Sociedad
Su padrastro abusó de ella cuando era niña, lo condenaron a 14 años de cárcel y apeló: “Tengo miedo que lo liberen”
Publicado
3 años atráson
Por
Admin
Agustina Klundt decidió contar su drama porque, dice, “no quiero darle a nadie más la comodidad de mi silencio”. El infierno que vivió en su casa. La sensación de no importarle a nadie. El día que a los 24 años decidió hacer la denuncia. Y una lucha en los tribunales que no terminó
Agustina no tuvo una infancia ni una adolescencia feliz. A los 28 años cuenta, entre lágrimas, que pasó de la violencia de su madre a los abusos sexuales de su padrastro. A los 16 años se fue de Santa Rosa, La Pampa, con su novio de 21, cuando éste consiguió un trabajo en la ciudad de Buenos Aires. Fue madre de dos hijos y quiso dejar su pasado atrás. Pero no pudo. En 2019 tuvo un intento de suicidio.
El 28 de julio de este año, el padrastro de Florencia Agustina Klundt fue condenado a 14 años de prisión por haber abusado de ella desde los 8 hasta los 16 años. El juez pampeano Carlos Alberto Besi también decidió que cumpla la pena con arresto domiciliario hasta que finalice el proceso judicial, ya que su defensa apeló al Tribunal de Impugnación. Por lo tanto, la condena no está firme. Ahora la joven, que recién pudo hacer la denuncia cuando cumplió 24 años, teme que pueda quedar en libertad. Su madre también fue enjuiciada por encubrimiento agravado y sobreseída por el mismo magistrado: como el delito investigado había cesado hace 8 años, estaba prescripto.
“Me cansé de quedarme callada. No quiero darle nunca más a nadie la comodidad de mi silencio”, le dice a Infobae por whatsapp. La charla telefónica duró dos horas.
“Santa Rosa es una de las ciudades con más casos de abusos de esta índole -comienza Agustina-. Pero por casos similares al mío les dan cuatro o seis años. Que se logren 14 años fue para la provincia una condena muy alta. Tengo miedo que lo liberen quizás por haber visto casos similares. Y ellos no son dos personas que no tienen recursos, ella es enfermera y sindicalista y él dueño de una de las rectificadoras más importantes de La Pampa”.
Agustina no usa jamás su primer nombre. Ya contará, más adelante, cuándo decidió que dejaría de llamarse Florencia, y por qué. Aunque legalmente su identidad no haya cambiado. Dice que su padre biológico y su madre se separaron cuando tenía “4 o 5 años”. Y que, a partir de entonces, la mujer intentó convertirlo en el “enemigo número uno”. El relato de su infancia es desolador. Asegura que, cuando se quedaban mucho tiempo solas con su hermana, cuatro años menor, pasaban hambre porque su madre escondía la comida “en un armario”. A partir de ese momento, “tanto yo como mi hermana sufrimos trastornos de alimentación”, añade.
Agustina “en una de las pocas fotos que tengo sonriendo de niña”, cuentaUn diciembre, mientras celebraban las fiestas cenando hamburguesas, apareció en su vida la nueva pareja de su madre. Agustina tenía 8 años. “Había mucha insistencia por parte de mi ella que le digamos papá. Él tenía una hija de la edad de mi hermana. Creo que en su cabeza, mi madre quería creer que tenía una familia.”
Los abusos que denunció de su padrastro no comenzaron de inmediato, dice. “Cuando entró en nuestras vidas hacía de comer, estaba ahí, ayudaba con la tarea, me traía, me llevaba… El abandono de mi madre era tan grande que cuando llegó nos mostró un poco de cariño y dijimos ‘que buena persona’. Fue muy paulatino, muy sutil. A veces me cuesta darme cuenta cuándo las cosas se salieron de control. Cómo no me di cuenta, o no lo presentí. Llegué a pensar que todos los papás eran así, que sentaban a sus hijas en el regazo y las tocaban. Ahora puedo ver, pero en ese momento no registraba que me daba besos muy en la comisura del labio, o abrazos muy pegados o se acostaba en la cama y me preguntaba cómo había sido mi día. Hoy me doy cuenta que se frotaba conmigo”.
