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Sociedad

Un analista de sistemas de Wilde combatió 5 meses en Ucrania: “Estoy vivo de pedo”

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Pablo Czornobaj estuvo en acción hasta que la onda expansiva de una bomba lo marginó. “Un soldado sirve 20 días, nada más”, afirma el argentino.

La onda expansiva de la bomba de un cañón ruso lo atontó primero y lo dejó sordo después. Tras cinco meses de estar en la primera línea de combate, extenuado, el argentino Pablo Czornobaj, que viajó a Europa para defender a Ucrania, cuenta que se está recuperando luego de una operación pero adelanta: “No volvería a la acción, no lo soportaría, sería ir a una muerte segura“, le confiesa a Clarín.

“La bomba cayó a cinco metros de donde yo estaba y más allá del impacto emocional, lo primero que sentí es que había perdido una pierna. Fue tal el estruendo de un pedazo de tierra impactando contra mi pierna que estaba seguro que había perdido una gamba. También sentí un sacudón terrible en el oído, detrás del tímpano, donde me operaron y me terminaron poniendo  un pedazo de teflón”.

Habla con una pasión contagiosa, y con un dolor envolvente, que se perciben en la videollamada. “Estaba en un batallón donde murieron 37 compañeros. Un drama fue y yo estoy vivo de pedo. Imaginate, yo no soy militar, mi formación es precaria, pero aquí me siento un ucraniano más y daré todo de mí hasta la victoria, pero eso no quiere decir que haga apología de la muerte”.

Czornobaj (43) es de Wilde, tiene un restorán en Quilmes y es analista de sistemas. Clarín había contado su historia en octubre, cuando estaba en el frente de batalla. “Siempre tuve el anhelo de venir a la tierra de mi abuelo Volodymir. Ya en 2021 me animé a escribirle un mail a la Embajada de Ucrania en Buenos Aires, para ofrecerme ser parte de un posible conflicto bélico, porque ya por entonces Rusia estaba realizando ensayos militares y yo estaba convencido de que habría invasión. No me respondieron”, relata ahora.

Hijo de padre militar, Pablo siempre fue una persona interesada en la geopolítica mundial haciendo foco en Ucrania en particular. “El día de la invasión rusa, el 24 de febrero de 2022, le dije a mamá. ‘Vieja, me voy’. ¿Qué me contestó? ‘Sos un loco de mierda’ -dice sonriente- desde Dnipro, ciudad donde vive en casa de su novia Irina. “Vendí mi camioneta, agarré la guita que me dieron y saqué el pasaje a Varsovia. Yo vine por las mías”.

“Apenas entré a Ucrania, en septiembre, tuve un montón de sensaciones, alegría por sentirme cerca de mi abuelo, y tristeza y llanto por lo que estaba viviendo el pueblo”. Con el tiempo Pablo fue palpando el miedo, porque se acercaba su participación en la guerra. “Me quiero alistar. Quiero ser útil, ayudar a los heridos, trasladar primeros auxilios, lo que fuera”, le imploró a su contacto ucraniano.

Lo que no imaginaba era que iba a combatir casi desde un primer momento. “Yo no tenía nada de experiencia militar, sí tenía algún conocimiento básico de armas, pero nada más… El servicio regular ucraniano me empezó a investigar, después me hicieron chequeos médicos, análisis toxicológicos, requisitos básicos para ser parte de un ejército moderno, cuya estrategia se basa en el orden, la disciplina y la planificación”. Dos semanas después de tener el apto físico, entró en un batallón.

“Cuando me puse el chaleco antibalas, que pesaba 14 kilos, ya en ese instante me sentí en guerra. El casco incomodísimo, los borcegos inmensos, la ropa de invierno… Pensá que debuté con 18 grados bajo cero. Pero fue con tanta adrenalina que chivé como un hijo de puta. Mis inicios fueron en un época de plena ofensiva del ejército ucraniano y estuve en primera línea, incomunicado, unos veinte días”.

