Aunque los signos “clásicos” ocurren en ambos, es más probable que ellas presenten señales más inespecíficas que pueden retrasar el diagnóstico.
Reconocer los síntomas de un accidente cerebrovascular (ACV) y buscar ayuda con rapidez puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte y entre sufrir o no secuelas.
Pero los signos con los que puede presentarse un ACV o stroke son varios, algunos más “clásicos” o evidentes, como los problemas en el movimiento o el habla, y otros algo más inespecíficos, como confusión y debilidad.
Y si bien todos ocurren tanto en hombres como en mujeres, los útimos se dan con mayor frecuencia entre ellas, observó un metaanálisis realizado por investigadores de Australia, Canadá, China, Gran Bretaña y Noruega, publicado en la Revista Internacional de Accidente Cerebrovascular (International Journal of Stroke).
Esa particularidad se asociaría con algo que también habían advertido estudios anteriores: que pese a que la detección precoz es fundamental para el tratamiento exitoso del ACV, las mujeres tienen mayores probabilidades de llegar tarde, lo que deriva en peores resultados, destacó la autora principal del trabajo, Sultana Shajahan, de The George Institute for Global Health.
Esos peores resultados se traducen en en el triple de probabilidades de ser internadas después de un ataque cerebral, mayor discapacidad (más limitaciones físicas y depresión, por ejemplo) y una mortalidad más alta.
Para cuantificar las diferencias vinculadas al sexo en la presentación de los síntomas del ACV y evaluar si están asociadas con un diagnóstico tardío o erróneo, los autores del trabajo analizaron 21 estudios realizados entre 2002 y 2020 con información de más de 36 mil personas con diagnóstico de ACV o accidentes isquémicos transitorios (AIT, un evento en el que los síntomas duran apenas minutos, no dejan secuelas, pero que igual reviste seriedad).
Los síntomas inespecíficos como confusión y debilidad son más frecuentes en mujeres. Foto Shutterstock.
Qué es un ACV
En Argentina, el accidente cerebrovascular se ubica entre las principales causas de muerte y es la primera de discapacidad.
Según el primer estudio epidemiológico realizado en el país (PrEViSTA), se producen aquí unos 58 mil ataques cerebrovasculares anuales y unos 17 mil AIT.
Casi 8 de cada 10 ACV son isquémicos: se originan en una pérdida repentina de de suministro de sangre en un área del cerebro. Los hemorrágicos, que se producen por sangrado, son menos frecuentes y tienen peor pronóstico.
Síntomas del ACV: las 5 C
Eso que ocurre dentro del cerebro se manifiesta con diferentes síntomas. Ante ellos, es vital actuar en forma inmediata porque la posibilidad de realizar un tratamiento que aumente las chances de sobrevivir sin secuelas se agota en las primeras horas.
Por eso es habitual que se haga hincapié en las señales de alarma más frecuentes y hasta se han inventado reglas nemotécnicas, como la de las 5 C, para que a nadie le pasen inadvertidas.
Las 5 C hacen referencia a un dolor de cabeza repentino y muy severo, no sentido nunca antes; la debilidad o parálisis en la mitad del cuerpo o la cara; las dificultades para ver de un ojo o de ambos (ceguera); los problemas para hablar o entender (confusión); y la falta de equilibrio o coordinación al caminar.
La presencia de uno o más de ellos, sean los “clásicos” o los menos evidentes, siempre constituye una urgencia médica.
El trabajo publicado en International Journal of Stroke halló que las mujeres y los hombres presentaban un porcentaje medio similar de déficit motor (alteración de la marcha y desequilibrio) y déficit del habla (que suena lenta y confusa), considerados síntomas típicos.
No obstante, ellas presentaron con mayor frecuencia síntomas considerados más difusos o no focales: debilidad generalizada inespecífica (49% mujeres frente a 36% hombres), fatiga, cambio del estado mental (31% frente a 21 %) y confusión (37% frente a 28 %).
“Sabemos que las mujeres que experimentan un accidente cerebrovascular tienen más probabilidades que los hombres de recibir inicialmente un diagnóstico erróneo, y esto podría deberse a que no siempre muestran lo que podría considerarse los síntomas ‘clásicos’ de un ACV con tanta frecuencia como los hombres”, analizó Shajahan.
