Sociedad
“Congélenme y despiértenme en 100 años”: una argentina ya aguarda por la vida eterna
Publicado
2 años atráson
Por
Admin
La criopreservación de humanos es una práctica muy cuestionada por los científicos, pero tiene alrededor de 5 mil adeptos en el mundo que pagaron hasta 200 mil dólares. Entre ellos, hay una argentina que se congeló después de morir con la esperanza de que la revivan en el futuro. Su historia
Corría 1986. Rodolfo Goya trabajaba en la Universidad de Michigan y ya investigaba sobre envejecimiento, su área de expertise. Su jefe había recibido un folleto de Alcor, una compañía que impulsaba algo que sonaba a ciencia ficción: se llamaba criopreservación y, en resumidas cuentas, prometía una segunda vida a personas que se congelaran apenas murieran. Su superior ojeó el panfleto con una sonrisa burlona. Morir y revivir en un futuro no era otra cosa más que un disparate. Por casualidad, antes de que ese folleto se perdiera en algún tacho de basura, llegó a sus manos.
-Me pareció fantástico. Enseguida me interesó y me hice un convencido de que la congelación era el método ideal para curar enfermedades que por ahora no tienen cura. Incluso para ofrecer una segunda oportunidad en un futuro.
Rodolfo Goya dirige un grupo de investigación en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). No es un trasnochado: es un referente en materia de envejecimiento. Más bien en desarrollar técnicas que desaceleren la llegada inexorable de la vejez. Inexorable, cree él, solo por ahora. En sus ratos libres también investiga, aunque solo como un aficionado, la criopreservación. Cree en la posibilidad de la vida eterna a tal punto que en 2010 tomó contacto con otra de las compañías más famosas, el Cryonics Institute, y firmó un contrato para congelar su cuerpo una vez muerto.
“La gente se sorprendió. Ninguno de mis familiares ni compañeros se mostró interesado en criopreservarse. Ni siquiera mi esposa”, dice Goya, de 71 años, sin hijos. Todavía no pagó los 28 mil dólares que sale su congelación, pero dispone del dinero en una cuenta en Estados Unidos y -aclara- si muere en, por ejemplo, un accidente aéreo, su familia usará la plata para iniciar el procedimiento.

Goya habla de la muerte, de morir, con total naturalidad. No dice “fallecer” para suavizar la expresión. Dice “morir” y ya. Él está seguro de que la criónica escalará con el correr de los años, aunque no puede garantizar que alcance los niveles necesarios para “revivir” a un ser humano.
La criónica, dice, se usa para procedimientos que ya son de rutina, para la fertilización in vitro, tanto de animales como de personas. Explica que a una mujer que no puede tener hijos se le da una inyección de hormonas para que produzca óvulos. A esos óvulos se los recoge y se los pone en contacto con los espermatozoides del novio o marido. Se hace la fertilización en un tubo de ensayo. Se le implanta un embrión y se guardan los otros nueve en nitrógeno líquido. “Se le hace criónica al embrión”, concluye.
Ese primer embrión muchas veces no funciona. La mujer termina perdiendo el embarazo. Entonces se descongela un segundo embrión y se lo implanta. Si vuelve a fallar, se descongela un tercero y así hasta lograr el embarazo. “Hay miles de personas caminando por la calle, absolutamente normales, que comenzaron su vida como embriones congelados”.
-¿Y por qué no se puede hacer esto en humanos que ya tuvieron una vida?
-Es un problema de tamaño. Cuando algo es muy pequeño y se puede congelar muy rápido, como pasa con los embriones o con gusanos que son microscópicos, es posible el procedimiento. Pero cuando el congelamiento es lento -y 5 minutos es demasiado lento- se desacomodan las moléculas. Entonces, pasado el tiempo, cuando se descongelan quedan desconfigurados y la persona no revive. El desafío es lograr un método de enfriamiento y descongelación lo suficientemente rápido. El día que la criogenia lo logre será posible.
-¿El principal problema no es que a los embriones se los congela vivos y a los humanos cuando ya están muertos?
-Es cierto. Todos nos damos cuenta de que congelar a un individuo estando vivo, es decir con una eutanasia programada, daría mejores posibilidades. Cuando el individuo muere ocurre inevitablemente un proceso de deterioro, por más que sean pocos minutos los que pasen hasta la congelación. Imaginate que en 5 minutos de falla de circulación sanguínea en el cerebro, ya hay daños irreversibles.
-Entonces, ¿hay posibilidades reales de que funcione?
-La criónica nadie tiene dudas de que es posible. La limitación hoy es tecnológica.
-¿Se puede vaticinar cuántos años?
-No, es como intentar alcanzar la velocidad de la luz en una nave espacial… -se detiene un segundo y recula-. En realidad esto no es tan difícil como alcanzar la velocidad de la luz, pero sí hoy es lejano. En algún momento probablemente se pueda lograr.
En su laboratorio en La Plata, trabaja con gusanos microscópicos. Los congela y los despierta sin mayores inconvenientes. Del otro lado del globo, en Siberia, los tardígrados se congelan de forma natural a los 50 o 60 grados bajo cero que sufren durante los inviernos, pero cuando llega la primavera retoman su vida normal, aunque intrascendente, como si nada hubiera ocurrido. Eso, piensa, es un sustento para la criónica. Aunque en ambos casos lo que sucede es que los gusanos se congelan mientras están vivos. A diferencia de los humanos, pasan a un estado de latencia.

