Sociedad
Su padrastro abusó de ella cuando era niña, lo condenaron a 14 años de cárcel y apeló: “Tengo miedo que lo liberen”
Publicado
3 años atráson
Por
Admin
Agustina Klundt decidió contar su drama porque, dice, “no quiero darle a nadie más la comodidad de mi silencio”. El infierno que vivió en su casa. La sensación de no importarle a nadie. El día que a los 24 años decidió hacer la denuncia. Y una lucha en los tribunales que no terminó
Agustina no tuvo una infancia ni una adolescencia feliz. A los 28 años cuenta, entre lágrimas, que pasó de la violencia de su madre a los abusos sexuales de su padrastro. A los 16 años se fue de Santa Rosa, La Pampa, con su novio de 21, cuando éste consiguió un trabajo en la ciudad de Buenos Aires. Fue madre de dos hijos y quiso dejar su pasado atrás. Pero no pudo. En 2019 tuvo un intento de suicidio.
El 28 de julio de este año, el padrastro de Florencia Agustina Klundt fue condenado a 14 años de prisión por haber abusado de ella desde los 8 hasta los 16 años. El juez pampeano Carlos Alberto Besi también decidió que cumpla la pena con arresto domiciliario hasta que finalice el proceso judicial, ya que su defensa apeló al Tribunal de Impugnación. Por lo tanto, la condena no está firme. Ahora la joven, que recién pudo hacer la denuncia cuando cumplió 24 años, teme que pueda quedar en libertad. Su madre también fue enjuiciada por encubrimiento agravado y sobreseída por el mismo magistrado: como el delito investigado había cesado hace 8 años, estaba prescripto.
“Me cansé de quedarme callada. No quiero darle nunca más a nadie la comodidad de mi silencio”, le dice a Infobae por whatsapp. La charla telefónica duró dos horas.
“Santa Rosa es una de las ciudades con más casos de abusos de esta índole -comienza Agustina-. Pero por casos similares al mío les dan cuatro o seis años. Que se logren 14 años fue para la provincia una condena muy alta. Tengo miedo que lo liberen quizás por haber visto casos similares. Y ellos no son dos personas que no tienen recursos, ella es enfermera y sindicalista y él dueño de una de las rectificadoras más importantes de La Pampa”.
Agustina no usa jamás su primer nombre. Ya contará, más adelante, cuándo decidió que dejaría de llamarse Florencia, y por qué. Aunque legalmente su identidad no haya cambiado. Dice que su padre biológico y su madre se separaron cuando tenía “4 o 5 años”. Y que, a partir de entonces, la mujer intentó convertirlo en el “enemigo número uno”. El relato de su infancia es desolador. Asegura que, cuando se quedaban mucho tiempo solas con su hermana, cuatro años menor, pasaban hambre porque su madre escondía la comida “en un armario”. A partir de ese momento, “tanto yo como mi hermana sufrimos trastornos de alimentación”, añade.