"Argentinos vinieron unos 15. Dos murieron, otro está desaparecido y deben quedar aquí unos cinco. Yo estoy vivo de pedo", dice Pablo Czornobaj sin anestesia.“Argentinos vinieron unos 15. Dos murieron, otro está desaparecido y deben quedar aquí unos cinco. Yo estoy vivo de pedo”, dice Pablo Czornobaj sin anestesia.

Recuerda Pablo que “los primeros días estás tan concentrado, tan compenetrado que no sentís las adversidades. Al tercer día en el frente a mí se me cortó el hambre… Comés poco y nada, tomás lo mínimo… Yo bajé en un dos meses unos 25 kilos, arranqué con 115 y salí del frente con 90 kilos. Todo es de tal intensidad que perdés el registro… Uno naturaliza no bañarse durante un mes o hacer pis en una botellita y caminando, no podés ponerte a mear en un árbol mirando las hojas… No. Estás con la idea obsesiva de que estás en el blanco de algún ruso”.

En su relato efervescente, que describe como si fuera una película de Oliver Stone, Pablo dice que tuvo a los rusos a 100 metros. El campo de batalla era un regadero de balas, misiles, morteros que caían constantemente. “En un día podían detonar entre 300 y 400 piezas de artillería. Imaginate lo que era estar allí para alguien como yo que laburaba en una parrilla. ¿Miedo? Miedo tenés siempre, estaba aterrado. Cada tanto, cuando mi cabeza huía, me preguntaba ‘¿qué carajo estamos haciendo acá?’. ¿Qué le respondía? Que yo vine convencido

Pablo Czornobaj, junto a una "amiga-hermana ucraniana". "Me pagan por ser soldado, al principio me negaba, pero ¿cómo hago para vivir?".Pablo Czornobaj, junto a una “amiga-hermana ucraniana”. “Me pagan por ser soldado, al principio me negaba, pero ¿cómo hago para vivir?”.

De repente, su locuacidad se torna lacónica. “¿Si maté a alguien? No lo sé, tampoco creo que lo diría. Esto es la guerra, aceptarse en guerra es terrible, hay códigos, lo tienen los ucranianos, pero los rusos no los respetan. En Ucrania no hay fusilamientos”, expresa cuidadoso este soldado argentino que goza de un sueldo.

“La verdad es que no sabía que lo iba a cobrar y al principio lo sentí como un deshonor hasta que lo entendí porque de algo tengo que vivir…Me pagan bien gracias al esfuerzo que hace el pueblo ucraniano por mantener a sus fuerzas armadas”.

En la tranquilidad del hogar de Irina, una voluntaria a la que conoció en el hospital mientras se recuperaba, Pablo dice que a veces sufre por los zumbidos en el oído. “Tengo dolores, pero ya me acostumbré. Estoy recuperándome, entrenando y estudiando ucraniano. Hoy me pienso aquí en Ucrania, no sé si voy a volver a la Argentina, hasta la victoria me quedo seguro“.

Así está hoy Pablo Czornobaj, fuera de la zona de conflicto "pero en acción". Estudia ucraniano y vive con su novia Irina.Así está hoy Pablo Czornobaj, fuera de la zona de conflicto “pero en acción”. Estudia ucraniano y vive con su novia Irina.

​Vuelve a Irina con una sonrisa enamorada. “Es hermosa ella, me conquistó o la conquisté… En un momento yo estuve de hospital en hospital, me iban trasladando hasta que un día apareció para traerme frutas y medias. Me sonrió, le sonreí y cuando me lo permitieron fuimos a caminar juntos. Me invitó a su casa, me dijo quedate y sigo aquí con ella”.