En Estados Unidos muy pocos científicos hablan de criónica en público. A sus promotores se los tilda de charlatanes. Los profesores interesados en el tema no lo dicen y, entonces, los comités necesitan reclutar científicos extranjeros. Goya integra dos de ellos por su condición de “figurita difícil”, de hombre especializado en envejecimiento.
En 2012, organizó la primera conferencia sobre criopreservación en la Argentina. Invitó a Ben Best, por entonces presidente del Cryonics Institute con sede en Michigan, a disertar en la Facultad de Medicina de la UNLP. Le dijo que no se preocupara, que no sufriría ningún ataque porque en su país, en Argentina, nadie sabía que existía el tema.
Contra todo pronóstico, la conferencia despertó un interés enorme: se trataba de algo raro, la quimera de morir y revivir 50, 100 o 300 años después. Varios medios de comunicación se acercaron y lo entrevistaron. Goya recibió el mote de “primer argentino en buscar la vida eterna”, incluso del “Walt Disney argentino”. Así, un poco de imprevisto, asumió el rol de difusor local de la criónica.
Al poco tiempo, un puñado de entusiastas, no más de una decena, le escribió por Facebook y por mail. Se juntaron y formaron una suerte de “grupo de autoayuda” con él como referencia y punto de contacto con los laboratorios. El objetivo del grupo es ayudar a los argentinos que deseen criopreservarse, lograr que en el país se pueda hacer un primer congelamiento del cuerpo y así estabilizarlo a los pocos minutos de morir.
-Te voy a contar algo -dice y hace una pausa que, en realidad, esconde una vacilación-. Bueno, no sé si debería decírtelo… Nosotros hicimos la primera criopreservación de un cerebro en la Argentina. Creo que es una primicia. Ya hay una argentina criopreservada.
La primera

La partida de defunción de Beatriz Bilone marca que murió el 9 de septiembre de 2018, a las 9:30, con 78 años.
Veinte años antes María Entraigues-Abramson, cantante y actriz, había tomado conocimiento de la criónica. No recuerda quién le mencionó la palabra, pero sí recuerda que se abalanzó sobre la poca información que había disponible.
En 2006 fue a su primera conferencia en Cambridge, Inglaterra, donde conoció a un experto en mermar la vejez. El experto le preguntó si ya era miembro de Alcor. Ella le respondió que no, que aún estaba estudiando el tema. “¿Qué estás esperando?”, le espetó. Solo un año después viajó a Arizona y se sumó a la compañía.
-Mamá y yo éramos muy unidas -dice María sobre Beatriz-. Ella estaba muy pendiente de todas mis cosas. Y le fascinaba… le fascinaba toda la cuestión del futurismo, la tecnología que avanzaba tan rápido, la extensión de la vida. Teníamos conversaciones larguísimas y desde el momento en que se enteró que existía la posibilidad de criopreservarse, expresó su interés. Decía que quería preservarse.
María reside desde 1992 en Estados Unidos. Con los años, su vínculo con Alcor se fortaleció. Empezó a representar a la empresa en los medios casi como una embajadora, a participar de programas de televisión, a hacer documentales sobre criónica, a difundir una disciplina que siempre fue observada con desdén por la comunidad científica norteamericana. Hoy es directora de divulgación y desarrollo de SENS Research Foundation, una organización radicada en Silicon Valley que busca curar la vejez a través de medicina regenerativa y biotecnología.
Beatriz Bilone, su mamá, se crió con sus abuelos. Sus padres murieron cuando ella tenía apenas 4 años. Se sentía afortunada pese a una niñez de desdicha. Tuvo a su primera hija -Beatriz, como ella- y siete años después a María. Dedicó gran parte de su vida a la educación. Fundó 19 escuelas en el Gran Buenos Aires: fue directora y docente. Pero también fue una escritora voraz, una poetisa entusiasta, hizo teatro, condujo programas de televisión y radio en emisoras de Vicente López. Durante 28 años, coordinó la Casona de María, en Pilar, un espacio que ella misma abrió, un campo que recibía a ancianos para que pasaran un día completo con actividades, juegos y comida.
“Era un tornado, nada la frenaba. Amaba la vida como nadie”, la define su hija. A fines de agosto de 2018, la hospitalizaron. Primero fue una sepsis que lograron curar gracias a un tratamiento experimental. A los días se le perforó un intestino producto de un “Síndrome de Cushing” y no pudo resistir las operaciones. Murió, como la mayoría, por el deterioro que trae la vejez.
-En agosto volví a Buenos Aires. Hice todo lo posible por salvarla y, al mismo tiempo, lideré su criopreservación, que fue la primera y hasta ahora única en Argentina. Y que fue prácticamente un milagro.
Los obstáculos se sucedieron como en una prueba de resistencia. Al no haber antecedentes en el país, no existe regulación para congelar el cuerpo -en este caso el cerebro- de una persona. María nunca mencionó que era para criónica. Lo trataba como una donación: el planteo era que su madre, en teoría, quería donar su cerebro a la ciencia. De hecho, había dejado una carta en la que expresaba ese deseo.