En general, las mujeres que participaron en los estudios eran mayores que los hombres en el momento del diagnóstico del ACV, con una edad promedio de 62 a 79 años frente a 58 a 70 años para los hombres.
“Aunque no hay suficientes datos disponibles para ver si estas diferencias en realidad resultan enretrasos o diagnósticos erróneos, sería útil una mayor conciencia de las diferencias sexuales en la presentación de los síntomas entre los profesionales de la salud involucrados en la evaluación inicial del accidente cerebrovascular agudo”, concluyó Shajahan.
Si bien los 21 estudios analizados correspondían mayoritariamente a poblaciones de Estados Unidos y Europa, un estudio que analizó las diferencias clínicas y pronósticas en función del sexo entre casi 4800 participantes enrolados en el Registro Latinoamericano de ACV (Latin American Stroke Registry, LASE) atendidos en 19 centros de salud de 7 países (Argentina incluido) encontró “un peor resultado funcional y mayores tasas de mortalidad en las mujeres” en comparación con los hombres, “lo que confirma las diferencias de sexo en el seguimiento a corto plazo”.
Los síntomas clásicos, como parálisis de la mitad de cuerpo o de la cara, afectan a hombres y mujeres. Foto Shutterstock.
Entre lo biológico y lo sociocultural
“No solo hay diferencias en la presentación clínica, sino también en la evolución, es decir en el pronóstico entre hombres y mujeres”, dijo a Clarín Virginia Pujol Lereis, subjefa del Centro Integral de Neurología Vascular de Fleni.
“Esto se empezó a ver primero en lo cardiológico, porque se empezó a estudiar antes lo que pasaba en el infarto de miocardio. Después los neurólogos empezamos a fijarnos si esto también ocurría con el ACV y encontramos que sí”, añadió.
La médica es una de las impulsoras del LASE y una de las autoras del artículo publicado en Journal of The American Heart Association que analizó las diferencias de sexo en los países de la región. Más de 1200 participantes del registro son de Argentina.
“Por más que los síntomas típicos ocurren en ambos, las mujeres presentan algunos que no son los más clásicos y llevan a la confusión acerca de que si lo que está ocurriendo es realmente o no un ACV”, planteó Pujol.
En ese sentido, el neurólogo Maximo Zimerman, director médico de CITES INECO, consideró en diálogo con este diario que la mayor mortalidad y compromiso funcional de las mujeres en relación a los hombres se debe, en parte, “a un menor diagnóstico y al retraso que conlleva el inicio del tratamiento específico” en ellas.
“La falla de un diagnóstico inicial está en relación con los síntomas inespecíficos (no focales) presentes en mujeres, como pueden ser confusión, alteración de la conciencia, cefalea, debilidad generalizada y en algunas ocasiones puede remedar una crisis de migraña o inclusive un ataque de pánico”, precisó.
Sean clásicos o difusos, los síntomas del ACV siempre constituyen una urgencia médica. Foto Shutterstock.
Pensar en ACV
“El problema es que yo como paciente puedo no darme cuenta de que lo que tengo puede ser un ACV y entonces no voy a consultar. Y si consulto porque algo raro me pasa, pero el médico que me atiende no tiene en su cabeza que puedo tener síntomas que no son los clásicos, no va a pensar en ACV como primer diagnóstico”, explicó Pujol.
“En el abordaje del ACV cada minuto cuenta y el diagnóstico y tratamiento inicial modifica el pronóstico y evolución del cuadro”, señaló en ese sentido Zimerman. “Si llego tarde, me va a ir peor”, insistió Pujol.
“Como profesionales de la salud debemos tener siempre presentes estas diferencias posibles en la presentación del ACV entre mujeres y hombres”, sumó Zimerman.
Identificar la causa es es fundamental para la implementación de un tratamiento adecuado, rápido y efectivo.
“Esto se logra mediante la administración de una medicación endovenosa que permite recanalizar la obstrucción de una arteria cerebral o mediante la recanalización por medio de un tratamiento endovascular (cateterismo), pero esto se puede lograr satisfactoriamente únicamente durante las primeras 4 horas“, precisó.
¿Quién cuida a las cuidadoras?
Las diferencias en la presentación clínica no explican por sí solas los peores resultados de las mujeres en la detección, tratamiento y evolución del ACV. La relación es más compleja y no se agota en lo biológico, sino que pesan también factores socioculturales vinculados al rol de cuidadora de la mujer.
