabetes tipo 2″.

Fortalecimiento muscular, según la intensidad que se busca

Tanto caminar como andar en bicicleta activan los músculos de las piernas. Según una revisión de Public Health England, “el ciclismo se asocia con mejoras en la composición corporal” y permite reducir el porcentaje de grasa corporal cuando se lo realiza con frecuencia.

El mismo informe destacó que andar en bicicleta “beneficia la capacidad cardiorrespiratoria en adultos”, lo que implica también un refuerzo de la musculatura involucrada en la resistencia aeróbica. Por su parte, caminar actúa sobre músculos estabilizadores, fortalece los tobillos y las caderas, y mejora el equilibrio, especialmente en personas mayores o con movilidad reducida. Además, se asocia con mejoras en la salud musculoesquelética de mujeres posmenopáusicas y personas con dolor lumbar crónico, según precisó el análisis.

Si bien el ciclismo podría promover un fortalecimiento más marcado debido a la carga mecánica del pedaleo, caminar también ofrece beneficios relevantes, particularmente en términos de mantenimiento de la masa muscular con bajo impacto en las articulaciones, de acuerdo a los expertos.

Bajar de peso: ambas son buenas alternativas

Ambas actividades son aliadas eficaces en estrategias de control del peso. La OMS ha indicado que caminar “durante 30 minutos o andar en bicicleta durante 20 minutos la mayoría de los días reduce el riesgo de mortalidad en al menos un 10%”.

La OMS señala que caminarLa OMS señala que caminar 30 minutos o andar en bicicleta 20 reduce al menos un 10 por ciento el riesgo de mortalidad general (Imagen Ilustrativa Infobae)

En el informe de Public Health England detallaron que caminar con regularidad genera descensos en el índice de masa corporal, el perímetro de cintura y el peso, particularmente en personas inactivas o con sobrepeso. El ciclismo, por su parte, está significativamente asociado con una menor grasa corporal en estudios de cohorte y ensayos clínicos, lo que lo posiciona como una herramienta útil para reducir el exceso de peso.

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