María hizo una lista en su cabeza. Necesitaba primero hacer un congelamiento prematuro para detener el deterioro celular. También tenía que conseguir un cirujano que extrajera el cerebro, un lugar donde se pudiera hacer eso, que le entregaran el cuerpo, cumplir con la burocracia de la muerte. Eran demasiadas cosas.
Los médicos le dijeron que no iban a poder hacer la extracción del cerebro. Los cuerpos, todos, se derivan a una casa funeraria. María se detuvo un minuto: en las funerarias extraen órganos, embalsaman cuerpos… Quizás ahí sí podía ser posible. También había que hacer perfusión y en los tanatorios tienen esas “bombas” porque les sacan la sangre a los cuerpos para embalsamarlos. Ellos debían no solo sacar la sangre, sino también introducir los químicos que criopreservan los tejidos.
Después de decenas de llamadas, a la 1 de la mañana dio con una casa funeraria dispuesta a hacer el procedimiento. Al rato, casi por alineación, un médico de su confianza, el doctor Néstor Balmaceda, que la había ayudado a que PAMI financiara los últimos días de su madre en una clínica privada, la llamó por teléfono:
-¿Cómo está tu madre? -le preguntó-.
-Mal, se está muriendo.
-¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte?
-No sé. Necesito que extraigan el cerebro de su cráneo.
-Yo lo hago -le respondió como si se tratara de un trámite menor-. Soy cirujano retirado. ¿No te acordás?
A contrarreloj se activó el operativo, que contó con la asistencia del grupo de “autoayuda”, formado pocos años antes. Francisco, uno de los miembros, recorrió toda la ciudad para conseguir los químicos. María se puso en contacto con los científicos norteamericanos para que los guiaran en la “microcirugía”. Rodolfo, justo de viaje, siguió la proeza a la distancia.
9:30 Apenas fallecida cubrieron su cabeza con bolsas de hielo.
11:30 Llegó una ambulancia al hospital y pusieron el cuerpo en una caja rodeada de hielo para transportarla a la funeraria, donde arribó a las 12:30.
12:45 El Dr. Balmaceda y el tanatólogo Daniel Carunchio comenzaron a perfundir el cerebro insertando un catéter en la arteria carótida derecha. La perfusión duró una hora y 45 minutos.
16 Empezó la extracción del cerebro.
17:15 Ni bien terminó la extracción colocaron el cerebro en un recipiente de plástico relleno de agua helada.
Después siguió un congelamiento paulatino. Primero el cerebro se guardó en una heladera a 2 grados. El mismo día pasó a un congelador estándar a 16 grados bajo cero. Sobre la medianoche del día siguiente se agregó hielo seco para bajar aún más la temperatura. A las pocas horas se colocó el recipiente con el cerebro, envuelto en toallas, en una caja con hielo seco. Al final, el 12 de septiembre, tres días después de la muerte de Beatriz Bilone, la caja se almacenó en un “ultracongelador”, primero a -70 grados y luego a -80.
El cerebro permaneció en el ultracongelador hasta el 4 de febrero de 2019. Dentro de una caja más grande, rellena de hielo seco, fue trasladada por correo al aeropuerto para su transporte aéreo hasta Los Ángeles, donde está la sede de la 21st Century Medicine, la organización más importante en materia de investigación de criobiología. Ya cuatro años después, hoy, están terminando un estudio para ahora sí, por fin, llevar el cerebro a las instalaciones de Alcor, donde permanecerá años y años, quizás siglos.
-Es una posibilidad -dice María, que también ya tiene un contrato firmado para criopreservarse cuando muera-. Morirse sin criopreservarse te da absolutamente cero posibilidades. Haciendo esto, te da una chance. Quizás sea muy muy pequeña, pero es una chance.
El procedimiento

1. Si los médicos lo consienten, antes de morir al paciente se le administra heparina, un anticoagulante para que mantenga la sangre fluida.