“La mujer suele ser la que cuida a la familia. En general, cuando pasa algo a algún integrante de la familia, la que activa los sistemas de emergencia es ella. Pero cuando le pasa algo, en general nadie adopta este papel. O es ella misma quien posterga el cuidado de su salud para cumplir con otras obligaciones”, analizó Pujol.
“Es quien se ocupa de los controles médicos-preventivos de su familia, pero llega tarde a controles cardiovasculares, por ejemplo, porque se suele pensar que hipertensión, diabetes, colesterol y la enfermedad vascular afectan más a los hombres”, destacó.
“Tenemos que reconocer que podemos tener infartos y ACVs. Que podemos tener síntomas diferentes, pero debemos tener la misma posibilidad de acceso al tratamiento efectivo y a la terapia posterior si quedan secuelas”, enfatizó la médica.
Y concluyó: “Las cuestiones biológicas no se pueden cambiar. Pero lo que tenemos que empezar a modificar -y se está empezando, pero lleva años- son los factores socioculturales para que el rol de cuidadora deje de recaer mayoritariamente en la mujer”.
Investigadores observaron que preadolescentes con solo una hora diaria en plataformas digitales mostraron puntuaciones más bajas en memoria y lectura
(HealthDay News)- Las redes sociales podrían estar costando a su preadolescente parte de su capacidad cerebral, según un estudio reciente.
Los niños de entre 9 y 13 años que pasaban más tiempo en las redes sociales obtuvieron peores resultados en las pruebas de lectura, memoria y lenguaje dos años después, informaron los investigadores en el Journal of the American Medical Association.
“Este estudio encontró que incluso unos niveles bajos de uso de las redes sociales se asociaron con unos resultados cognitivos más pobres”, señaló el investigador principal, el Dr. Jason Nagata, profesor asociado de pediatría de la Universidad de California-San Francisco.
“Nuestros resultados sugieren que el cerebro de la adolescencia temprana podría ser particularmente sensible a la exposición a las redes sociales, lo que subraya la importancia de una introducción apropiada para la edad a estas plataformas y una monitorización cuidadosa”, dijo en un comunicado de prensa.
En el estudio, los investigadores analizaron datos de más de 6.500 niños que participaron en el Estudio Nacional de Desarrollo Cognitivo del Cerebro Adolescente (ABCD), el estudio a largo plazo más grande sobre el desarrollo cerebral en EE.UU.
(Imagen ilustrativa Infobae)
Alrededor del 58% de los niños prácticamente no pasaban tiempo en las redes sociales; el 37% pasaba una hora adicional al día en las redes sociales a los 13 años; y un 6 por ciento hasta 3 horas adicionales a los 13, mostraron los resultados.
El estudio ABCD examinó la capacidad cerebral de los niños mediante una batería de pruebas diseñadas por los Institutos Nacionales de Salud, dijeron los investigadores.
Los niños con un uso bajo de alrededor de una hora al día obtuvieron un promedio de 1 a 2 puntos menos en las pruebas de memoria y lectura, encontraron los investigadores
Aquellos que pasaban hasta tres horas al día obtuvieron hasta 4 puntos menos en las pruebas, según el estudio.
“Estas diferencias son sutiles pero consistentes”, dijo Nagata. “Debido a que las habilidades cognitivas como la lectura y la memoria son fundamentales para el aprendizaje, incluso pequeñas disminuciones en una gran población podrían tener implicaciones educativas significativas”.
El uso de redes sociales en preadolescentes se asocia con peores resultados en memoria y lectura, según un estudio (Imagen Ilustrativa Infobae)
Los investigadores sospechan que algunos niños podrían estar ignorando la tarea para desplazarse por las redes sociales, lo que afecta su educación y desarrollo.
“Las redes sociales son altamente interactivas y pueden desplazar el tiempo dedicado a la lectura o al trabajo escolar”, dijo Nagata. “Desarrollar hábitos saludables de detección temprano podría ayudar a proteger el aprendizaje y el crecimiento cognitivo”.
Los resultados respaldan los esfuerzos recientes de las escuelas para limitar el uso del teléfono durante el día, además de medidas más estrictas como restricciones de edad más estrictas en las redes sociales, dijeron los investigadores.