Dice Agustina que se dio cuenta del infierno que vivía al comenzar el secundario o quizás antes, cuando se empezó a cortar los brazos con un bisturí que halló en su casa. “Fue cuando empezó la época más intensa y dolorosa. Me perseguía, se metía en el baño. Las puertas empezaron a aparecer sin picaportes. Le ponía papel y se los sacaban. En la ducha apoyaba el palo del secador para trabar la puerta. Entraba a nuestro cuarto. Al principio nos miraba dormir de lejos. Y de a poco se acercaba más Le dijimos a mi madre y nos dijo que no digamos mentiras. El se bañaba y se venía a cambiar a nuestro cuarto. Nos tocaba, nos destapaba, nos tocaba por arriba de la ropa, y después nos sacaba la ropa. Así que dormíamos vestidas. Cuando empecé con los cortes yo no dormía. Con mi hermana llegamos a dormir con cuchillos bajo la almohada. Ya no me bañaba y me empezaron a dar pastillas para dormir”.
Un día dejó las evidencias de los cortes a mano. Su madre le subió la remera y los notó. “Lo primero que me preguntó fue si mi padrastro me tocaba. Le dije que si y me dijo que yo quería arruinar a la familia. Me llevó a la casa de una amiga, me dejó con sus hijas y se fue. Volvió a la noche y me quiso dejar en lo de mi padre biológico. Su pareja le dijo que no estaba, pero no le creyó, la empujó y se metió. Mi papá estaba mirando la tele. Lo único que pensé yo fue ‘no me quiere nadie, no le importo a nadie’. Me metió al auto y yo lloraba y preguntaba qué había hecho, si no era mala. Me respondió ‘vos no podés obligar a nadie a que te quiera’”.
El peor momento llegó cuando alquilaron una quinta para pasar el verano. Un día, recuerda Agustina, quedaron solos. “¿Esto necesitás que te lo cuente?”, pregunta… Y no. Se puede imaginar el horror que habrá sentido una niña de 12 años frente a un perverso. Fue la primera violación con acceso carnal que sufrió, según la sentencia. Antes lo había intentado, pero la madre de Agustina llegó y desistió. “El arreglaba autos, y le dejó la correa como para que chirriara y le advirtiera que venía… A veces me enojo conmigo y digo por qué no hice nada”.
Agustina con su pareja, Kevin: “Él me salvó”Después del episodio en la casa de su padre biológico, Agustina fue a vivir con su abuela. Estuvo allí un mes. Pero la mujer, que era empleada doméstica, tampoco la ayudó. Como había quejas que faltaba a la escuela, su madre ordenó que la llevara su padrastro. El horror se hizo insoportable. “Me llevaba a la laguna, al taller, a cualquier lugar donde no hubiera gente y pasa todo. Tiraba el asiento para atrás… Yo sólo sentía olores, su respiración… Era muy asqueroso ir así después a la escuela. Empecé a odiar al mundo”.
La pesadilla parecía no tener fin. Nunca podía tener un amanecer en paz. Deseaba irse a dormir y no despertar. Con tantos golpes físicos y emocionales, Agustina enfermó de pielonefritis “Tenía muchas infecciones urinarias, después me enteré que era por los abusos”, cuenta. Fue internada y repitió un año escolar. Le contó a una maestra los abusos. Del colegio llamaron a su casa. Y todo volvió a empezar.