2. Una vez muerto, al paciente se le coloca una vía en la arteria carótida y se le infunde una solución criopreservadora para impregnar todo el cerebro con esta solución. También se hace un corte en la vena yugular para eliminar la sangre que vuelve del cerebro.

3. Se coloca el cadáver cubierto de hielo seco dentro de una caja y se lo envía por avión o vía terrestre al centro criónico elegido.

4. Ya en el centro criónico, se lo coloca dentro de una bolsa de nylon y se lo cuelga boca abajo dentro de un “termo” gigante llamado criostato, relleno de nitrógeno líquido a -196 grados, donde aguardará por tiempo indefinido.
Preguntas frecuentes
- ¿Algún mamífero ya fue criopreservado y revivido?
- No, ninguno. Hasta hoy, solo se pudo reemplazar la sangre de perros y monos con una solución que se enfrió por debajo de los 0 grados, para luego proceder al recalentamiento y reactivación. Los únicos animales que fueron sometidos al proceso de criopreservación -es decir, fueron congelados en nitrógeno líquido a 196 grados bajo cero y luego reanimados- son los gusanos nematodos. La diferencia es que se los congela mientras están vivos.
- Suponiendo que en el futuro se pueda desarrollar una tecnología con ese potencial, ¿qué es lo que debería ocurrir para revivir a un paciente? ¿Cómo se pasaría de la descongelación a la reanimación?
- Cuando la congelación y la descongelación es instantánea en gusanos, las células se mantienen en el mismo lugar donde estaban antes de ser sometidas al congelamiento. Por ende, la gran mayoría de los gusanos consiguen ser reanimados. La complejidad con los humanos es que, primero, solo se los congela una vez muertos. Y segundo, son mamíferos de gran tamaño, que encima se los debería reparar molecularmente.
- ¿Se puede congelar a una persona viva?
- No, es ilegal y no hay ninguna empresa que brinde ese servicio. Las organizaciones pretenden que algún día sea posible, en “condiciones cuidadosamente controladas”, para pacientes terminales.
- ¿Con qué edad reviviría la persona suponiendo que pueda ser reanimada en el futuro?
- Al revivir, lo haría con la edad cronológica con la que murió. La esperanza de quienes se congelan es que, para el tiempo que sea posible la reanimación, ya existan tecnologías no solo para curar la enfermedad por la que murieron, sino que se hayan logrado avances significativos en el rejuvenecimiento.
- De funcionar la criopreservación, ¿la persona renacería sin daños?
- La criónica podría “funcionar” en varios grados. Según Max More, es posible que una persona reviva, pero con alguna pérdida de memoria u otros daños. Por eso la opción de la neuropreservación es requerida. Además de ser menos costosa, el cerebro es más fácil de transportar. Son las únicas células verdaderamente esenciales que deben conservarse. Ahí es donde residen la memoria y la personalidad. Probablemente, dice, sea más fácil reemplazar un cuerpo por un avatar que regenerar uno fallecido.
- ¿En algún momento una persona podría llegar a ser criopreservada infinita cantidad de veces? Es decir, ¿vivir una vida eterna?
- La idea de la criónica es que se lleve a cabo una sola vez. Si en algún momento una persona es reanimada, será en un futuro en el que se presume que podrá ser rejuvenecida y vivir indefinidamente. Por lo cual no sería necesario repetir el procedimiento de congelamiento y descongelamiento.
Fuente: Entrevistas de Infobae a Max More, presidente de Alcor Foundation, y a Dennis Kowalski, presidente de Cryonics Institute
El escepticismo
