Científicos del Servicio Antártico Británico realizaron un informe donde advirtieron la necesidad establecer “una acción urgente” para mitigar el calentamiento global en el continente blanco y evitar secuelas “globales de gran alcance”
El calentamiento global es un hecho que ya muestra sus alcances. Hace algunas semanas, la noticia de que el hielo marino antártico está en un mínimo histórico y se ha reducido a menos de 772.000 millas cuadradas (1.4 millones de kilómetros) desde que comenzaron los registros generó alarma. Pero estas alertas no son las únicas. Un reciente informe realizado por científicos del Servicio Antártico Británico advirtió que “se necesita una acción urgente para minimizar los impactos del cambio climático en la Antártida y sus consecuencias globales de gran alcance”.
“Los cambios de la Antártida tienen profundas consecuencias para todos nosotros. Lo que es más desconcertante es que ya estamos documentando estos cambios, pero no estamos seguros de cuán grandes serán. Podríamos enfrentar una adversidad inmanejable en nuestras vidas si no actuamos con urgencia”, aseguró el profesor Steven Chown, de la Universidad de Monash, en Australia, ex presidente del Comité Científico de Investigación Antártica (SCAR) y director de Asegurar el futuro ambiental de la Antártida.
“Las capas de hielo de la Antártida se están derritiendo, el clima del continente está cambiando, sus ecosistemas se están viendo afectados y el Océano Austral se está calentando, volviéndose más ácido y perdiendo oxígeno”, advirtieron los científicos británicos
Elaborado por científicos del British Antarctic Survey (BAS), el informe del Comité Científico de Investigación Antártica (SCAR) advirtió sobre los alcances del cambio climático en la Antártida y alertó que “las capas de hielo de la Antártida se están derritiendo, el clima del continente está cambiando, sus ecosistemas se están viendo afectados y el Océano Austral se está calentando, volviéndose más ácido y perdiendo oxígeno”.
En ese sentido, los expertos aseguraron que estas modificaciones que tienen lugar en el continente blanco se ven reflejadas como impactos mundiales. Entre las consecuencias señaladas, los científicos aseguraron que el aumento del nivel del mar provocado por la disminución en la capa de hielo “pondría a casi mil millones de personas en riesgo de inundaciones costeras”, particularmente si se tiene en cuenta “el escenario superior de dos metros del nivel del mar para fines de siglo”.
“Los cambios climáticos antárticos significan impactos en todas partes y serán especialmente extremos en algunos continentes”, alertaron. Al tiempo que señalaron que dentro del continente blanco “los cambios climáticos ya están afectando a las icónicas ballenas, focas, pingüinos y al krill de la región. Los pingüinos emperadores pueden desaparecer a finales de siglo, a menos que se tomen medidas urgentes”. Pero eso no es todo, también pueden aparecer y establecerse “especies no autóctonas en los ecosistemas locales, una amenaza sin precedentes para la biodiversidad única del continente y un desafío para su gestión y conservación”.
“Los pingüinos emperadores pueden desaparecer a finales de siglo, a menos que se tomen medidas urgentes”, alertaron los expertos REUTERS/Martin Passingham
En ese sentido, el profesor Peter Convey, uno de los autores del informe, integrante del BAS, ecólogo terrestre y especialista en biodiversidad, explicó: “Este informe destaca que los ecosistemas de la Antártida, en tierra y el mar, ya están enfrentando una fuerte presión por el cambio climático”. “Los elementos de su biodiversidad nativa están mostrando respuestas a veces rápidas, brindando advertencias claras de cómo los ecosistemas en latitudes más bajas y las sociedades humanas que los habitan se verán afectados en el futuro sin una acción urgente”, recalcó.
“Este informe envía un fuerte mensaje a las Partes del Tratado Antártico de que es necesario tomar medidas urgentes para minimizar los impactos del cambio climático en la Antártida y el Océano Austral, y que es fundamental que la información sobre las consecuencias globales del cambio antártico se comunique al resto del mundo”, indicó la doctora Susie Grant, biogeógrafa marina del BAS y una de las coautoras del informe.