No fue fácil ponerse de pie. Pasaron varios meses, porque si bien “los oídos me detonaron, tenía un cuadro de anemia general y no podía moverme, me resultaba imposible subir una escalera. Como decía mi abuelo, un soldado sirve 20 días, después se rompe, no sirve más… Llegás al pico, empezás a caer, cuando la adrenalina baja te quedás hecho un despojo. Pensá que hay ucranianos que combatieron 8, 9 meses sin parar… Una locura”.

¿Lo peor de la guerra? “La inminente sensación de muerte. Hubo muchas jornadas imposibles, pero me viene una estando en una base militar donde cayó un misil a unos 300 metros de mi posición… Uno de esos misiles que podía derrumbar un edificio de diez pisos. Nos sorprendió, porque fue lanzado desde el mar y la angustia y la sensación que tenía de extravío eran enormes. Era todo muy traumático, un infierno… y yo venía de veinte días sin descanso, ya no respondía“.

No lloró nunca, excepto el día que murió su comandante. “Fue un sacudón, porque estaba con él, en la misma posición el día del ataque. Lo atendieron los médicos hasta que lograron evacuarlo, pero no pudieron salvarlo… Habíamos construido una cálida relación, era un jefe que ejercía muy bien su rol, valorado y con valores. Se fue una gran persona, que me contuvo en mis peores momentosEn la guerra fue como mi padre”.

Vuelve la consulta sobre su regreso al frente de batalla. “¿Si vuelvo? No creo que me necesiten ni tampoco creo que soy tan importante. Pero volver a lo que viví es difícil, no lo soportaría y siento que sería ir a una muerte segura. Sí podría volver desde otro lugar… Lo que tengo claro es que permaneceré en Ucrania hasta el final, hasta la victoria”.

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Un turista de 21 años se metió al Río Paraná para buscar una pelota y murió ahogado

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Ocurrió en el balneario municipal de Santa Elena. El joven habría cruzado la zona habilitada, que estaba delimitada por boyas

Un joven de 21 años murió ahogado este martes por la tarde tras adentrarse en las aguas profundas del río Paraná para recuperar una pelota. El trágico accidente ocurrió en el balneario Santa Elena, situado en la ciudad homónima, en Entre Ríos.

El cuerpo no ha sidoEl cuerpo no ha sido encontrado y la búsqueda continúa.

Si bien un compañero intentó ayudarlo, tuvo que soltarlo debido a que la víctima comenzó a arrastrarlo mientras se ahogaba. El joven fue identificado como Logan Daniel Videla, oriundo de La Matanza, provincia de Buenos Aires. En el caso intervinieron agentes de la Comisaría de Santa Elena, del Departamento La Paz, junto con personal de Prefectura Naval.

El trágico accidente ocurrió enEl trágico accidente ocurrió en Río Ceballos (Foto: Prensa Policía)

Alarmante cifra de ahogamientos durante el verano

Según se pudo reconstruir, al notar que no podía mantenerse a flote, comenzó a pedir auxilio. A pesar de los esfuerzos de una persona que logró sacarlo del agua, ya no presentaba signos vitales, según informó El Doce TV.

En lo que va del verano, las víctimas fatales sufrieron accidentes en las localidades cordobesas de La Calera (Sierras Chicas), Nono (Traslasierra), Villa Rumipal (Valle de Calamuchita), Villa Carlos Paz (Valle de Punilla), el dique Piedras Moras (Calamuchita), Mina Clavero (Traslasierra) y Río Tercero (Tercero Arriba).

Las autoridades locales y los organismos de emergencia suelen emitir recomendaciones para evitar accidentes en los cursos de agua. Entre las medidas más comunes se encuentran evitar ingresar a zonas profundas, prestar atención a las corrientes y no nadar en áreas no habilitadas. Sin embargo, los incidentes registrados este verano reflejan que, en muchos casos, estas advertencias no son suficientes para prevenir tragedias.
Un turista de 65 añosUn turista de 65 años falleció en La Toma.