Lo único que sabemos desde el momento cero, la única afirmación que podemos hacer respecto a nuestro destino es que en algún momento moriremos. No sabemos cuándo ni cómo, pero sí que sucederá. Es la única predicción ajena al más mínimo margen de error.
Cuando el envite es tal que desafía una máxima tan contundente, reina el escepticismo. La inmensa mayoría de los científicos que opinan sobre las posibilidades de que la criopreservación de humanos funcione son tajantes: no hay ninguna posibilidad, dicen, de que se invente una tecnología capaz de revivir y darle una vida eterna a una persona que murió y permanece congelada.
Juan Carlos Izpisúa, biólogo español, una de las máximas referencias en el campo de la medicina regenerativa, comparó la criopreservación con “congelar un filete”, un pedazo de carne. “Si uno congela un filete putrefacto, cuando lo vuelva a descongelar seguirá putrefacto. Si uno congela un filete que está bien, estará bien, pero seguirá estando muerto. No se resucita. Me resulta muy difícil de entender ese argumento de que se puede congelar un órgano o un organismo entero que ha dejado de funcionar. Estamos hablando de algo que no tiene sentido”.
Y las opiniones en esa línea se multiplican.
Otro experto, Ken Miller, codirector del Centro de Neurociencia Teórica de la Universidad de Columbia en Nueva York, también desechó la hipótesis de que congelar solo el cerebro de un humano sea más viable. “Han de pasar al menos miles de años antes de que sepamos y comprendamos realmente cómo funciona el cerebro hasta el punto en que se puedan tomar todas las piezas y volver a unirlas y convertirlas en una mente. Es demasiada la complejidad. Son niveles y niveles y niveles y niveles, que están más allá de la imaginación”.
Y pese al rechazo casi unánime de la comunidad científica, un grupo -por ahora pequeño- hace oídos sordos a las advertencias. O incluso conociendo las dificultades, como la argentina Beatriz Bilone, eligen “jugarse un pleno”.
Quienes llegan a desembolsar varios miles de dólares en una apuesta más que improbable tienen diferentes motivaciones, cuenta Max More, presidente de Alcor. La mayoría quiere seguir disfrutando de la vida, de los viejos hábitos y de los póstumos, aprendiendo de un mundo que mutará y, asumen, se volverá cada vez más interesante. “Quieren criopreservarse porque no creen que haya ninguna obligación de morir solo porque nuestro cuerpo nos falla”, dice el ejecutivo.
El científico platense Rodolfo Goya cita al tecnólogo Ray Kurzweil, una de las mentes detrás de Google, para zanjar su propia disyuntiva: “Alguna vez escribió que no deberíamos celebrar nuestras propias limitaciones”. Para él, la muerte no le da sentido a la vida. Al contrario, piensa que nadie que goce de buena salud física o mental estaría dispuesto a abandonarla. “Con la muerte se acaba todo. Si no jugás tu carta criónica y vas a parar bajo tierra, no tenés ninguna opción”, dice y acomoda sus pensamientos: “Nuestra filosofía -la mía- es esa. Jugar nuestra carta”.
Te sugerimos
Sociedad
Un turista de 21 años se metió al Río Paraná para buscar una pelota y murió ahogado
Publicado
1 día atráson
12 marzo, 2025Por
Admin
Ocurrió en el balneario municipal de Santa Elena. El joven habría cruzado la zona habilitada, que estaba delimitada por boyas
Un joven de 21 años murió ahogado este martes por la tarde tras adentrarse en las aguas profundas del río Paraná para recuperar una pelota. El trágico accidente ocurrió en el balneario Santa Elena, situado en la ciudad homónima, en Entre Ríos.