En palabras de los científicos, este documento “deja en claro que adherirse a los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero del Acuerdo Climático de París y, preferiblemente, superarlos disminuirá sustancialmente tanto los cambios en la Antártida como sus implicaciones más amplias para la sociedad”.
El aumento de la temperatura del mar en todo el planeta ha provocado un fenómeno de blanqueamiento que se prevé sea el más extenso jamás registrado.
El aumento de la temperatura del mar en todo el mundo ha provocado un fenómeno de blanqueamiento que se prevé será el más grande jamás registrado.
El lunes, la Oficina Nacional de Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por su sigla en inglés) y sus socios internacionales anunciaron que los arrecifes de coral de todo el mundo están sufriendo de un fenómeno de blanqueamiento global provocado por las extraordinarias temperaturas oceánicas.
Se trata del cuarto fenómeno mundial de este tipo del que se tiene constancia y se prevé que afecte a más arrecifes que ningún otro.
El blanqueamiento se produce cuando los corales se estresan tanto que pierden las algas simbióticas que necesitan para sobrevivir.
Los corales blanqueados pueden recuperarse, pero si el agua que los rodea está demasiado caliente durante demasiado tiempo, mueren.
Los arrecifes de coral son ecosistemas vitales:
Corales blanqueados y muertos alrededor de la isla Lizard en la Gran Barrera de Coral, situada a 270 kilómetros (167 millas) al norte de la ciudad de Cairns. (Foto de DAVID GRAY / AFP) /
cunas calcáreas de vida marina que nutren a una cuarta parte de las especies oceánicas en algún momento de sus ciclos vitales, sustentan peces que proporcionan proteínas a millones de personas y protegen las costas de las tormentas.
El valor económico de los arrecifes de coral del mundo se ha calculado en 2,7 billones de dólares anuales.
Calentamiento
En el último año, las temperaturas de los océanos se han disparado.
“Esto da miedo, porque los arrecifes de coral son muy importantes”, dijo Derek Manzello, coordinador del programa de Vigilancia de Arrecifes de Coral de la NOAA, que vigila y predice los fenómenos de blanqueamiento.
La noticia es el último ejemplo de que las alarmantes predicciones de los científicos del clima se están cumpliendo a medida que el planeta se calienta.
A pesar de décadas de advertencias de los científicos y promesas de las autoridades, los países queman más combustibles fósiles que nunca y las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando.
Se ha confirmado la muerte sustancial de corales en torno a Florida y el Caribe, sobre todo entre las especies cuerno de alce y cuerno de ciervo, pero los científicos afirman que es demasiado pronto para calcular cuál será el alcance de la mortalidad mundial.
Para determinar un episodio de blanqueamiento global, la NOAA y el grupo de socios mundiales, la Iniciativa Internacional de Arrecifes de Coral, utilizan una combinación de temperaturas de la superficie del mar y pruebas procedentes de los arrecifes.
Según sus criterios, las tres cuencas oceánicas que albergan arrecifes de coral ―la del Pacífico, la del Índico y la del Atlántico― deben experimentar un blanqueamiento en un plazo de 365 días, y al menos el 12 por ciento de los arrecifes de cada cuenca deben estar sometidos a temperaturas que provoquen el blanqueamiento.
En la actualidad, más del 54 por ciento de la superficie coralina mundial ha sufrido estrés térmico de nivel de blanqueamiento en el último año, y esa cifra aumenta aproximadamente 1 por ciento por semana, según Manzello.
La famosa Gran Barrera de Coral de Australia está al borde del abismo, tras sufrir uno de los episodios de blanqueamiento de coral más graves de los que se tiene constancia (el quinto en ocho años), lo que hace dudar a los científicos sobre su supervivencia. (Foto de DAVID GRAY / AFP) / Compartir con Australia-Climate-Conversation-Reef por Laura CHUNG
Añadió que dentro de una semana o dos, “es probable que este evento sea el blanqueamiento global espacialmente más extenso registrado”.