Un diciembre, mientras celebraban las fiestas cenando hamburguesas, apareció en su vida la nueva pareja de su madre. Agustina tenía 8 años. “Había mucha insistencia por parte de mi ella que le digamos papá. Él tenía una hija de la edad de mi hermana. Creo que en su cabeza, mi madre quería creer que tenía una familia.”
Los abusos que denunció de su padrastro no comenzaron de inmediato, dice. “Cuando entró en nuestras vidas hacía de comer, estaba ahí, ayudaba con la tarea, me traía, me llevaba… El abandono de mi madre era tan grande que cuando llegó nos mostró un poco de cariño y dijimos ‘que buena persona’. Fue muy paulatino, muy sutil. A veces me cuesta darme cuenta cuándo las cosas se salieron de control. Cómo no me di cuenta, o no lo presentí. Llegué a pensar que todos los papás eran así, que sentaban a sus hijas en el regazo y las tocaban. Ahora puedo ver, pero en ese momento no registraba que me daba besos muy en la comisura del labio, o abrazos muy pegados o se acostaba en la cama y me preguntaba cómo había sido mi día. Hoy me doy cuenta que se frotaba conmigo”.
Dice Agustina que se dio cuenta del infierno que vivía al comenzar el secundario o quizás antes, cuando se empezó a cortar los brazos con un bisturí que halló en su casa. “Fue cuando empezó la época más intensa y dolorosa. Me perseguía, se metía en el baño. Las puertas empezaron a aparecer sin picaportes. Le ponía papel y se los sacaban. En la ducha apoyaba el palo del secador para trabar la puerta. Entraba a nuestro cuarto. Al principio nos miraba dormir de lejos. Y de a poco se acercaba más Le dijimos a mi madre y nos dijo que no digamos mentiras. El se bañaba y se venía a cambiar a nuestro cuarto. Nos tocaba, nos destapaba, nos tocaba por arriba de la ropa, y después nos sacaba la ropa. Así que dormíamos vestidas. Cuando empecé con los cortes yo no dormía. Con mi hermana llegamos a dormir con cuchillos bajo la almohada. Ya no me bañaba y me empezaron a dar pastillas para dormir”.
Un día dejó las evidencias de los cortes a mano. Su madre le subió la remera y los notó. “Lo primero que me preguntó fue si mi padrastro me tocaba. Le dije que si y me dijo que yo quería arruinar a la familia. Me llevó a la casa de una amiga, me dejó con sus hijas y se fue. Volvió a la noche y me quiso dejar en lo de mi padre biológico. Su pareja le dijo que no estaba, pero no le creyó, la empujó y se metió. Mi papá estaba mirando la tele. Lo único que pensé yo fue ‘no me quiere nadie, no le importo a nadie’. Me metió al auto y yo lloraba y preguntaba qué había hecho, si no era mala. Me respondió ‘vos no podés obligar a nadie a que te quiera’”.
El peor momento llegó cuando alquilaron una quinta para pasar el verano. Un día, recuerda Agustina, quedaron solos. “¿Esto necesitás que te lo cuente?”, pregunta… Y no. Se puede imaginar el horror que habrá sentido una niña de 12 años frente a un perverso. Fue la primera violación con acceso carnal que sufrió, según la sentencia. Antes lo había intentado, pero la madre de Agustina llegó y desistió. “El arreglaba autos, y le dejó la correa como para que chirriara y le advirtiera que venía… A veces me enojo conmigo y digo por qué no hice nada”.