Solo dos días antes de la muerte de Lucas Iván Paz, falleció otro hombre identificado como Horacio Quiroga en la ciudad de Río Tercero. La víctima, de 37 años, disfrutaba de una jornada familiar cerca del balneario municipal; cuando ingresó al agua en la zona del predio del Centro Tradicionalista alrededor de las 19 horas. Testigos relataron que, tras lanzarse al río, Quiroga no volvió a salir a la superficie, lo que generó alarma entre los presentes.

Ante la emergencia, las autoridades locales y los Bomberos Voluntarios acudieron rápidamente al lugar. Según detalló Telefe Córdoba, lograron rescatar al hombre y trasladarlo de inmediato al hospital de la localidad. Sin embargo, pese a los esfuerzos médicos, se confirmó su fallecimiento horas después. Habría sufrido un paro cardiorrespiratorio tras ingresar al agua.

Días atrás, un hombre de 65 años, identificado como Norberto Jorge Amadeo, falleció en el balneario La Toma, ubicado en la localidad de Mina Clavero. El turista, oriundo de la provincia de Buenos Aires, resbaló mientras intentaba cruzar el río a nado, golpeó su cabeza contra una piedra y fue arrastrado por la corriente, lo que resultó en su trágico deceso.

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Temporal en Bahía Blanca, en vivo: se reactivó el transporte público y será gratis por 30 días

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La ciudad bonaerense vuelve poco a poco a la normalidad. El funcionamiento de los colectivos, la recolección de residuos y la entrega de donaciones. La atención al público en lugares habilitados para circular. Qué pasará con las clases y el clima

Bahía Blanca se reconstruye después del fuerte temporal que azotó a la ciudad el viernes pasado, provocando grandes daños y destrozos. La ciudad recibió la llegada del.

En el medio de la angustia que prevalece por las personas que aún están desaparecidas, incluyendo a las hermanas Delfina y Pilar Hecker, de uno y cinco años, las autoridades del municipio se mantienen trabajando en su búsqueda.

Por lo pronto las clases estarán suspendidas hoy y mañana debido a las complicadas condiciones de infraestructura en las que se encuentran las instituciones relevadas.

En tanto, el gobierno de la Provincia de Buenos Aires anunció un paquete de medidas como créditos blandos, subsidios, transporte gratis y beneficios impositivos.

Alfredo Dagna, presidente del Club Olimpo de Bahía Blanca: “El club está colapsado con las ayudas”
Alfredo Dagna, presidente del Club Olimpo, confirmó que suspendieron el fútbol en Bahía Blanca, para ayudar a la ciudad

El presidente del Club Olimpo de Bahía BlancaAlfredo Dagna, destacó la ayuda de gran parte de las instituciones deportivas de la Argentina: “Es un aluvión de donaciones que vienen. Me han llamado casi todos los presidentes de clubes para decirme que enviaban uno o dos camiones”. E informó que la idea es entregarlo “en forma inmediata” a la gente, ya que hay una situación de desesperación.

Respecto al rol de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), Dagna comentó que el organismo se encuentra recibiendo donaciones en el predio de la AFA, en Ezeiza, que provienen de los clubes del interior. Y subrayó que lo que más se necesita son elementos de higiene: “El tema es lo que pueda pasar desde el punto de vista sanitario en la Ciudad”.

Alfredo Dagna, presidente del ClubAlfredo Dagna, presidente del Club Olimpo de Bahía Blanca

En cuanto a medidas, el dirigente relató: “En el fútbol lo que hicimos fue suspender el partido que teníamos ahora, jugábamos el domingo. Tengo dos helicópteros de la Policía Federal en la cancha de fútbol y suben y bajan todos los políticos que vinieronEl club está colapsado con las ayudas”.

