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Ciencia

Por qué la evidencia científica en el mundo real permite avanzar en la búsqueda de nuevos medicamentos

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La Ley de Curas del Siglo XXI promulgada por Estados Unidos en 2019 y los avances durante la pandemia ponen en relevancia los datos por fuera de los ensayos clínicos, según postulan expertos en una revista científica

La metodología de la ciencia y cómo ésta busca en forma permanente actualizarse e implementarse en soluciones concretas que mejoren la salud y la condición humana se ha puesto en relevancia en este siglo. Así, por ejemplo, la Ley de Curas del Siglo XXI, promulgada el 13 de diciembre de 2016 por el Congreso de los Estados Unidos, fue diseñada para ayudar a acelerar el desarrollo de productos médicos y brindar nuevas innovaciones y avances a los pacientes que los necesitan de manera más rápida y eficiente.

Pero más de cinco años después, el siglo XXI nos encuentra con los términos “datos del mundo real” (RWD) y “evidencia de datos del mundo” (RWE) que se están utilizando de manera incoherente y, a veces, indistintamente. Esto lo han señalado expertos científicos y académicos en una publicación hecha en la prestigiosa revista The New England Journal of Medicine.

Esta imprecisión ha complicado los esfuerzos para evaluar el impacto de tales datos y pruebas y obstaculizó los intentos de rastrear su uso eficiente”, valorizó uno de sus autores, el doctor John Concato, director asociado para la oficina de Evidencia Análitica en el Mundo Real de la Oficina de Políticas Médicas en Estados Unidos. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), en su marco para el Programa de Evidencia del Mundo Real de la FDA, definió a los RWD como “datos relacionados con estado de salud del paciente y/o prestación de servicios de salud de forma rutinaria recolectados de una variedad de fuentes”. Y también definió al RWE como “método clínico de pruebas sobre el uso y beneficios o riesgos potenciales de un producto médico derivado de análisis de RWD”, independientemente del tipo de diseño del estudio.

Los científicos toman como bastión la Ley de Curas de EEUU (REUTERS/Nacho Doce)Los científicos toman como bastión la Ley de Curas de EEUU (REUTERS/Nacho Doce)

Pero hay dos generalizados conceptos erróneos sobre estos términos”, apuntan Colcato y Jacqueline Corrigan‑Curay, de la oficina de Política Médica de la Agencia de Alimentos y Medicamentos de EEUU, FDA. “La primera es la noción de que RWD y RWE eran conceptos completamente nuevos en 2016. En realidad, las fuentes de datos y tipos de diseños de estudio no han cambiado fundamentalmente, pero el acceso electrónico a datos clínicos más detallados está evolucionando, y la fiabilidad de dicha información y la relevancia para la investigación están mejorando. La disponibilidad de más datos sólidos sobre factores clínicos que afectan los resultados de salud también brinda oportunidades para explorar varios métodos estadísticos en lugar de la aleatorización”, afirman los especialistas, que piden proporcionar más detalles sobre las fuentes de datos y el diseño del estudio para reducir la confusión sobre RWD y RWE.

El segundo error que marcan los autores es que una simple dicotomía entre ensayos controlados aleatorios (ECA) y estudios observacionales marca todo el paisaje de diseño del estudio.

“Aunque la aleatorización de la asignación del tratamiento es una fortaleza clave de los ECA, no todos los ensayos clínicos son aleatorios. Más bien, su característica definitoria es asignación de tratamiento de acuerdo con un protocolo de investigación. Por ejemplo, en un solo grupo ensayos, los investigadores asignan a los participantes para que reciban una intervención sin aleatorización, y afrontar retos similares a los en estudios observacionales para determinar si las diferencias en resultados clínicos entre los el grupo basado en el protocolo y un grupo de comparación (”control”) representan los efectos reales del tratamiento”, afirman y sostienen que corregir estos conceptos erróneos requiere reconocer que el grado de confianza en RWD varía con el tipo de diseño del estudio y que, por definición, los ECA que incorporan RWD generan RWE.

La disponibilidad de más datos sólidos sobre factores clínicos que afectan los resultados de salud también brinda oportunidades para explorar varios métodos estadísticos ( REUTERS/Allison Dinner)La disponibilidad de más datos sólidos sobre factores clínicos que afectan los resultados de salud también brinda oportunidades para explorar varios métodos estadísticos (REUTERS/Allison Dinner)

Esta conceptualización confirma que incluso cuando los criterios estrictos de elegibilidad pueden limitar la generalización de la prueba resultados, los participantes del ensayo existen, y sus resultados ocurren, en el “mundo real”, a pesar de las percepciones de que la generación de RWE ocurre solo fuera de los ensayos clínicos. Además, aunque los términos “clínico ensayos” y “estudios observacionales” tienen significados claros cuando correctamente, los términos “estudios de intervención” y “estudios de no intervención” tienen ventajas en describir si el tratamiento de interés se administró de acuerdo con un protocolo de estudio.