Después del episodio en la casa de su padre biológico, Agustina fue a vivir con su abuela. Estuvo allí un mes. Pero la mujer, que era empleada doméstica, tampoco la ayudó. Como había quejas que faltaba a la escuela, su madre ordenó que la llevara su padrastro. El horror se hizo insoportable. “Me llevaba a la laguna, al taller, a cualquier lugar donde no hubiera gente y pasa todo. Tiraba el asiento para atrás… Yo sólo sentía olores, su respiración… Era muy asqueroso ir así después a la escuela. Empecé a odiar al mundo”.
La pesadilla parecía no tener fin. Nunca podía tener un amanecer en paz. Deseaba irse a dormir y no despertar. Con tantos golpes físicos y emocionales, Agustina enfermó de pielonefritis “Tenía muchas infecciones urinarias, después me enteré que era por los abusos”, cuenta. Fue internada y repitió un año escolar. Le contó a una maestra los abusos. Del colegio llamaron a su casa. Y todo volvió a empezar.
Para que no la encontrara su padrastro, empezó a dormir en la casa de sus compañeras. Y allí notó que esas familias no eran como la suya. “Los papás no hacían esas cosas. Yo por entonces le tenía mucho miedo a los adultos”. Decidió que no la llamaran más Florencia y comenzó a decir que era Agustina. Y conoció a Kevin, el que hoy es su esposo. Se fue a vivir con él. Al año, a Kevin le ofrecieron venir a trabajar a Buenos Aires. Aceptó. Y ella lo acompañó. Al principio estuvieron con la madre de su novio y luego alquilaron un departamento de un ambiente en Palermo.
Cuando cumplió 18 años, Agustina fue mamá por primera vez. Tuvo a Leo en Santa Rosa, y ahí, señala, “comencé a tener relación con mi papá biológico”. Luego llegó su hija, Vicky. Pero enfrentó un nuevo desafío. “Yo no sabía cómo ser mamá. Pero no quería repetir con mis hijos lo que me hicieron. Kevin me dijo que empiece terapia. Él conocía mi historia por entonces, ni conoció a mi madre ni a mi padrastro. A los 22 comencé a ir al psicólogo porque me daba miedo salir a la calle sola. Lloraba y tenía ataques de ansiedad. Me diagnosticó agorafobia y trastorno límite de la personalidad. Me medicaron. Un día resolví que no quería hablar más de los abusos y que sería la madre que no tuve”.
Sin embargo, el destino le preparó otro escollo. Cuando todo parecía encauzarse, recibió un llamado de su hermana menor, que estudiaba en Entre Ríos. Le preguntó si era cierto lo de nuestro padrastro y le dijo que se iba a matar. Viajó a Paraná, la policía le dijo que la habían internado en un centro psiquiátrico. “La saqué de ahí y me pidieron que no tuviera contacto con mi madre”.
La dolorosa recta final que transitó Agustina hasta el momento comenzó allí. “Mi hermana me dijo que había hecho una denuncia en la fiscalía de Entre Ríos. Una fiscal me contó que me nombraba a mi, y si era cierto. Se lo confirmé, pero también le dije que no quería hacer la denuncia. ‘Si vos denunciás, la causa se va a unificar y va a tener más peso’, me convenció”.
Agustina contó todo y la denuncia pasó a los juzgados de Santa Rosa. El proceso duró cuatro años. Lo primero que lograron fueron órdenes de restricción para el padrastro y la madre. Según cuenta, su madre violaba ese impedimento en forma permanente. “Mi hermana tuvo dos intentos de suicidio. En el más grande se quiso colgar y un chico la salvó justo. Y cerca de mi primera declaración, mi abuela me mandó un audio muy agresivo, que yo había ensuciado a mi familia y que ella me iba a denunciar a mi. La primera vez que tuve que hablar con el fiscal no podía con mis emociones, pensaba que nadie me iba a creer. Y detoné: me tomé no se cuántos clonazepam y terminé internada”.

Su hermana estaba muy mal, pero Agustina sabía que no la podía llevar a vivir con ella. Su padre biológico se hizo cargo. “Ella no tomaba la medicación, y empezó a hablar con mi madre y mi abuela. Me llamaba para decirme que todo esto era mi culpa, se puso agresiva, terminó viviendo otra vez con mi madre y retiró su denuncia”.
Agustina, ahora sola, continuó adelante. El 28 de julio su abogada, la doctora Ana Carolina Tofoni, le informó la resolución del juez Besi. El tribunal acreditó que el padrastro “abusó sexualmente de Florencia Agustina Klundt desde los 8 años hasta los 12 años de edad mediante caricias, tocamientos, manoseos en todo su cuerpo… y luego entre los 12 años y 16 años, aproximadamente, con acceso carnal”.
Sabe que esto no terminó, que la lucha judicial continúa. “Dicen que se hizo otra denuncia y que no lo pueden juzgar dos veces por lo mismo. En realidad una vez fui a hacer la denuncia, pero me dejaron sola en una habitación, me puse a llorar y me fui”. El propio juez indica en su sentencia que “no cuenta con ninguna documentación, expediente o instrumento alguno que permitan de un modo u otro resolver sobre la procedencia o no de la garantía o principio que veda la doble persecución penal. A requerimiento de la Defensa se solicitó al Archivo Judicial que informe respecto de la denuncia mencionada debiendo remitir la documentación respectiva, informando que se revisó el SIGE no hallándose el expediente, siendo necesario contar con la carátula respectiva y/o número respectivo”.
Agustina, que estudiaba Contaduría en la Escuela Argentina de Negocios, cuenta que debido al juicio, dejó la carrera en suspenso. Por el momento, tampoco trabaja. Con Kevin, que es contador, tienen un estudio desde 2017. Su vida, hoy, son sus hijos de 10 y 8 años. E intentar llevar una existencia normal. “Pude superar vivir en el infierno. Y contar lo que viví. Al hablar, la carga se hace más liviana”.
Te sugerimos
Sociedad
Un turista de 21 años se metió al Río Paraná para buscar una pelota y murió ahogado
Publicado
54 minutos atráson
12 marzo, 2025Por
Admin
Ocurrió en el balneario municipal de Santa Elena. El joven habría cruzado la zona habilitada, que estaba delimitada por boyas
Un joven de 21 años murió ahogado este martes por la tarde tras adentrarse en las aguas profundas del río Paraná para recuperar una pelota. El trágico accidente ocurrió en el balneario Santa Elena, situado en la ciudad homónima, en Entre Ríos.