Cada uno de los tres blanqueamientos mundiales anteriores ha sido peor que el anterior.
Durante el primero, en 1998, el 20 por ciento de las zonas de arrecifes del mundo sufrieron estrés térmico de nivel de blanqueamiento. En 2010, fue el 35 por ciento.
El tercero se extendió de 2014 a 2017 y afectó al 56 por ciento de los arrecifes.
Según Manzello, se espera que el fenómeno actual dure menos tiempo, ya que El Niño, un patrón climático natural asociado con océanos más cálidos, se está debilitando y los meteorólogos predicen que un período más frío de La Niña se afianzará a finales de año.
La decoloración se ha confirmado en 54 países, territorios y economías locales, tan distantes entre sí como Florida, Arabia Saudita y Fiyi.
La Gran Barrera de Coral de Australia está sufriendo lo que parece ser su episodio de blanqueamiento más grave; alrededor de un tercio de los arrecifes inspeccionados por aire mostraban prevalencia de blanqueamiento muy alto o extremo, y al menos tres cuartas partes mostraban cierto blanqueamiento.
“A veces me deprimo, porque mi sensación es: ‘Dios mío, esto está ocurriendo’”, afirmó Ove Hoegh-Guldberg, profesor de estudios marinos de la Universidad de Queensland que publicó las primeras predicciones sobre lo catastrófico que sería el calentamiento global para los arrecifes de coral.
“Ahora nos encontramos en un punto donde estamos en la película de la catástrofe”, dijo.
Antecedente
La confirmación más reciente del blanqueamiento generalizado, que motivó el anuncio del lunes, procede del océano Índico occidental, que incluye Tanzania, Kenia, Mauricio, las Seychelles y la costa occidental de Indonesia.
Swaleh Aboud, científico especializado en arrecifes de coral de CORDIO East Africa, un grupo de investigación y conservación sin fines de lucro con sede en Kenia y enfocado en el océano Índico, afirmó que las especies de coral conocidas por su resistencia térmica se están blanqueando, al igual que los arrecifes de una zona más fría considerada un refugio climático.
Hace poco visitó una comunidad pesquera de Kenia llamada Kuruwitu que ha trabajado para recuperar su arrecife. Muchas de las colonias de coral restauradas se habían vuelto de un blanco fantasmal.
Otras estaban pálidas, aparentemente en vías de desaparición.
“Es necesaria una acción mundial urgente para reducir futuros episodios de blanqueamiento, provocados principalmente por las emisiones de carbono”, señaló Aboud.
Los científicos siguen aprendiendo sobre la capacidad de los corales para adaptarse al cambio climático.
Se están realizando esfuerzos para criar corales que toleren temperaturas más altas.
En algunos lugares, como Australia y Japón, los corales parecen estar migrando hacia los polos, empezando a ocupar nuevos lugares.
Pero los científicos afirman que diversos factores, como la cantidad de luz que penetra en el agua y la topografía del fondo marino, hacen que esa migración sea limitada o improbable en gran parte del mundo.
Además, está el problema de la acidificación de los océanos: a medida que el agua del mar absorbe dióxido de carbono de la atmósfera, se vuelve más ácida, lo que dificulta la formación y el mantenimiento de los arrecifes de coral.
Hoegh-Guldberg, que ha estudiado el impacto del cambio climático en los arrecifes de coral durante más de tres décadas, fue autora de un informe de 2018 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático que concluyó que el mundo perdería la gran mayoría de sus arrecifes de coral con un calentamiento de 1,5 grados centígrados, y prácticamente todos con 2 grados.
Los compromisos actuales de las naciones sitúan a la Tierra en la senda de los 2,5 grados para 2100.
Aun así, no pierde la esperanza.
“Creo que resolveremos el problema si nos levantamos y luchamos por resolverlo”, afirmó Hoegh-Guldberg.
“Si seguimos hablando de la boca para afuera, pero no nos ponemos a buscar soluciones, nos estaremos engañando a nosotros mismos”.