Por último y sobre la situación actual en la localidad bonaerense, Dagna calificó al temporal como “una situación difícilmente de entender” y estimó que es poco probable que vuelva a suceder. “Son situaciones que uno las explica y las cuenta, pero el que las vive es una situación traumática porque pierde todo. Eso es como el Juego de la Oca, retrocedes 20 casilleros porque perdés todo. Hechos como estos desbordan cualquier previsibilidad posible”.

En este punto, concluyó: “Es dramático lo que pasó, de tal forma que, toda la ayuda que llega, si bien es un bálsamo para la gente, cuando pase la ayuda la gente va a tener que arrancar de cero. Y eso es lo más preocupante”.

10:28 hsHoy

Cómo están las rutas en Bahía Blanca

El desigual estado de lasEl desigual estado de las rutas en Bahía Blanca (Gustavo Gavotti)

Según informó Vialidad Nacional, el estado de las rutas nacionales que conectan la ciudad con el resto del país presenta diversas restricciones, incluyendo cortes totales y tramos transitables con precaución.

De acuerdo con el reporte oficial, la Ruta Nacional 3 (RN 3), muestra diferentes niveles de accesibilidad dependiendo del tramo. El segmento entre Azul y el empalme con la Ruta Nacional 229 (RN 229) se encuentra transitable sin inconvenientes. El tramo que conecta la RN 229 con El Triángulo y el que va desde este último punto hasta la calle Charlone (kilómetro 691) requieren precaución debido a las condiciones del camino.

Por otro lado, el tramo entre el Canal Maldonado (kilómetro 692) y el empalme con la Ruta Nacional 33 (RN 33) permanece completamente cerrado al tránsito.

Los trabajos para recuperar laLos trabajos para recuperar la circulación vial en algunos accesos a la ciudad de Bahía Blanca

El resto de los tramos de la RN 3 presentan una situación mixta. Desde el empalme con la RN 33 hasta el empalme con la Ruta Nacional 22 (RN 22), el tránsito es posible pero con precaución, mientras que el trayecto entre el empalme con la RN 22 y Patagones está habilitado sin restricciones.

Asimismo, el segmento que conecta el empalme con la RN 3 y Río Colorado, perteneciente a la RN 22, también es transitable con normalidad.

El pavimento resquebrajado, producto deEl pavimento resquebrajado, producto de las tormentas del viernes pasado

La Ruta Nacional 33 (RN 33) también presenta condiciones variables. El tramo entre el empalme con la RN 3 y La Vitícola está habilitado, pero se recomienda circular con precaución. Por su parte, el trayecto que conecta La Vitícola con Pigüé no presenta inconvenientes. Sin embargo, el tramo que une Pigüé con Trenque Lauquen requiere precaución debido a las condiciones del camino.

En cuanto a la Ruta Nacional 35 (RN 35), el panorama es más crítico. El tramo que conecta Bahía Blanca con el límite de la provincia de La Pampa se encuentra totalmente cerrado.

La Ruta 35, una deLa Ruta 35, una de las más afectadas por el temporal

Por su parte, la Ruta Nacional 228 (RN 228), que conecta Necochea con Tres Arroyos, está habilitada sin restricciones. Por otro lado, la Ruta Nacional 229 (RN 229), que une el empalme con la RN 3 y Balneario Marisol en Punta Alta, es transitable, pero con precaución.

La Ruta Nacional 249 (RN 249), que conecta el empalme con la RN 3 y el empalme con la RN 229 en Punta Alta, también requiere precaución para su tránsito. Asimismo, la Ruta Nacional 252 (RN 252), que abarca el tramo entre la Rotonda de Villa Sarsfield y el puente La Niña, presenta condiciones similares.

Finalmente, la Ruta Nacional 1V03 (RN 1V03), que conecta el empalme con la RN 3 y la Rotonda Ex Indiada, también está habilitada, pero se recomienda circular con precaución.