Si bien un compañero intentó ayudarlo, tuvo que soltarlo debido a que la víctima comenzó a arrastrarlo mientras se ahogaba. El joven fue identificado como Logan Daniel Videla, oriundo de La Matanza, provincia de Buenos Aires. En el caso intervinieron agentes de la Comisaría de Santa Elena, del Departamento La Paz, junto con personal de Prefectura Naval.
Alarmante cifra de ahogamientos durante el verano
Según se pudo reconstruir, al notar que no podía mantenerse a flote, comenzó a pedir auxilio. A pesar de los esfuerzos de una persona que logró sacarlo del agua, ya no presentaba signos vitales, según informó El Doce TV.
En lo que va del verano, las víctimas fatales sufrieron accidentes en las localidades cordobesas de La Calera (Sierras Chicas), Nono (Traslasierra), Villa Rumipal (Valle de Calamuchita), Villa Carlos Paz (Valle de Punilla), el dique Piedras Moras (Calamuchita), Mina Clavero (Traslasierra) y Río Tercero (Tercero Arriba).

Solo dos días antes de la muerte de Lucas Iván Paz, falleció otro hombre identificado como Horacio Quiroga en la ciudad de Río Tercero. La víctima, de 37 años, disfrutaba de una jornada familiar cerca del balneario municipal; cuando ingresó al agua en la zona del predio del Centro Tradicionalista alrededor de las 19 horas. Testigos relataron que, tras lanzarse al río, Quiroga no volvió a salir a la superficie, lo que generó alarma entre los presentes.
Días atrás, un hombre de 65 años, identificado como Norberto Jorge Amadeo, falleció en el balneario La Toma, ubicado en la localidad de Mina Clavero. El turista, oriundo de la provincia de Buenos Aires, resbaló mientras intentaba cruzar el río a nado, golpeó su cabeza contra una piedra y fue arrastrado por la corriente, lo que resultó en su trágico deceso.
Sociedad
Temporal en Bahía Blanca, en vivo: se reactivó el transporte público y será gratis por 30 días
Publicado
1 hora atráson
12 marzo, 2025Por
Admin
La ciudad bonaerense vuelve poco a poco a la normalidad. El funcionamiento de los colectivos, la recolección de residuos y la entrega de donaciones. La atención al público en lugares habilitados para circular. Qué pasará con las clases y el clima
Bahía Blanca se reconstruye después del fuerte temporal que azotó a la ciudad el viernes pasado, provocando grandes daños y destrozos. La ciudad recibió la llegada del.
En el medio de la angustia que prevalece por las personas que aún están desaparecidas, incluyendo a las hermanas Delfina y Pilar Hecker, de uno y cinco años, las autoridades del municipio se mantienen trabajando en su búsqueda.
Por lo pronto las clases estarán suspendidas hoy y mañana debido a las complicadas condiciones de infraestructura en las que se encuentran las instituciones relevadas.
En tanto, el gobierno de la Provincia de Buenos Aires anunció un paquete de medidas como créditos blandos, subsidios, transporte gratis y beneficios impositivos.
El presidente del Club Olimpo de Bahía Blanca, Alfredo Dagna, destacó la ayuda de gran parte de las instituciones deportivas de la Argentina: “Es un aluvión de donaciones que vienen. Me han llamado casi todos los presidentes de clubes para decirme que enviaban uno o dos camiones”. E informó que la idea es entregarlo “en forma inmediata” a la gente, ya que hay una situación de desesperación.
Respecto al rol de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), Dagna comentó que el organismo se encuentra recibiendo donaciones en el predio de la AFA, en Ezeiza, que provienen de los clubes del interior. Y subrayó que lo que más se necesita son elementos de higiene: “El tema es lo que pueda pasar desde el punto de vista sanitario en la Ciudad”.