Para que no la encontrara su padrastro, empezó a dormir en la casa de sus compañeras. Y allí notó que esas familias no eran como la suya. “Los papás no hacían esas cosas. Yo por entonces le tenía mucho miedo a los adultos”. Decidió que no la llamaran más Florencia y comenzó a decir que era Agustina. Y conoció a Kevin, el que hoy es su esposo. Se fue a vivir con él. Al año, a Kevin le ofrecieron venir a trabajar a Buenos Aires. Aceptó. Y ella lo acompañó. Al principio estuvieron con la madre de su novio y luego alquilaron un departamento de un ambiente en Palermo.
Cuando cumplió 18 años, Agustina fue mamá por primera vez. Tuvo a Leo en Santa Rosa, y ahí, señala, “comencé a tener relación con mi papá biológico”. Luego llegó su hija, Vicky. Pero enfrentó un nuevo desafío. “Yo no sabía cómo ser mamá. Pero no quería repetir con mis hijos lo que me hicieron. Kevin me dijo que empiece terapia. Él conocía mi historia por entonces, ni conoció a mi madre ni a mi padrastro. A los 22 comencé a ir al psicólogo porque me daba miedo salir a la calle sola. Lloraba y tenía ataques de ansiedad. Me diagnosticó agorafobia y trastorno límite de la personalidad. Me medicaron. Un día resolví que no quería hablar más de los abusos y que sería la madre que no tuve”.
Sin embargo, el destino le preparó otro escollo. Cuando todo parecía encauzarse, recibió un llamado de su hermana menor, que estudiaba en Entre Ríos. Le preguntó si era cierto lo de nuestro padrastro y le dijo que se iba a matar. Viajó a Paraná, la policía le dijo que la habían internado en un centro psiquiátrico. “La saqué de ahí y me pidieron que no tuviera contacto con mi madre”.
La dolorosa recta final que transitó Agustina hasta el momento comenzó allí. “Mi hermana me dijo que había hecho una denuncia en la fiscalía de Entre Ríos. Una fiscal me contó que me nombraba a mi, y si era cierto. Se lo confirmé, pero también le dije que no quería hacer la denuncia. ‘Si vos denunciás, la causa se va a unificar y va a tener más peso’, me convenció”.
Agustina contó todo y la denuncia pasó a los juzgados de Santa Rosa. El proceso duró cuatro años. Lo primero que lograron fueron órdenes de restricción para el padrastro y la madre. Según cuenta, su madre violaba ese impedimento en forma permanente. “Mi hermana tuvo dos intentos de suicidio. En el más grande se quiso colgar y un chico la salvó justo. Y cerca de mi primera declaración, mi abuela me mandó un audio muy agresivo, que yo había ensuciado a mi familia y que ella me iba a denunciar a mi. La primera vez que tuve que hablar con el fiscal no podía con mis emociones, pensaba que nadie me iba a creer. Y detoné: me tomé no se cuántos clonazepam y terminé internada”.
Agustina Klundt en familia, con Kevin y sus hijos Leo y Vicky en una foto de unos años atrásSu hermana estaba muy mal, pero Agustina sabía que no la podía llevar a vivir con ella. Su padre biológico se hizo cargo. “Ella no tomaba la medicación, y empezó a hablar con mi madre y mi abuela. Me llamaba para decirme que todo esto era mi culpa, se puso agresiva, terminó viviendo otra vez con mi madre y retiró su denuncia”.
Agustina, ahora sola, continuó adelante. El 28 de julio su abogada, la doctora Ana Carolina Tofoni, le informó la resolución del juez Besi. El tribunal acreditó que el padrastro “abusó sexualmente de Florencia Agustina Klundt desde los 8 años hasta los 12 años de edad mediante caricias, tocamientos, manoseos en todo su cuerpo… y luego entre los 12 años y 16 años, aproximadamente, con acceso carnal”.