10:12 hsHoy

El Hospital Penna reactiva algunos de sus servicios

El acceso a guardia delEl acceso a guardia del Hospital José Penna (REUTERS/Juan Sebastián Lobos)

El Hospital Provincial José Penna, principal centro de salud de Bahía Blanca, comenzó a recuperar su funcionamiento tras los graves daños sufridos durante el temporal del pasado viernes.

El Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires implementó un amplio Plan de Contingencia que incluye la adecuación de espacios, la reorganización de servicios y el envío de recursos humanos y materiales para garantizar la atención médica en la región.

Más de 200 agentes sanitarios fueron enviados al hospital, junto con equipamiento médico, medicamentos, vacunas y personal especializado en salud mental. Estas medidas buscan restablecer la operatividad del establecimiento, que es clave para la atención de la población local.

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“¿Dónde está mi bebé?”: la angustia de una madre adolescente y la hazaña de una enfermera en medio de la inundación en Bahía Blanca

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La tormenta arrasó con el Hospital Penna y decenas de niños tuvieron que ser evacuados de la Neonatología. Saira Delmiro, de 16 años, vivió una odisea para reencontrarse con su hija, Amely. Su historia y la de la enfermera que la salvó

El viernes 7 de marzo, Saira Delmiro (16) se despertó sobresaltada en su casa del barrio 9 de Noviembre, en Bahía Blanca. Eran las cuatro de la madrugada y afuera llovía sin parar. Horas después, cuando ya se había desatado el peor temporal de la historia de la ciudad, llegó a su teléfono un video que le heló la sangre: el hospital Penna, donde su hija Amely llevaba tres semanas internada en el sector de Neonatología, se había inundado.

“Me agarró un ataque de nervios. No veía a mi bebé desde la noche anterior y en las imágenes no aparecía el sector donde ella estaba. Me desesperé. Pensé que no se iba a salvar”, recuerda Saira en diálogo con Infobae.

Amely nació el 15 de febrero pasado, con solo 27 semanas de gestación y un peso de 940 gramos. Desde entonces, la beba pasaba sus días en una incubadora, con respirador y asistencia médica constante. Saira, que recibió el alta tres días después de traerla al mundo, la visitaba dos veces al día. “Trataba de pasar la mayor cantidad de tiempo en la Neonatología. Le cambiaba los pañales, me sacaba leche para que se alimentara y le hablaba permanentemente. Me costaba mucho verla así, tan chiquita y llena de cables”, explica.

A pesar del buen cuidado, en sus primeras semanas de vida, la evolución de Amely era inciertaprimero tuvo ictericia (NdR: una afección frecuente en los neonatos que provoca que la piel y las partes blancas de los ojos se tornen amarillas a partir de un exceso de bilirrubina en la sangre) y, luego, una infección que le comprometió los pulmones. “Todo venía siendo muy cuesta arriba”, explica su mamá

Pero la prueba más dura todavía estaba por llegar.

La primera imagen de Amely.La primera imagen de Amely. La beba nació el 15 de febrero con solo 27 semanas de gestación y un peso de 940 gramos

“¿Dónde está mi bebé?“

Después de ver los videos, aquel viernes 7 de marzo, Saira decidió ir al hospital Penna a buscar a su bebé. Llegó alrededor de las 17 y ahí se enteró de que Amely ya no estaba allí. “Pregunté adónde estaba mi hija y me dijeron que la habían trasladado. ‘Ella está bien, pero la llevamos a OSECAC’, me explicó el director de Neonatología. El problema es que eso quedaba pasando el centro y, con mi mamá, no teníamos cómo llegar. Paramos una camioneta que se ofreció a llevarnos, pero tuvimos que bajarnos antes. Cuando salimos del coche, el agua nos llegaba por encima de la cintura y la corriente te llevaba. Tuvimos miedo”, cuenta.

Durante horas, Saira y su madre se quedaron atrapadas en una vereda, sin poder avanzar. “Tuvimos que esperar a que bajara el agua. Estábamos empapadas y embarradas. Al final, empezamos a caminar por calles sin luz. ‘No vamos a llegar’, le decía a mi mamá”, cuenta Saira.