En cuanto a medidas, el dirigente relató: “En el fútbol lo que hicimos fue suspender el partido que teníamos ahora, jugábamos el domingo. Tengo dos helicópteros de la Policía Federal en la cancha de fútbol y suben y bajan todos los políticos que vinieron. El club está colapsado con las ayudas”.
Por último y sobre la situación actual en la localidad bonaerense, Dagna calificó al temporal como “una situación difícilmente de entender” y estimó que es poco probable que vuelva a suceder. “Son situaciones que uno las explica y las cuenta, pero el que las vive es una situación traumática porque pierde todo. Eso es como el Juego de la Oca, retrocedes 20 casilleros porque perdés todo. Hechos como estos desbordan cualquier previsibilidad posible”.
En este punto, concluyó: “Es dramático lo que pasó, de tal forma que, toda la ayuda que llega, si bien es un bálsamo para la gente, cuando pase la ayuda la gente va a tener que arrancar de cero. Y eso es lo más preocupante”.
Cómo están las rutas en Bahía Blanca
Según informó Vialidad Nacional, el estado de las rutas nacionales que conectan la ciudad con el resto del país presenta diversas restricciones, incluyendo cortes totales y tramos transitables con precaución.
De acuerdo con el reporte oficial, la Ruta Nacional 3 (RN 3), muestra diferentes niveles de accesibilidad dependiendo del tramo. El segmento entre Azul y el empalme con la Ruta Nacional 229 (RN 229) se encuentra transitable sin inconvenientes. El tramo que conecta la RN 229 con El Triángulo y el que va desde este último punto hasta la calle Charlone (kilómetro 691) requieren precaución debido a las condiciones del camino.
Por otro lado, el tramo entre el Canal Maldonado (kilómetro 692) y el empalme con la Ruta Nacional 33 (RN 33) permanece completamente cerrado al tránsito.

El resto de los tramos de la RN 3 presentan una situación mixta. Desde el empalme con la RN 33 hasta el empalme con la Ruta Nacional 22 (RN 22), el tránsito es posible pero con precaución, mientras que el trayecto entre el empalme con la RN 22 y Patagones está habilitado sin restricciones.
Asimismo, el segmento que conecta el empalme con la RN 3 y Río Colorado, perteneciente a la RN 22, también es transitable con normalidad.

La Ruta Nacional 33 (RN 33) también presenta condiciones variables. El tramo entre el empalme con la RN 3 y La Vitícola está habilitado, pero se recomienda circular con precaución. Por su parte, el trayecto que conecta La Vitícola con Pigüé no presenta inconvenientes. Sin embargo, el tramo que une Pigüé con Trenque Lauquen requiere precaución debido a las condiciones del camino.
En cuanto a la Ruta Nacional 35 (RN 35), el panorama es más crítico. El tramo que conecta Bahía Blanca con el límite de la provincia de La Pampa se encuentra totalmente cerrado.