Ingresó al Congreso el 9 de abril y fue presentado ante la comunidad internacional en la cumbre mundial que se realiza en Atenas.
La depredación del océano austral que está ocasionando la industria pesquera llegó este martes a la agenda del conservacionismo global. En un viaje que comenzó en la Patagonia, picó en Buenos Aires y recaló en Atenas, la organización Misión Atlántico, apuntalada por activistas y científicos locales, presentó ante la mirada de los grandes filántropos ecologistas un proyecto de ley para proteger el 30% del Mar argentino.
Por estos días, transcurre en Grecia la novena edición de la cumbre Our Ocean, lanzada en el año 2014 por el ex Secretario de Estado norteamericano, John Kerry. Es un apéndice crucial en el contexto de la discusión permanente sobre lucha contra el cambio climático. Pero trata de manera exclusiva sobre el mar, el ecosistema más grande del planeta, tan postergado de los debates como amenazado por diferentes prácticas industriales. Por eso, la iniciativa argentina, lanzada a un auditorio integrado por representantes de las grandes ONGs globales, es un hecho potente. Busca que la comunidad internacional tome conciencia sobre el vacío que existe en el Atlántico Sur y se pliegue con su apoyo al proyecto legislativo.
Antes de hacer su escala definitiva en Grecia, la ley ingresó al Congreso de la Nación. El pasado 9 de Abril, el diputado Facundo Manes tomó el desarrollo de Misión Atlántico y le dio curso para que adquiriera estado parlamentario. Este martes, fue el mismo Manes quien lo presentó en Atenas.
“A pesar de la inmensa superficie de aguas argentinas, a menudo se las ha pasado por alto, lo que ha provocado una sobrepesca crónica y el agotamiento de las poblaciones de peces. La acción es imperativa. Nuestro gobierno carece de un plan concreto. Esto subraya la urgencia de que nos unamos para preservar nuestros océanos para las generaciones futuras. Aprobar este proyecto de ley será un gran paso para salvar nuestro océano. Establecerá áreas protegidas en aguas de Argentina, prohibiendo la pesca de arrastre de fondo y protegiendo la biodiversidad y los ecosistemas marinos críticos”, expresó, y advirtió: “Sin embargo, no podemos lograrlo solos. Necesitamos el apoyo de científicos, formuladores de políticas, líderes empresariales, ONG y ciudadanos”.
En el año 2022, la Argentina se comprometió junto a otras 188 naciones a proteger el 30% de su plataforma marina continental para el año 2030. Pero hasta ahora tan sólo el 7% del mar argentino está protegido. “Esta situación presenta una oportunidad única para ampliar la red de áreas marinas protegidas en la región y cumplir con el compromiso global de proteger el 30% de los océanos del mundo para el año 2030. Aunque existen esfuerzos de conservación en la región, es fundamental poner al Atlántico Sur en la agenda pública de conservación marina a nivel global, promoviendo la protección de sus especies emblemáticas y sus ecosistemas”, expresó el referente de Misión Atlántico, Juan Pablo Luque, también presente en Atenas.
Facundo Manes, que ingresó el proyecto al Congreso, el ex Secretario de Estado de los Estados Unidos, John Kerry, y Juan Pablo Luque, de Mision Atlántico.
La zona exclusiva económica, que abarca todo el litoral patagónico, desde sus costas hasta la milla 200, cubre un millón de kilómetros cuadrados. Es el 33% del territorio nacional. El proyecto busca crear nuevas Áreas Marinas Protegidas (AMPs) en diferentes sectores del Atlántico Sur para que alrededor de 200 mil kilómetros cuadrados se conviertan en una zona “no take”. Significa que allí, de aprobarse la iniciativa, no podría existir ningún tipo de actividad industrial. Podría leerse como un desafío a la industria pesquera, que viene ocasionando desde hace 50 años un desmonte silencioso, que no se ve, porque ocurre debajo del agua. Pero también un convite a repensar la transición ecológica hacia nuevas prácticas industriales y mecanismos sostenibles de producción.