Finalmente, cerca de las 21:30, llegaron a la clínica. “Entré y dije: ‘Soy la mamá de Amely, una de las bebés que trajeron del Penna’. Ahí me llevaron a la sala de padres para que me cambiara y después nos reencontramos. Cuando la vi, me largué a llorar. No podía creerlo. Creí que no iba a sobrevivir”, dice.
Luciana Marrero, la enfermera queLuciana Marrero, la enfermera que cobijó a Amely en su pecho, debajo de su ambo, para darle calor y así salvarle la vida

“No tenés nada que agradecer”

Quien repone la otra parte de la historia, ahora, es Luciana Marrero, la enfermera que cobijó a Amely en su pecho, debajo de su ambo, para darle calor y así salvarle la vida. Junto a sus compañeras del Penna, Luciana puso en marcha un operativo de rescate que se extendió durante 18 horas ininterrumpidas hasta que lograron trasladar a todos los recién nacidos a un lugar seguro.

“Actuamos con el corazón y pensando en las madres que no pudieron llegar hasta sus hijos debido a la tormenta. Si no nos saliera del corazón, no podríamos haberlo hecho. La prioridad siempre son los bebés”, comentó la enfermera en una entrevista días atrás.

Luciana, quien trabaja en el turno noche de la Neonatología, conocía a Amely, pero no a Saira. Recién se vieron por primera vez días después de la tormenta. “Fue muy emotivo el encuentro. Ella estaba superagradecida por lo que hice. ‘No tenés nada que agradecer. Yo también soy mamá y te entiendo. Vos hubieras hecho lo mismo’, le dije. Me emocionó mucho verla afrontar una tarea tan enorme como la maternidad, siendo tan chiquita”, contó la enfermera a Infobae.
Así fue el encuentro entre Saira Delmiro y Luciana Marrero, la enfermera de neonatología del Hospital Penna de Bahía Blanca, que rescató a su bebé (Video/Telefe Noticias)

“A Luciana nunca la había visto porque yo me iba del hospital a las 21 y ella llegaba a las 24. El encuentro fue muy lindo. Me abrazó y me dijo que hizo lo que yo hubiera hecho. Si no fuera por ella, Amely no estaría hoy acá”, asegura Saira.

Pese a la incertidumbre por lo que vendrá, la joven se aferra a la esperanza. “Gracias a Dios, mi casa no se inundó y puedo ir y volver de OSECAC, aunque está mucho más lejos que el Penna. Amely sigue ganando peso y mientras ella esté bien, yo también lo estaré”, se despide Saira.

Amely, hoy. "Ya pesa másAmely, hoy. “Ya pesa más de un kilo. Mientras ella esté bien, yo también lo estaré”, dice su mamá

Volver a ponerse de pie

Tras la inundación, el hospital Penna, que también recibe pacientes de Tres Arroyos, Carmen de Patagones y otras localidades del sur de Buenos Aires, se encuentra en una situación crítica.

Ante la devastación, el personal de la institución solicitó la colaboración de la comunidad para reconstruir la sala de Neonatología y reponer los equipos perdidos. “Bahía necesita de la población. Nuestro sueño es volver a ver nuestra Neo en pie“, aseguraron las enfermeras.

Al cierre de esta nota, según informaron las autoridades locales, la ciudad comienza a reactivarse con la restauración de los medios de transporte y la recolección de basura. En tanto, este lunes, la Policía Científica logró establecer la identidad de 15 de las 16 víctimas fatales, quedando solo una, de entre 50 y 55 años, sin identificar. A su vez, se conoció que el número de evacuados descendió a 523 y que continúa la búsqueda de las hermanas Delfina y Pilar Hecker, de 1 y 5 años, quienes fueron arrastradas por la corriente durante el temporal.

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