Si bien un compañero intentó ayudarlo, tuvo que soltarlo debido a que la víctima comenzó a arrastrarlo mientras se ahogaba. El joven fue identificado como Logan Daniel Videla, oriundo de La Matanza, provincia de Buenos Aires. En el caso intervinieron agentes de la Comisaría de Santa Elena, del Departamento La Paz, junto con personal de Prefectura Naval.
Alarmante cifra de ahogamientos durante el verano
Según se pudo reconstruir, al notar que no podía mantenerse a flote, comenzó a pedir auxilio. A pesar de los esfuerzos de una persona que logró sacarlo del agua, ya no presentaba signos vitales, según informó El Doce TV.
En lo que va del verano, las víctimas fatales sufrieron accidentes en las localidades cordobesas de La Calera (Sierras Chicas), Nono (Traslasierra), Villa Rumipal (Valle de Calamuchita), Villa Carlos Paz (Valle de Punilla), el dique Piedras Moras (Calamuchita), Mina Clavero (Traslasierra) y Río Tercero (Tercero Arriba).

Solo dos días antes de la muerte de Lucas Iván Paz, falleció otro hombre identificado como Horacio Quiroga en la ciudad de Río Tercero. La víctima, de 37 años, disfrutaba de una jornada familiar cerca del balneario municipal; cuando ingresó al agua en la zona del predio del Centro Tradicionalista alrededor de las 19 horas. Testigos relataron que, tras lanzarse al río, Quiroga no volvió a salir a la superficie, lo que generó alarma entre los presentes.
Días atrás, un hombre de 65 años, identificado como Norberto Jorge Amadeo, falleció en el balneario La Toma, ubicado en la localidad de Mina Clavero. El turista, oriundo de la provincia de Buenos Aires, resbaló mientras intentaba cruzar el río a nado, golpeó su cabeza contra una piedra y fue arrastrado por la corriente, lo que resultó en su trágico deceso.
Sociedad
Temporal en Bahía Blanca, en vivo: se reactivó el transporte público y será gratis por 30 días
Publicado
1 día atráson
12 marzo, 2025Por
Admin
La ciudad bonaerense vuelve poco a poco a la normalidad. El funcionamiento de los colectivos, la recolección de residuos y la entrega de donaciones. La atención al público en lugares habilitados para circular. Qué pasará con las clases y el clima
Bahía Blanca se reconstruye después del fuerte temporal que azotó a la ciudad el viernes pasado, provocando grandes daños y destrozos. La ciudad recibió la llegada del.
En el medio de la angustia que prevalece por las personas que aún están desaparecidas, incluyendo a las hermanas Delfina y Pilar Hecker, de uno y cinco años, las autoridades del municipio se mantienen trabajando en su búsqueda.
Por lo pronto las clases estarán suspendidas hoy y mañana debido a las complicadas condiciones de infraestructura en las que se encuentran las instituciones relevadas.
En tanto, el gobierno de la Provincia de Buenos Aires anunció un paquete de medidas como créditos blandos, subsidios, transporte gratis y beneficios impositivos.
El presidente del Club Olimpo de Bahía Blanca, Alfredo Dagna, destacó la ayuda de gran parte de las instituciones deportivas de la Argentina: “Es un aluvión de donaciones que vienen. Me han llamado casi todos los presidentes de clubes para decirme que enviaban uno o dos camiones”. E informó que la idea es entregarlo “en forma inmediata” a la gente, ya que hay una situación de desesperación.
Respecto al rol de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), Dagna comentó que el organismo se encuentra recibiendo donaciones en el predio de la AFA, en Ezeiza, que provienen de los clubes del interior. Y subrayó que lo que más se necesita son elementos de higiene: “El tema es lo que pueda pasar desde el punto de vista sanitario en la Ciudad”.

En cuanto a medidas, el dirigente relató: “En el fútbol lo que hicimos fue suspender el partido que teníamos ahora, jugábamos el domingo. Tengo dos helicópteros de la Policía Federal en la cancha de fútbol y suben y bajan todos los políticos que vinieron. El club está colapsado con las ayudas”.
Por último y sobre la situación actual en la localidad bonaerense, Dagna calificó al temporal como “una situación difícilmente de entender” y estimó que es poco probable que vuelva a suceder. “Son situaciones que uno las explica y las cuenta, pero el que las vive es una situación traumática porque pierde todo. Eso es como el Juego de la Oca, retrocedes 20 casilleros porque perdés todo. Hechos como estos desbordan cualquier previsibilidad posible”.
En este punto, concluyó: “Es dramático lo que pasó, de tal forma que, toda la ayuda que llega, si bien es un bálsamo para la gente, cuando pase la ayuda la gente va a tener que arrancar de cero. Y eso es lo más preocupante”.
Cómo están las rutas en Bahía Blanca
Según informó Vialidad Nacional, el estado de las rutas nacionales que conectan la ciudad con el resto del país presenta diversas restricciones, incluyendo cortes totales y tramos transitables con precaución.
De acuerdo con el reporte oficial, la Ruta Nacional 3 (RN 3), muestra diferentes niveles de accesibilidad dependiendo del tramo. El segmento entre Azul y el empalme con la Ruta Nacional 229 (RN 229) se encuentra transitable sin inconvenientes. El tramo que conecta la RN 229 con El Triángulo y el que va desde este último punto hasta la calle Charlone (kilómetro 691) requieren precaución debido a las condiciones del camino.
Por otro lado, el tramo entre el Canal Maldonado (kilómetro 692) y el empalme con la Ruta Nacional 33 (RN 33) permanece completamente cerrado al tránsito.

El resto de los tramos de la RN 3 presentan una situación mixta. Desde el empalme con la RN 33 hasta el empalme con la Ruta Nacional 22 (RN 22), el tránsito es posible pero con precaución, mientras que el trayecto entre el empalme con la RN 22 y Patagones está habilitado sin restricciones.
Asimismo, el segmento que conecta el empalme con la RN 3 y Río Colorado, perteneciente a la RN 22, también es transitable con normalidad.