La pesca de arrastre favorece el calentamiento global
El proyecto de ley no está diseñado al voleo. Cada una de los 7 zona que incorpora para llegar al total propuesto de áreas protegida fue analizado, estudiado y consensuando con científicos de diversas áreas reunidos bajo la órbita del Foro para la Conservación del Mar Patagónico.
– FTP CLARIN Especial Sobre PESCA DE ARRASTRE (4).jpeg Z Invitado
Lucía Castro, activista de la organización Sin Azul No Hay Verde, estaba exultante. Llegó hasta Atenas por la causa de defender el mar, haciendo el máximo esfuerzo: “Celebro que quienes deben legislar para preservar nuestros recursos tomen conciencia de lo necesario que es cuidar nuestro mar. Ahora necesitamos más apoyo y más conciencia de todos los argentinos. Acá no se trata solo de lo que hacen los chinos en la milla 201, sino de lo que pasa con nuestro mar, dentro de jurisdicción argentina”.
El influencer Nico Marín también celebraba, con su sonrisa inmensa: “Lo vamos a lograr”, decía y repartía camisetas argentinas con la leyenda 30×30 a los asistentes. Hasta John Kerry recibió una y posó para la fotos apoyando la causa argentina. La filántropa Dona Bertarelli, navegante de todos los mares y fundadora de Blue Mission, celebro vía X la noticia: “Excelentes noticias llegan desde el Congreso argentino”, tuiteó. También se entusiasmó Sylvia Earle, una leyenda del conservacionismo global, la gran madre de la protección de los mares: “Ahora hay información. Para los argentinos es el momento de actuar. Es ahora”, expresó en diálogo con Clarín.
Dona Bertarelli, una de las mas importante donantes de fondos para conservar la naturaleza a nivel global.
El desafío, de ahora en adelante, es grande. Lo que ocurre debajo del agua no se ve. Lo que no se ve, no representa un problema. Pero cada vez más, gana espacio en la agenda de medios lo que ocurre con la industria pesquera. Bajas regalías, falta de control, matanza de especies, devastación del lecho marino son la contracara de un negocio que genera 2500 millones de dólares al año en exportaciones.
Primero Javier Milei, cuando intentó desregular la actividad mediante la ley ómnibus, y más recientemente el caso del pesquero Tai An, que pescó toneladas de merluza negra de manera ilegal, pusieron el tema del descontrol pesquero en superficie. Hay un debate para dar, un debate que tiene 3 patas, una política, una económica y una tercera ambiental. Pero que debe contar con el compromiso de la ciudadanía, tal como ocurrió en años anteriores con las leyes de bosques y glaciares. Los elementos ya están a la vista. Es viaje, aquí en Grecia, recién empieza.
Un nuevo estudio sopesa una serie de amenazas y variables en un esfuerzo por determinar dónde es más vulnerable la selva tropical.
Según un nuevo estudio, hasta la mitad de la selva amazónica podría convertirse en pastizales o ecosistemas debilitados en las próximas décadas, a medida que el cambio climático, la deforestación y las graves sequías como la que sufre actualmente la región dañen enormes zonas más allá de su capacidad de recuperación.
Según los investigadores, esas tensiones en las partes más vulnerables de la selva tropical podrían acabar llevando a todo el ecosistema forestal, que alberga una décima parte de las especies terrestres del planeta, a una situación de estrés hídrico agudo y a superar un punto de inflexión que desencadenaría un colapso de toda la selva.
Aunque estudios anteriores han evaluado los efectos individuales del cambio climático y la deforestación en la selva tropical, este estudio revisado por expertos, publicado la semana pasada en la revista Nature, es la primera investigación importante que se centra en los efectos acumulativos de una serie de amenazas.
Según el nuevo estudio, una décima parte de la Amazonia es susceptible de convertirse en pastizales u otra forma de ecosistema degradado. Foto Michael Dantas/Agence France-Presse, via Getty Images
“Este estudio lo suma todo para mostrar cómo este punto de inflexión está más cerca de lo que estimaban otros estudios”, afirmó Carlos Nobre, uno de los autores del estudio.