Sin embargo, debido a que el estudio es observacional, no pudo establecer un vínculo causal directo entre el uso de las redes sociales y el poder cerebral de los niños, anotaron los investigadores.
*Johns Hopkins Medicine ofrece más información sobre las redes sociales y la salud mental en niños y adolescentes. FUENTE: Universidad de California-San Francisco, comunicado de prensa, 13 de octubre de 2025
Investigaciones recientes evidencian que años de actividad física moldean respuestas inmunes menos inflamatorias y más eficientes, una estrategia esencial ante el avance de enfermedades crónicas asociadas a la edad
El ejercicio físico regular fortalece no solo músculos y corazón, sino que también actúa como un entrenador del sistema inmune en adultos mayores. Un estudio internacional coordinado por la Universidade Estadual Paulista (UNESP) en Brasil, cuyos resultados atribuidos a FAPESP se destacan, muestra que quienes practican entrenamiento de resistencia durante años desarrollan células de defensa más adaptables, menos inflamatorias y con mayor eficiencia metabólica.
El trabajo, publicado en la revista Scientific Reports, incluyó a adultos mayores con y sin antecedentes de entrenamiento de resistencia, tales como carreras de larga distancia, ciclismo, natación, remo y caminata.
El equipo, liderado por Luciele Minuzzi de la Universidad Justus Liebig de Giessen (Alemania) y Fábio Lira de la UNESP, se enfocó en las células asesinas naturales (NK), linfocitos clave en la defensa contra virus y células enfermas, incluidas las cancerosas.
Estas células pueden compararse con patrullas especializadas que recorren el cuerpo en busca de intrusos, eliminando a virus y células anómalas antes de que causen daño mayor.
Según FAPESP, los adultos mayores entrenados presentaron células NK con una capacidad de adaptación mejorada, menor presencia de marcadores inflamatorios y mejor uso de la energía celular.
“Es como si el ejercicio también entrenara el sistema inmunitario”, explicó Minuzzi a FAPESP. El estudio muestra que el entrenamiento de resistencia a largo plazo modula la respuesta inflamatoria, lo que garantiza un control más efectivo de la inflamación que en adultos mayores sedentarios.
La práctica sostenida de deportes de resistencia favorece adaptaciones celulares protectoras y un mejor control de la inflamación en la vejez (Imagen Ilustrativa Infobae)
Lira, coordinador del proyecto, señaló a FAPESP que el sistema inmunitario puede verse influido por factores como la calidad del sueño, la alimentación, el estrés, la vacunación y los medicamentos inmunosupresores, aunque el ejercicio físico resalta como un factor que mejora la inmunidad y modula su respuesta a lo largo del tiempo.
Mecanismos celulares y adaptaciones inmunometabólicas
Para profundizar en los mecanismos celulares, los investigadores analizaron el fenotipo, la función y el metabolismo mitocondrial de las células NK bajo estímulos inflamatorios. Además, estas células se expusieron a bloqueadores farmacológicos como propranolol, que inhibe la vía adrenérgica, y rapamicina, que afecta la señalización mTORC1 relacionada con el crecimiento y la proliferación celular.
Incluso bajo estas condiciones, las células NK de los adultos entrenados conservaron su función inmunitaria, mientras que las de los no entrenados exhibieron signos de agotamiento celular o fallas en la respuesta inflamatoria. Minuzzi explicó a FAPESP que el ejercicio regular favorece adaptaciones inmunometabólicas protectoras, generando células más maduras, menos senescentes y mejor preparadas para situaciones de estrés.
Adultos mayores entrenados presentan menos marcadores inflamatorios y mayor eficiencia metabólica en sus células de defensa (Imagen Ilustrativa Infobae)
La comparación entre adultos mayores entrenados y no entrenados evidenció que los primeros tenían menos marcadores inflamatorios y más marcadores antiinflamatorios, lo que permitió un control superior de la inflamación.
Estudios previos del mismo grupo ya habían demostrado que la obesidad y el sedentarismo aceleran el envejecimiento de las células de defensa. Por el contrario, el entrenamiento de resistencia durante la vida promueve una respuesta inmunitaria más equilibrada y eficaz.