La Ruta Nacional 33 (RN 33) también presenta condiciones variables. El tramo entre el empalme con la RN 3 y La Vitícola está habilitado, pero se recomienda circular con precaución. Por su parte, el trayecto que conecta La Vitícola con Pigüé no presenta inconvenientes. Sin embargo, el tramo que une Pigüé con Trenque Lauquen requiere precaución debido a las condiciones del camino.
En cuanto a la Ruta Nacional 35 (RN 35), el panorama es más crítico. El tramo que conecta Bahía Blanca con el límite de la provincia de La Pampa se encuentra totalmente cerrado.

Por su parte, la Ruta Nacional 228 (RN 228), que conecta Necochea con Tres Arroyos, está habilitada sin restricciones. Por otro lado, la Ruta Nacional 229 (RN 229), que une el empalme con la RN 3 y Balneario Marisol en Punta Alta, es transitable, pero con precaución.
La Ruta Nacional 249 (RN 249), que conecta el empalme con la RN 3 y el empalme con la RN 229 en Punta Alta, también requiere precaución para su tránsito. Asimismo, la Ruta Nacional 252 (RN 252), que abarca el tramo entre la Rotonda de Villa Sarsfield y el puente La Niña, presenta condiciones similares.
Finalmente, la Ruta Nacional 1V03 (RN 1V03), que conecta el empalme con la RN 3 y la Rotonda Ex Indiada, también está habilitada, pero se recomienda circular con precaución.
El Hospital Penna reactiva algunos de sus servicios

El Hospital Provincial José Penna, principal centro de salud de Bahía Blanca, comenzó a recuperar su funcionamiento tras los graves daños sufridos durante el temporal del pasado viernes.
El Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires implementó un amplio Plan de Contingencia que incluye la adecuación de espacios, la reorganización de servicios y el envío de recursos humanos y materiales para garantizar la atención médica en la región.
Más de 200 agentes sanitarios fueron enviados al hospital, junto con equipamiento médico, medicamentos, vacunas y personal especializado en salud mental. Estas medidas buscan restablecer la operatividad del establecimiento, que es clave para la atención de la población local.
Sociedad
“¿Dónde está mi bebé?”: la angustia de una madre adolescente y la hazaña de una enfermera en medio de la inundación en Bahía Blanca
Publicado
1 día atráson
12 marzo, 2025Por
Admin
La tormenta arrasó con el Hospital Penna y decenas de niños tuvieron que ser evacuados de la Neonatología. Saira Delmiro, de 16 años, vivió una odisea para reencontrarse con su hija, Amely. Su historia y la de la enfermera que la salvó
El viernes 7 de marzo, Saira Delmiro (16) se despertó sobresaltada en su casa del barrio 9 de Noviembre, en Bahía Blanca. Eran las cuatro de la madrugada y afuera llovía sin parar. Horas después, cuando ya se había desatado el peor temporal de la historia de la ciudad, llegó a su teléfono un video que le heló la sangre: el hospital Penna, donde su hija Amely llevaba tres semanas internada en el sector de Neonatología, se había inundado.
“Me agarró un ataque de nervios. No veía a mi bebé desde la noche anterior y en las imágenes no aparecía el sector donde ella estaba. Me desesperé. Pensé que no se iba a salvar”, recuerda Saira en diálogo con Infobae.
Amely nació el 15 de febrero pasado, con solo 27 semanas de gestación y un peso de 940 gramos. Desde entonces, la beba pasaba sus días en una incubadora, con respirador y asistencia médica constante. Saira, que recibió el alta tres días después de traerla al mundo, la visitaba dos veces al día. “Trataba de pasar la mayor cantidad de tiempo en la Neonatología. Le cambiaba los pañales, me sacaba leche para que se alimentara y le hablaba permanentemente. Me costaba mucho verla así, tan chiquita y llena de cables”, explica.
A pesar del buen cuidado, en sus primeras semanas de vida, la evolución de Amely era incierta: primero tuvo ictericia (NdR: una afección frecuente en los neonatos que provoca que la piel y las partes blancas de los ojos se tornen amarillas a partir de un exceso de bilirrubina en la sangre) y, luego, una infección que le comprometió los pulmones. “Todo venía siendo muy cuesta arriba”, explica su mamá
Pero la prueba más dura todavía estaba por llegar.