Sabe que esto no terminó, que la lucha judicial continúa. “Dicen que se hizo otra denuncia y que no lo pueden juzgar dos veces por lo mismo. En realidad una vez fui a hacer la denuncia, pero me dejaron sola en una habitación, me puse a llorar y me fui”. El propio juez indica en su sentencia que “no cuenta con ninguna documentación, expediente o instrumento alguno que permitan de un modo u otro resolver sobre la procedencia o no de la garantía o principio que veda la doble persecución penal. A requerimiento de la Defensa se solicitó al Archivo Judicial que informe respecto de la denuncia mencionada debiendo remitir la documentación respectiva, informando que se revisó el SIGE no hallándose el expediente, siendo necesario contar con la carátula respectiva y/o número respectivo”.
Agustina, que estudiaba Contaduría en la Escuela Argentina de Negocios, cuenta que debido al juicio, dejó la carrera en suspenso. Por el momento, tampoco trabaja. Con Kevin, que es contador, tienen un estudio desde 2017. Su vida, hoy, son sus hijos de 10 y 8 años. E intentar llevar una existencia normal. “Pude superar vivir en el infierno. Y contar lo que viví. Al hablar, la carga se hace más liviana”.
Te sugerimos
Sociedad
Qué son los exosomas y por qué podrían ser claves en la lucha contra el Alzheimer
Publicado
7 horas atráson
2 diciembre, 2025Por
Admin
Un reciente avance científico señala que la función de estas diminutas estructuras celulares resulta decisiva para el intercambio de señales entre neuronas y ofrece nuevas perspectivas para comprender y abordar enfermedades neurodegenerativas hereditarias
Un equipo de la Universidad de Aarhus realizó un hallazgo importante para entender el Alzheimer familiar, una forma hereditaria de esta enfermedad que afecta la memoria y capacidades cognitivas.
El papel de SORL1 y los mensajes celulares
El estudio, dirigido por Kristian Juul-Madsen y Thomas E. Willnow, en colaboración con el Max-Delbrueck-Center for Molecular Medicine de Alemania, se centró en la variante N1358S del gen SORL1. Esta mutación se encontró en casos de Alzheimer de inicio temprano.

El gen SORL1 es responsable de fabricar una proteína llamada SORLA, que tiene la tarea de organizar el transporte de sustancias dentro de las células cerebrales. Hasta ahora se sabía que SORLA ayudaba a evitar la formación de depósitos dañinos relacionados con el Alzheimer, pero los científicos quisieron saber si su función iba más allá de este proceso.
Uno de los grandes descubrimientos es que, aunque la mutación N1358S no cambia la interacción de SORLA con la sustancia relacionada con la formación de placas en el Alzheimer, sí altera el grupo de proteínas con las que suele trabajar.

El análisis detallado reveló que los cambios afectan principalmente a la producción y liberación de exosomas. Estas son pequeñas vesículas que las células utilizan para enviarse mensajes e instrucciones entre sí.
Cuando los científicos compararon células con y sin la mutación, vieron una clara disminución en la cantidad de exosomas liberados por células que tenían la variante N1358S o que carecían del gen SORLA.
Además, los exosomas de estas células eran algo más pequeños y presentaban una consecuencia aún más importante: perdían su capacidad para ayudar en el crecimiento y desarrollo de otras neuronas. En las pruebas, exosomas normales aplicados a neuronas jóvenes estimulaban su maduración, mientras que los provenientes de células con la mutación ya no ofrecían ese beneficio.

El contenido de los exosomas también se vio afectado. Los exosomas de las células modificadas llevaban menos microARNes que apoyan el desarrollo neuronal, y más microARNes con efectos opuestos. Este desequilibrio se asoció con la incapacidad de los exosomas alterados para apoyar la maduración de otras neuronas.
Nuevas pistas para el entendimiento y tratamiento
El descubrimiento llevó a los autores a concluir que SORLA regula la cantidad y la calidad de los exosomas que las células liberan, y que cuando esto falla, la comunicación entre las células se ve interrumpida. Este defecto en el envío de mensajes entre las células cerebrales, y no solo la acumulación de sustancias dañinas, podría estar en el origen del Alzheimer familiar.