Por su parte, la Ruta Nacional 228 (RN 228), que conecta Necochea con Tres Arroyos, está habilitada sin restricciones. Por otro lado, la Ruta Nacional 229 (RN 229), que une el empalme con la RN 3 y Balneario Marisol en Punta Alta, es transitable, pero con precaución.
La Ruta Nacional 249 (RN 249), que conecta el empalme con la RN 3 y el empalme con la RN 229 en Punta Alta, también requiere precaución para su tránsito. Asimismo, la Ruta Nacional 252 (RN 252), que abarca el tramo entre la Rotonda de Villa Sarsfield y el puente La Niña, presenta condiciones similares.
Finalmente, la Ruta Nacional 1V03 (RN 1V03), que conecta el empalme con la RN 3 y la Rotonda Ex Indiada, también está habilitada, pero se recomienda circular con precaución.
El Hospital Penna reactiva algunos de sus servicios

El Hospital Provincial José Penna, principal centro de salud de Bahía Blanca, comenzó a recuperar su funcionamiento tras los graves daños sufridos durante el temporal del pasado viernes.
El Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires implementó un amplio Plan de Contingencia que incluye la adecuación de espacios, la reorganización de servicios y el envío de recursos humanos y materiales para garantizar la atención médica en la región.
Más de 200 agentes sanitarios fueron enviados al hospital, junto con equipamiento médico, medicamentos, vacunas y personal especializado en salud mental. Estas medidas buscan restablecer la operatividad del establecimiento, que es clave para la atención de la población local.
Sociedad
“¿Dónde está mi bebé?”: la angustia de una madre adolescente y la hazaña de una enfermera en medio de la inundación en Bahía Blanca
Publicado
1 hora atráson
12 marzo, 2025Por
Admin
La tormenta arrasó con el Hospital Penna y decenas de niños tuvieron que ser evacuados de la Neonatología. Saira Delmiro, de 16 años, vivió una odisea para reencontrarse con su hija, Amely. Su historia y la de la enfermera que la salvó
El viernes 7 de marzo, Saira Delmiro (16) se despertó sobresaltada en su casa del barrio 9 de Noviembre, en Bahía Blanca. Eran las cuatro de la madrugada y afuera llovía sin parar. Horas después, cuando ya se había desatado el peor temporal de la historia de la ciudad, llegó a su teléfono un video que le heló la sangre: el hospital Penna, donde su hija Amely llevaba tres semanas internada en el sector de Neonatología, se había inundado.
“Me agarró un ataque de nervios. No veía a mi bebé desde la noche anterior y en las imágenes no aparecía el sector donde ella estaba. Me desesperé. Pensé que no se iba a salvar”, recuerda Saira en diálogo con Infobae.
Amely nació el 15 de febrero pasado, con solo 27 semanas de gestación y un peso de 940 gramos. Desde entonces, la beba pasaba sus días en una incubadora, con respirador y asistencia médica constante. Saira, que recibió el alta tres días después de traerla al mundo, la visitaba dos veces al día. “Trataba de pasar la mayor cantidad de tiempo en la Neonatología. Le cambiaba los pañales, me sacaba leche para que se alimentara y le hablaba permanentemente. Me costaba mucho verla así, tan chiquita y llena de cables”, explica.
A pesar del buen cuidado, en sus primeras semanas de vida, la evolución de Amely era incierta: primero tuvo ictericia (NdR: una afección frecuente en los neonatos que provoca que la piel y las partes blancas de los ojos se tornen amarillas a partir de un exceso de bilirrubina en la sangre) y, luego, una infección que le comprometió los pulmones. “Todo venía siendo muy cuesta arriba”, explica su mamá
Pero la prueba más dura todavía estaba por llegar.

“¿Dónde está mi bebé?“
Después de ver los videos, aquel viernes 7 de marzo, Saira decidió ir al hospital Penna a buscar a su bebé. Llegó alrededor de las 17 y ahí se enteró de que Amely ya no estaba allí. “Pregunté adónde estaba mi hija y me dijeron que la habían trasladado. ‘Ella está bien, pero la llevamos a OSECAC’, me explicó el director de Neonatología. El problema es que eso quedaba pasando el centro y, con mi mamá, no teníamos cómo llegar. Paramos una camioneta que se ofreció a llevarnos, pero tuvimos que bajarnos antes. Cuando salimos del coche, el agua nos llegaba por encima de la cintura y la corriente te llevaba. Tuvimos miedo”, cuenta.
Durante horas, Saira y su madre se quedaron atrapadas en una vereda, sin poder avanzar. “Tuvimos que esperar a que bajara el agua. Estábamos empapadas y embarradas. Al final, empezamos a caminar por calles sin luz. ‘No vamos a llegar’, le decía a mi mamá”, cuenta Saira.