En una investigación adicional publicada en Frontiers in Immunology, el equipo comparó la respuesta inmunitaria de atletas jóvenes y veteranos antes y después de una sesión aguda de ejercicio. Los resultados evidenciaron que los atletas veteranos, con más de 20 años de entrenamiento, mostraban una respuesta inflamatoria más controlada que los jóvenes, quienes presentaron mayores incrementos de citocinas proinflamatorias como IL-6 y TNF-α.
Estudios comparativos muestran que atletas veteranos controlan mejor la inflamación que los jóvenes tras el ejercicio (Imagen Ilustrativa Infobae)
De acuerdo con los investigadores, esto apunta a que el entrenamiento regular a lo largo de la vida adapta el sistema inmunitario, haciéndolo más resistente y menos proclive a respuestas inflamatorias desmedidas.
Implicaciones para el envejecimiento saludable
Las consecuencias de estos hallazgos, según FAPESP, son relevantes para un envejecimiento saludable y la prevención de enfermedades crónicas. Un sistema inmunitario eficiente y sin excesos reduce el riesgo de patologías asociadas a la inflamación crónica, como enfermedades cardiovasculares, diabetes y diversos tipos de cáncer. Además, el estudio refuerza la importancia de mantener hábitos de vida activos en la vejez para preservar la funcionalidad inmunológica.
El sedentarismo y la obesidad aceleran el envejecimiento celular, mientras que el ejercicio promueve una inmunidad equilibrada (Imagen Ilustrativa Infobae)
El contexto de la investigación subraya la colaboración internacional y la continuidad de estudios previos del grupo, que ya había demostrado el impacto negativo del sedentarismo y la obesidad en la inmunidad. El equipo, liderado por Minuzzi y Lira, continúa investigando cómo factores como el ejercicio físico pueden modular la respuesta inmunitaria y contribuir a una mejor calidad de vida en la población mayor, según FAPESP.
Los resultados sugieren que el sistema inmunitario de los adultos mayores activos mantiene la capacidad de respuesta sin caer en excesos, lo que amplía la comprensión sobre cómo el ejercicio puede favorecer un envejecimiento saludable y proteger contra las enfermedades asociadas a la inflamación desregulada.
Un equipo de 160 científicos de 23 países analizaron datos sobre la salud de los ecosistemas, niveles de temperatura y registros de fenómenos extremos relacionados con el cambio climático. Qué concluyeron
Los arrecifes de coral son estructuras submarinas formadas por animales pequeños que producen esqueletos de carbonato de calcio y se encuentran en aguas poco profundas y cálidas, principalmente en el Caribe, el Indo-Pacífico y la Gran Barrera de Coral en Australia.
Un equipo de 160 especialistas de 23 países realizó una evaluación global y detectó que los arrecifes de coral del planeta pasaron un “punto de inflexión” climático.
Eso significa que el daño que sufrieron los arrecifes por el calentamiento global inducido por la emisión de gases contaminantes ya no puede revertirse con las condiciones actuales. Los corales seguirán desapareciendo, salvo en pequeños refugios especialmente protegidos.
El calentamiento global ya provocó la pérdida masiva de corales. El problema afecta a los ecosistemas marinos y a mil millones de personas. DAVID GRAY / AFP)
En el reporte que publicaron, los científicos liderados por expertos de la Universidad de Exeter del Reino Unido alertaron que la mortalidad masiva de corales representa un quiebre definitivo para los ecosistemas marinos y la vida de casi mil millones de personas.
Resaltaron que esos sistemas esenciales para los océanos enfrentan una amenaza irreversible bajo las temperaturas actuales, mientras líderes y ministros climáticos preparan la próxima cumbre COP30 de Naciones Unidas que se hará desde el 10 al 21 de noviembre en Belém, en Brasil. El encuentro se hace para debatir las medidas prioritarias para hacer frente al cambio climático.
El cambio climático acelera la pérdida de los corales
Los corales solo podrán conservarse si las temperaturas globales bajan notablemente/Archivo
Para los expertos, este fenómeno ya no forma parte de un escenario hipotético: “No podemos hablar más de los puntos de inflexión como un riesgo futuro. Esta es nuestra nueva realidad”, afirmó Steve Smith, científico social de la Universidad de Exeter y uno de los autores principales del reporte.