La investigación también observó que el papel de SORLA en la fabricación de exosomas existe tanto en neuronas como en microglía, lo que sugiere que su función es amplia dentro del cerebro.
Los investigadores concluyen afirmando que este avance ofrece la posibilidad de desarrollar nuevas estrategias para diagnosticar y tratar la enfermedad, dirigidas a restaurar la comunicación entre las células cerebrales y mejorar la calidad de vida de los pacientes con Alzheimer familiar.
Sociedad
Así luce Britney Spears hoy, a los 44 años
Publicado
8 horas atráson
2 diciembre, 2025Por
Admin
La artista transita una etapa de cambios profundos, con reconciliaciones familiares, vida más reservada en México y nuevos desafíos en torno a su bienestar y privacidad
El 2 de diciembre, Britney Spears celebra su cumpleaños número 44 en medio de una etapa marcada por la transformación y la búsqueda de equilibrio personal. La referente indiscutida del pop desde finales de los 90 festeja un nuevo año de vida tras superar retos personales y familiares, y al iniciar su residencia en México, donde procura mayor tranquilidad y privacidad.
Desde el final de su tutela en 2021, retomó el contacto con sus hijos, Sean Preston y Jayden James, intentando fortalecer los lazos con su familia. Su reciente aparición junto a Kim y Khloé Kardashian en Hidden Hills, California, evidenció su nuevo impulso social y su apertura a vínculos públicos.

En 2025, protagonizó un episodio mediático durante un vuelo privado al encender un cigarrillo y consumir alcohol, lo que provocó una amonestación de las autoridades a su llegada a Los Ángeles. A pesar de estos contratiempos, la cantante asegura estar enfocada en su recuperación y aprendizaje, priorizando su privacidad y salud mental. La búsqueda de autonomía y protección familiar es uno de los pilares en este nuevo capítulo.
Cómo fue la carrera de Britney Spears
Su imagen evolucionó paralelamente a los cambios en la industria y desafíos personales. Spears enfrentó la presión extrema de los medios, factores que propiciaron la tutela legal en 2008. Sin embargo, continuó lanzando música y colaborando con grandes figuras, manteniendo su popularidad y relevancia.

En Las Vegas marcó un precedente al inaugurar una residencia exitosa que inspiró a otros artistas. Talento escénico y espíritu de reinvención permitieron que su figura permaneciera activa durante más de dos décadas en el panorama musical internacional.
Qué le pasó a Britney Spears
En 2008, Britney Spears fue sometida a una tutela que la privó del control sobre sus finanzas y muchas decisiones personales, con el argumento de proteger su salud mental y seguridad. Jamie Spears, su padre, fue nombrado tutor principal, lo que deterioró el vínculo entre ambos.
El arduo proceso legal para terminar la tutela se extendió hasta 2021, convirtiéndose en un caso emblemático de debate público y de movimientos de apoyo. Una vez recuperada su libertad, Spears confesó haber sufrido “daño cerebral” por experiencias traumáticas del régimen legal y expresó sentirse afortunada de “estar viva” tras superar ese periodo adverso. El lanzamiento del libro de Kevin Federline, su exmarido, con nuevas acusaciones sobre la vida familiar, volvió a encender la discusión pública.

Pese a los desafíos prioriza recuperar los vínculos con sus hijos y hermanos, y busca el equilibrio en su salud mental. Después de publicar sus memorias y superar distintas controversias, la artista decidió enfocarse en proyectos personales y mantener distancia de los escenarios por el momento.
Qué se sabe de la vida amorosa de Britney Spears en la actualidad
Tras su separación de Sam Asghari en 2024, Britney Spears optó por la reserva en su vida sentimental. Las noticias actuales no la vinculan con una pareja estable y la cantante protege la intimidad sobre sus relaciones.