“No tenés nada que agradecer”
Quien repone la otra parte de la historia, ahora, es Luciana Marrero, la enfermera que cobijó a Amely en su pecho, debajo de su ambo, para darle calor y así salvarle la vida. Junto a sus compañeras del Penna, Luciana puso en marcha un operativo de rescate que se extendió durante 18 horas ininterrumpidas hasta que lograron trasladar a todos los recién nacidos a un lugar seguro.
“Actuamos con el corazón y pensando en las madres que no pudieron llegar hasta sus hijos debido a la tormenta. Si no nos saliera del corazón, no podríamos haberlo hecho. La prioridad siempre son los bebés”, comentó la enfermera en una entrevista días atrás.
“A Luciana nunca la había visto porque yo me iba del hospital a las 21 y ella llegaba a las 24. El encuentro fue muy lindo. Me abrazó y me dijo que hizo lo que yo hubiera hecho. Si no fuera por ella, Amely no estaría hoy acá”, asegura Saira.
Pese a la incertidumbre por lo que vendrá, la joven se aferra a la esperanza. “Gracias a Dios, mi casa no se inundó y puedo ir y volver de OSECAC, aunque está mucho más lejos que el Penna. Amely sigue ganando peso y mientras ella esté bien, yo también lo estaré”, se despide Saira.

Volver a ponerse de pie
Tras la inundación, el hospital Penna, que también recibe pacientes de Tres Arroyos, Carmen de Patagones y otras localidades del sur de Buenos Aires, se encuentra en una situación crítica.
Ante la devastación, el personal de la institución solicitó la colaboración de la comunidad para reconstruir la sala de Neonatología y reponer los equipos perdidos. “Bahía necesita de la población. Nuestro sueño es volver a ver nuestra Neo en pie“, aseguraron las enfermeras.


Un turista de 21 años se metió al Río Paraná para buscar una pelota y murió ahogado

Temporal en Bahía Blanca, en vivo: se reactivó el transporte público y será gratis por 30 días

El caso del “monstruo de Villa Martelli” que abusó a su hijastra durante seis años en la calle y en un albergue de Constitución

La inflación anual de Estados Unidos trepó a 8,6% en mayo y es la más alta en 40 años

El Incucai condenó la propuesta de Javier Milei de permitir la venta de órganos

“El cuerpo irradia calor”: la insólita respuesta a maestros de una escuela de General Rodríguez que se quejaron del frío

Furioso temporal en Bahía Blanca: suspendieron todas las actividades y hay decenas de familias evacuadas

Mataron a una nena de 7 años que quedó en medio de un robo en La Plata: detuvieron a dos adolescentes de 14 y 17 años

Un policía mató a un adolescente de 16 años que intentaba robar un auto en La Matanza
Mas Leidas
-
Nacionales2 días atrás
El gobierno de Chubut frenó la ayuda a las víctimas de los incendios en Epuyén
-
Internacionales2 días atrás
El papa Francisco pasó una noche tranquila y mostró una leve mejoría tras 25 días hospitalizado
-
Politica2 días atrás
El Gobierno apura el pedido de autorización al Congreso para acordar con el FMI: detalles de una medida clave para la economía
-
Sociedad2 días atrás
Por la fórmula jubilatoria, aumentó el gasto en febrero y el Gobierno acelera recortes en subsidios y obra pública
-
Nacionales2 días atrás
El Gobierno bonaerense continúa con los operativos de búsqeda y rescate en Bahía Blanca
-
Deportes2 días atrás
Luego del ajustado triunfo de River ante Atlético Tucumán, así quedó la tabla de posiciones del Torneo Apertura
-
Politica2 días atrás
Tres días antes del temporal, Pettovello desguazó la Dirección Nacional de Emergencias
-
Nacionales2 días atrás
Patricia Bullrich habló tras el temporal en Bahía Blanca: “Muestra la debilidad de un Estado que ha priorizado mal”