El concepto de punto de inflexión climático define el umbral a partir del cual un ecosistema sufre cambios irreversibles provocados por el aumento de la temperatura.
En el caso de los corales, este proceso llegó tras años de episodios repetidos de blanqueamiento, cuando los animales pierden las microalgas que les dan alimento y color.
“La situación de los corales es una tragedia para la naturaleza y para las personas que dependen de ellos para comer y obtener ingresos”, advirtió Mike Barrett, asesor científico jefe del Fondo Mundial de Vida Silvestre del Reino Unido y coautor.
Los arrecifes de coral sostienen la vida marina en aguas cálidas y poco profundas/ REUTERS/Lucas Jackson
La degradación de los arrecifes no afecta solo a la vida marina. El cuarto evento global de blanqueamiento coralino, que comenzó en enero de 2023, ya dañó más del 84% de estos ecosistemas en todo el mundo.
Los especialistas coinciden en que la pérdida de corales reduce la seguridad alimentaria, limita el turismo y agrava la exposición de muchas comunidades a tormentas.
“El periodo de recuperación que solía existir entre los disturbios prácticamente ya no sucede, y ese es el gran problema para los corales”, aseguró Michael Studivan, ecólogo de la Universidad de Miami.
Incluso si la humanidad logra estabilizar la temperatura a 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales, los corales continuarían en declive y solo podrían preservarse refugios muy limitados.
La meta principal del Acuerdo de París es limitar el aumento de la temperatura global a menos de 2 °C respecto a los niveles preindustriales y realizar esfuerzos para que no supere 1,5 °C. Sin embargo, hoy parece insuficiente.
El primer “tipping point” climático
Pequeños refugios protegidos serán el último recurso para la supervivencia de los corales/ DAVID GRAY / AFP)
Los investigadores detallaron que los arrecifes tropicales alcanzaron su límite térmico con solo 1,2 grados de calentamiento. Las cifras coinciden con recientes signos de deterioro observados en la Gran Barrera de Coral en Australia y otros enclaves de biodiversidad.
Los datos enfatizan la gravedad del cambio. “Los arrecifes de coral a escala significativa se perderán, a menos que la temperatura global regrese hacia 1 grado o menos”, describió el estudio presentado por Tim Lenton, director del Instituto de Sistemas Globales de la Universidad de Exeter.
La única ruta para revertir estos desastres ecológicos sería no solo detener el calentamiento, sino llevar a cabo la extracción activa de dióxido de carbono en la atmósfera.
El informe puso el foco en la necesidad de proteger los refugios de coral que aún sobreviven, al invertir en estrategias de conservación que reduzcan presiones adicionales como la sobrepesca y la contaminación.
También los investigadores señalaron que la solución global requiere reducir de manera drástica las emisiones de gases de efecto invernadero.
Cuáles son los riesgos próximos
El colapso de la corriente AMOC podría alterar el clima en Europa y disminuir la producción de alimentos en varias regiones./Archivo
Los científicos proyectaron escenarios para otros puntos de inflexión próximos. La Amazonía, el manto de hielo polar y grandes corrientes marinas como la Circulación de Retorno Meridional del Atlántico (AMOC) podrían pronto cruzar sus propios umbrales.
“Perderíamos también la Amazonía, los hielos y las corrientes oceánicas vitales. En ese escenario, enfrentaríamos un resultado realmente catastrófico para toda la humanidad”, sostuvo Mike Barrett en diálogo con la revista Nature.
Advirtieron que el colapso del AMOC generaría inviernos más fríos en el noroeste de Europa, alteraciones del monzón en África Occidental y la India, y caída de las cosechas agrícolas en buena parte del planeta.
La COP30 en Brasil buscará acordar medidas urgentes frente al cambio climático/Archivo
La comunidad científica estimó que el deterioro de la Amazonía, que afecta a más de 100 millones de personas, podría empezar con solo 1,5 grados de calentamiento, un nivel antes considerado seguro.
Frente a este panorama, los organizadores de la COP30 solicitaron una “movilización global” y políticas urgentes para evitar más umbrales peligrosos.
“La naturaleza abrupta e irreversible de los puntos de inflexión climática exige respuestas innovadoras: prevenirlos demanda mitigar desde ya y escalar tecnologías de captura de carbono”, puntualizó Manjana Milkoreit, politóloga de la Universidad de Oslo.