Spears privilegia su bienestar y la reconstrucción de su entorno familiar. Eventos sociales como su encuentro con las Kardashian generaron especulaciones en redes, pero la artista evita confirmar novedades amorosas y elige centrarse en su independencia emocional y personal. Su entorno más cercano destaca que respeta su propio tiempo y espacio en esta etapa.

Los premios que recibió Britney Spears a lo largo de su carrera
En más de 20 años de trayectoria, Britney Spears ha sido reconocida con numerosos galardones internacionales. Recibió un Premio Grammy, varios MTV Video Music Awards, y premios en diferentes ceremonias internacionales. Sus discos han alcanzado múltiples certificaciones de platino y oro, consolidando su lugar en la historia musical.
Además de los premios estrictamente musicales, Spears ha sido homenajeada por su impacto en la cultura pop y su influencia en la industria del entretenimiento. Su residencia en Las Vegas revitalizó el formato y sus coreografías y videoclips han dejado huella en varias generaciones. En 2025, sorprendió con el anuncio de su línea de joyería, B Tiny, mostrando una faceta emprendedora y creativa.
Sociedad
Las confesiones de la mujer que fue obligada a casarse a los 3 años con el líder de los “Niños de Dios”: “Mi mamá me entregó”
Publicado
8 horas atráson
2 diciembre, 2025Por
Admin
Serena Kelley contó todo lo que vivió en la secta. “Era apenas una ficha dentro de un orden sagrado que solo admitía obediencia”, afirma. Los rastros de la organización de David Berg en Argentina
El tiempo parece no haber pasado en la memoria de Serena Kelley. Al cerrar los ojos, reconoce los pasillos de paredes descascaradas, el olor persistente de sopa recalentada en las cocinas colectivas, las colchas remendadas y los rezos monótonos que llenaban el aire. Pero nada pesa tanto como el día en que, a los tres años, fue obligada por los líderes de la secta Niños de Dios a casarse con su fundador, un hombre de sesenta y siete años llamado David Berg. Aquel “matrimonio” fue una ceremonia fría: nadie lloró, todos aplaudieron, y una multitud de adultos —hombres y mujeres sedientos de redención— entonaron himnos bajo una luz mortecina.
La secta Niños de Dios, nacida en Estados Unidos a finales de los años 60, creció bajo la voluntad absoluta de David Berg, quien exigía la sumisión más extrema y disfrazaba sus violencias con palabras de amor y promesas de salvación. Para los niños, la vida bajo su credo fue una condena: no les fue permitido jugar, dudar, ni siquiera crecer en paz.

Himnos y rutina: el instante donde murió la niñez
La ceremonia sucedió en una sala común, adornada con flores plásticas y mantas mal dobladas. Alguien, con voz solemne, murmuró junto al oído de Serena Kelley:—Sonríe, pequeña. Es un honor. Eres la elegida del profeta.
El trauma de ese instante quedaría suspendido para siempre. “Nunca tuve la sensación de ser una persona. Me percibía como un objeto, un bien que podía cambiar de manos según la decisión de los mayores”, contó Serena más de treinta años después.
La ceremonia no fue el fin, ni el peor de los males. Solo marcó el principio de una vida tejida en abusos, secretos y silencios impuestos por quienes juraban protegerla. Estados Unidos, América Latina y Europa. La secta dispersó a sus fieles en comunidades cerradas donde la infancia era solo un rastro difuso, rápidamente asfixiado.
La doctrina del abuso
David Berg, quien se hacía llamar “Moisés modernizado”, construyó una estructura cerrada e implacable. Sus seguidores —la familia espiritual— se regían por normas estrictas: rezos al despuntar el alba, trabajo doméstico, evangelización y absoluta devoción al profeta. Fueron miles los niños criados en este régimen. Él grababa cassettes y enviaba largas cartas manuscritas que todos debían memorizar.