“¿Dónde está mi bebé?“
Después de ver los videos, aquel viernes 7 de marzo, Saira decidió ir al hospital Penna a buscar a su bebé. Llegó alrededor de las 17 y ahí se enteró de que Amely ya no estaba allí. “Pregunté adónde estaba mi hija y me dijeron que la habían trasladado. ‘Ella está bien, pero la llevamos a OSECAC’, me explicó el director de Neonatología. El problema es que eso quedaba pasando el centro y, con mi mamá, no teníamos cómo llegar. Paramos una camioneta que se ofreció a llevarnos, pero tuvimos que bajarnos antes. Cuando salimos del coche, el agua nos llegaba por encima de la cintura y la corriente te llevaba. Tuvimos miedo”, cuenta.
Durante horas, Saira y su madre se quedaron atrapadas en una vereda, sin poder avanzar. “Tuvimos que esperar a que bajara el agua. Estábamos empapadas y embarradas. Al final, empezamos a caminar por calles sin luz. ‘No vamos a llegar’, le decía a mi mamá”, cuenta Saira.

“No tenés nada que agradecer”
Quien repone la otra parte de la historia, ahora, es Luciana Marrero, la enfermera que cobijó a Amely en su pecho, debajo de su ambo, para darle calor y así salvarle la vida. Junto a sus compañeras del Penna, Luciana puso en marcha un operativo de rescate que se extendió durante 18 horas ininterrumpidas hasta que lograron trasladar a todos los recién nacidos a un lugar seguro.
“Actuamos con el corazón y pensando en las madres que no pudieron llegar hasta sus hijos debido a la tormenta. Si no nos saliera del corazón, no podríamos haberlo hecho. La prioridad siempre son los bebés”, comentó la enfermera en una entrevista días atrás.
“A Luciana nunca la había visto porque yo me iba del hospital a las 21 y ella llegaba a las 24. El encuentro fue muy lindo. Me abrazó y me dijo que hizo lo que yo hubiera hecho. Si no fuera por ella, Amely no estaría hoy acá”, asegura Saira.
Pese a la incertidumbre por lo que vendrá, la joven se aferra a la esperanza. “Gracias a Dios, mi casa no se inundó y puedo ir y volver de OSECAC, aunque está mucho más lejos que el Penna. Amely sigue ganando peso y mientras ella esté bien, yo también lo estaré”, se despide Saira.

Volver a ponerse de pie
Tras la inundación, el hospital Penna, que también recibe pacientes de Tres Arroyos, Carmen de Patagones y otras localidades del sur de Buenos Aires, se encuentra en una situación crítica.
Ante la devastación, el personal de la institución solicitó la colaboración de la comunidad para reconstruir la sala de Neonatología y reponer los equipos perdidos. “Bahía necesita de la población. Nuestro sueño es volver a ver nuestra Neo en pie“, aseguraron las enfermeras.


Un turista de 21 años se metió al Río Paraná para buscar una pelota y murió ahogado

Temporal en Bahía Blanca, en vivo: se reactivó el transporte público y será gratis por 30 días

El caso del “monstruo de Villa Martelli” que abusó a su hijastra durante seis años en la calle y en un albergue de Constitución

La inflación anual de Estados Unidos trepó a 8,6% en mayo y es la más alta en 40 años

El Incucai condenó la propuesta de Javier Milei de permitir la venta de órganos

“El cuerpo irradia calor”: la insólita respuesta a maestros de una escuela de General Rodríguez que se quejaron del frío

Furioso temporal en Bahía Blanca: suspendieron todas las actividades y hay decenas de familias evacuadas

Mataron a una nena de 7 años que quedó en medio de un robo en La Plata: detuvieron a dos adolescentes de 14 y 17 años

Un policía mató a un adolescente de 16 años que intentaba robar un auto en La Matanza
Mas Leidas
-
Politica3 días atrás
El Gobierno apura el pedido de autorización al Congreso para acordar con el FMI: detalles de una medida clave para la economía
-
Nacionales3 días atrás
El gobierno de Chubut frenó la ayuda a las víctimas de los incendios en Epuyén
-
Sociedad3 días atrás
Por la fórmula jubilatoria, aumentó el gasto en febrero y el Gobierno acelera recortes en subsidios y obra pública
-
Politica3 días atrás
Tres días antes del temporal, Pettovello desguazó la Dirección Nacional de Emergencias
-
Internacionales3 días atrás
El papa Francisco pasó una noche tranquila y mostró una leve mejoría tras 25 días hospitalizado
-
Nacionales3 días atrás
El Gobierno bonaerense continúa con los operativos de búsqeda y rescate en Bahía Blanca
-
Sociedad2 días atrás
Rubén Zalazar, el hombre que murió intentando salvar a las nenas desaparecidas en Bahía Blanca
-
Internacionales3 días atrás
Donald Trump encabeza una cumbre cripto en la Casa Blanca