Nobre es un científico brasileño especializado en sistemas terrestres que estudia cómo la deforestación y el cambio climático podrían cambiar permanentemente los bosques.
En el estudio se superpusieron datos sobre la cubierta forestal, la temperatura y los patrones de precipitaciones, y luego se tuvieron en cuenta otras variables que podrían hacer más o menos frágiles diversas secciones de la selva, como la presencia de carreteras o protecciones legales, para trazar un mapa de los lugares en los que es más probable que la selva tropical se transforme.
Los perfiles regionales que surgieron mostraron que una décima parte de la Amazonia era muy vulnerable a transformarse en pastizales o ecosistemas degradados con menor cobertura arbórea.
Otro 47% de la selva tiene un potencial moderado de transformación, según descubrieron, incluidas zonas en su mayoría vírgenes que son más vulnerables a sequías extremas como la actual.
Estos cambios podrían llevar al bosque a un punto de inflexión que provocaría el colapso de todo el ecosistema forestal.
“No sabemos realmente cuándo vamos a alcanzarlo”, dijo Bernardo Flores, investigador postdoctoral de la Universidad Federal de Santa Catarina y autor principal del estudio.
Pero, añadió, como demuestra la sequía que se instaló el año pasado, “nos estamos acercando más rápido de lo que pensábamos”.
Lincoln Muniz Alves, climatólogo del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil que no participó en el estudio, dijo que éste se sumaba a los conocimientos sobre la capacidad de resistencia de la selva a los desafíos que afronta.
“El estudio supone un avance en la comprensión del punto de inflexión”, afirmó.
“En general, los trabajos científicos anteriores han explorado sobre todo el impacto de la deforestación”.
Investigaciones recientes han demostrado que partes de la selva del sureste del Amazonas que han sufrido deforestación e incendios a gran escala ya han empezado a emitir más dióxido de carbono del que absorben, porque la selva ha sufrido daños más allá del punto de recuperación.
Efectos
El colapso total o parcial de la selva amazónica liberaría a la atmósfera el equivalente a varios años de emisiones globales, posiblemente hasta 20 años, ya que sus árboles, que almacenan grandes cantidades de carbono, son sustituidos por ecosistemas degradados.
Y como esos mismos árboles bombean enormes cantidades de agua a la atmósfera, su pérdida también podría alterar los regímenes pluviométricos y las temperaturas mundiales en formas que aún no se comprenden bien.
Los investigadores también calcularon los límites de lo que el bosque podría soportar en términos de diversas amenazas.
Según el estudio, el calentamiento global no debe superar los 1,5 grados centígrados, la deforestación debe mantenerse por debajo del 10% de la cubierta arbórea original y la estación seca anual no puede superar los cinco meses para que el bosque permanezca intacto.
Para ello, los gobiernos no sólo deben detener las emisiones de carbono y la deforestación, sino también restaurar al menos el 5% de la selva tropical, según el estudio.
“Si se superan esos umbrales, entonces la selva podría, en principio, colapsar o hacer la transición a ecosistemas diferentes”, dijo Flores.
“Probablemente haya un punto de inflexión del sistema determinado por la interacción de estos diferentes factores de estrés”.
Sin embargo, aún hay incógnitas.
Los investigadores no entienden del todo por qué algunos árboles mueren después de una sequía y otros no; los diferentes perfiles de biodiversidad entre regiones hacen que las conclusiones generales sean complicadas; y, sobre todo, los científicos aún no comprenden del todo las complejas interacciones de factores como la sequía, la deforestación y otras amenazas.
Marina Hirota, catedrática de la Universidad Federal de Santa Catarina y otra de las autoras del estudio, afirma que los gobiernos no deberían esperar a tener más información para actuar.
“A veces la ciencia tarda un poco más en informar de lo que realmente necesitamos”, dijo Hirota.
“¿Vamos a esperar a ver qué pasa y a culpar a la incertidumbre por no hacer nada?”.