Un día, en una de estas grabaciones, Berg insistió: “El Señor exige entrega sin peros. Los niños son del rebaño, y nosotros solo guiamos sus pasos hacia Su gracia”.
Cualquier duda, cualquier resistencia, era castigada con dureza. Temían más el rechazo de la comunidad que el afuera desconocido. Por las noches, mientras la oscuridad envolvía las casas comunes, la madre de Serena le susurraba:“Nada temas, hija. Todo ocurre porque Él lo dispone”.
Los juegos, cuando existían, eran premios fugaces por la obediencia, o máscaras detrás de las cuales se ocultaban castigos y pruebas de disciplina.

El despojo gradual: madre, niña y el silencio
Serena tenía prohibido preguntar por qué ya no dormía con otros niños; por qué la llamaban “esposa pequeña” en voz baja y “elegida” en público. Las respuestas nunca llegaban. Solo quedaba el miedo de los pasillos, el frío de las miradas y la certeza de que su madre ya no podía protegerla. “Iba perdiendo mi voz. Me reconocía cada vez menos cuando me miraba a los espejos polvorientos del lugar”, recuerda.
Salían poco a la calle. Cuando lo hacían, era custodiadas por adultos devotos —llamados “tíos” y “tías”—, que evitaban cualquier contacto con el mundo exterior, temerosos de agentes del demonio, curiosos, periodistas o policías. “Aquí afuera está el infierno. Solo la familia es segura, solo nuestro pastor sabe lo que te conviene”, sentenció un día la madre de Serena ante la menor duda.
La expansión de los Niños de Dios: redes de fe y dolor
La secta Niños de Dios nació en California a finales de los años 60, con David Berg a la cabeza. Pronto, su mensaje —una mezcla de carisma, radicalismo y devoción bíblica— logró arrastrar a decenas y luego miles. Prometía una familia extensa, una comunidad capaz de proteger a sus miembros del veneno del mundo.
La realidad era otra. El “amor libre” y la obediencia estricta camuflaban abusos y sometimiento. Cambiaban de ciudad a menudo, mudándose incluso de país, huyendo de las autoridades y de cualquier rumor peligroso para la organización.
La secta se expandió a América Latina y Europa. El horror se replicaba sin distinción geográfica: todos los niños, todas las niñas eran vulnerables. Nadie escapaba al mandato del profeta.

’}En 1993, la Policía Federal argentina realizó siete allanamientos en distintos puntos del país, ordenados por el juez Roberto Marquevich. La denuncia era de corrupción de menores y llegaba impulsada por el consulado estadounidense que buscaba a cuatro chicos secuestrados por la secta los Niños de Dios.
La Justicia rescató 268 menores que habían sido cooptados por los Niños de Dios, la secta liderada por Berg. Así lo contó la periodista Emilse Pizarro en una nota publicada en 2019 en Infobae.
La vida de una niña rota: años de miedo continuo
A los seis años, Serena Kelley ya no tenía recuerdos de antes de la secta. Cada cumpleaños era solo una fecha en el almanaque; un día igual a todos, con nuevas obligaciones y promesas de mayor entrega. La infancia, para ella y los demás, era solo una palabra.
—Pronto, el profeta te confiará una misión inmensa —le advirtió una vez una tía, con una sonrisa ahogada.
En la comunidad, la obediencia era condición para la supervivencia. El silencio, una manera de sobrevivir. Llorar o rebelarse traía castigos que iban desde la humillación pública hasta la segregación en habitaciones oscuras.
David Berg gobernaba con mano firme. Los niños eran herramientas, símbolos de pureza y objetos de propiedad espiritual y carnal.

La toma de conciencia fue lenta. Adolescente, Serena Kelley comenzó a escribir pequeños relatos y a leer libros clandestinos que circulaban entre los jóvenes rebeldes de la secta. Descubrió que el mundo exterior no era un abismo, sino una opción.
La huida no fue gloriosa. Llevó tiempo, dudas, amenazas de ostracismo y un trabajo minucioso para frenar el adoctrinamiento instalado desde la cuna. “La libertad aterra al principio. Te sientes incompleta, culpable, deseando volver solo para no tener que decidir sola,” cuenta Serena.
Tras su salida, las pesadillas fueron constantes. Los recuerdos volvían con frecuencia. La voz grave de Berg, las miradas de los fieles, las frases envenenadas por la devoción. Nadie la persiguió, pero la vergüenza y la sospecha nunca la abandonaron.
El testimonio y la recuperación
Solo al contar su historia, primero en círculos privados, después en reportajes y foros internacionales de víctimas de sectas, Serena Kelley halló un propósito difícil: luchar por la memoria colectiva y el reconocimiento de los horrores sufridos por los hijos de la secta Niños de Dios.

“No pido piedad ni ira. Solo exijo memoria y verdad, para que ninguna niña tenga que vivir en carne propia lo que a mí me arrebataron”, reclama Serena cada vez que toma un micrófono.
Decenas de personas contaron historias similares. Los patrones se repiten: control total, aislamiento, abuso físico y psicológico. Las estructuras legales no siempre llegaron a tiempo. La secta —dispersa y debilitada tras la muerte de Berg en 1994— sobrevivió en pequeñas células, amparada muchas veces por la inacción judicial y el olvido social.
En una carta pública leída en una conferencia para sobrevivientes de sectas en Los Ángeles, Serena Kelley resumió el sentido de su lucha:
“A quienes me piden que olvide, les digo: sigo siendo una niña de tres años, con un vestido viejo y la promesa del profeta clavada en el pecho. No dejaré que esto se olvide. Hablo por todas las que no pudieron, las que aún callan, las que murieron esperando otra oportunidad de ser libres”.
Los mejores memes del triunfo de Racing a Tigre: de los goles errados de Maravilla Martínez a la hora que terminó el partido
Cómo influye la cocción del huevo en su valor nutricional
Tos convulsa en Argentina: confirmaron la muerte de siete niños y remarcaron la importancia de la vacunación
Increíble hallazgo cerca de Punta del Este: encontraron la especie de tortuga más grande del mundo
El impactante tatuaje de la Copa del Mundo que se hizo Dibu Martínez: la dedicatoria a “la banda del mate” y una frase especial
La inflación anual de Estados Unidos trepó a 8,6% en mayo y es la más alta en 40 años
Con gol de Ayrton Costa, Boca Juniors le ganó a Argentinos y se clasificó a las semifinales del Clausura
Tienen 13 y 15 años, robaron un auto y chocaron en Villa Lugano tras una persecución policial
ARCA denunció por lavado de dinero a la financiera vinculada a las coimas en la Agencia de Discapacidad
Mas Leidas
-
Economia7 horas atrásCon más demanda estacional de pesos, el tipo de cambio enfrenta presiones a la baja en diciembre
-
Economia8 horas atrásAccidentes de trabajo: la “industria del juicio” se acerca a un pico de demandas que se concentran en 9 provincias
-
Politica8 horas atrásKarina Milei reordena el mapa político en la provincia de Buenos Aires para medir fuerzas con Kicillof en la Legislatura
-
Politica8 horas atrásMás detalles de la conversación telefónica entre Trump y el dictador Maduro
-
Salud7 horas atrásCómo influye la cocción del huevo en su valor nutricional
-
Deportes7 horas atrásLos mejores memes del triunfo de Racing a Tigre: de los goles errados de Maravilla Martínez a la hora que terminó el partido
-
Politica1 día atrásLuis Caputo se suma a las negociaciones por el Presupuesto 2026 y mantendrá dos reuniones clave esta semana
-
Sociedad1 día atrásExplosión e incendio en Lanús: un auto estalló dentro de una vivienda y provocó daños materiales