“Estas distinciones conceptuales eran menos pertinentes cuando eran causales inferencias con respecto a la terapia eficacia basada principalmente en estudios de intervención con datos recopilados en ECA. Sin embargo, los ECA incorporan cada vez más RWD, y cuando la aleatorización no es factible por razones éticas o de otro tipo, externamente ensayos controlados incluyen un grupo de comparación derivado completamente de una fuente de datos secundarios. Por el contrario, los estudios no intervencionistas que analizan los datos primarios recopilados de los registros se están realizando más a menudo. A pesar de la confusión con respecto a estos términos y conceptos, nosotros en la FDA continuamos evaluando RWD y RWE a medida que se consideran las decisiones regulatorias. De hecho, la agencia publicó cuatro proyectos de documentos de orientación relacionados en 2021″, agregaron los expertos.

Guía de la FDA sobre datos de la historia clínica electrónica

La FDA afirma que continúa evaluando los datos RWD y RWE a medida que se consideran las decisiones regulatorias. (REUTERS/Andrew Kelly/File Photo)La FDA afirma que continúa evaluando los datos RWD y RWE a medida que se consideran las decisiones regulatorias. (REUTERS/Andrew Kelly/File Photo)

Las bases de datos de reclamos médicos incluyen recomendaciones sobre cómo seleccionar fuentes de datos relevantes y para definir y validar variables de estudio. Otra orientación proporciona recomendaciones sobre el diseño o el uso de un registro existente para respaldar la toma de decisiones regulatorias.

Un documento de orientación sobre datos aconseja a los patrocinadores documentar una justificación para los cambios hechos para garantizar que los RWD se ajusten a los datos respaldados por la FDA, estándares y orientación sobre consideraciones regulatorias que describa las expectativas de la agencia con respecto a estudios observacionales que utilizan sólo RWD. Aunque los datos generados por las tecnologías de salud digital no cumplen con la definición estricta de RWD, si se proporciona en el contexto de un ensayo clínico, su idoneidad para el uso en estudios clínicos justifica mencionarlos. Tales tecnologías – incluyendo aplicaciones de software y hardware para obtener de forma remota datos fisiológicos o datos de comportamiento- tienen un papel central en la expansión en el cuidado de la salud. Y cuando los datos que generan son verificados y válidos, ofrecen oportunidades considerables para el desarrollo de fármacos.

Otras iniciativas de la FDA que respaldan el despliegue de RWD y RWE en el desarrollo de productos, incluye varias demostraciones y proyectos destinados a mejorar la utilidad de los RWD, explorando métodos de diseño de estudios y análisis de datos para generar RWE, o desarrollar herramientas específicas y técnicas para ayudar en este proceso. Un ejemplo es el Proyecto OneSource de la FDA para capturar registros sanitarios electrónicos -ehrs-usando médodos clínicos estandarizados. Son nuevos enfoques para automatizar el flujo de datos estructurados de registros de salud electrónicos en sistemas externos para facilitar la investigación y reducir la brecha entre la atención del paciente y la clínica.

Investigaciones

Los datos RWD se ajusten a los respaldados por la FDA, estándares y orientación sobre consideraciones regulatorias que describa las expectativas de la agencia con respecto a estudios observacionales (REUTERS/Allison Dinner)Los datos RWD se ajusten a los respaldados por la FDA, estándares y orientación sobre consideraciones regulatorias que describa las expectativas de la agencia con respecto a estudios observacionales (REUTERS/Allison Dinner)

Aunque la aprobación de medicamentos y productos biológicos basados en lo que ahora llamar a RWE es anterior al 21 Century Cures Act, dos aprobaciones en los últimos 5 años ilustran las cuestiones que planteamos aquí. En 2021, la aprobación por el Centro de Drogas Evaluación e Investigación (CDER) de tacrolimus (Prograf) en combinación con otros fármacos inmunosupresores para la prevención del rechazo de órganos en pacientes que reciben trasplantes de pulmón se basó en un estudio no intervencionista que comparó datos de un registro bien establecido con datos de controles históricos.

Además de confiar en RWE para la aprobación de la FDA y la alineación con los pacientes y los médicos perspectivas, la nueva indicación para trasplante de pulmón representa la primera aceptación del CDER de un “estudio observacional” como estudio adecuado y bien controlado proporcionar el apoyo principal para un hallazgo de evidencia sustancial de eficacia. Cuando la recopilación de datos primarios ocurre en estudios no intervencionistas, como aquellos que usan registros que recopilan datos en un formato estandarizado, los investigadores pueden encontrar menos desafíos que con los registros de salud electrónicos, reclamos u otras fuentes, en términos de variabilidad en la realización y oportunidad de las evaluaciones clínicas.

Los problemas más generales relacionados con la calidad de los datos incluyen la relevancia clínica y la confiabilidad (p. ej., precisión, integridad, procedencia y trazabilidad). Otras consideraciones incluyen cómo la pandemia de Covid-19 ha cambiado las percepciones de RWD y RWE y las prácticas relacionadas con ellos. En general, la pandemia ha acelerado el conocimiento y la adopción de RWD y RWE, pero su uso ya estaba aumentando antes de la pandemia.

La FDA sigue comprometida con el desarrollo de políticas sólidas alineadas con la Ley de Curas del Siglo 21, dicen desde la Agencia ( REUTERS/Francis Mascarenhas/File Photo)La FDA sigue comprometida con el desarrollo de políticas sólidas alineadas con la Ley de Curas del Siglo 21, dicen desde la Agencia ( REUTERS/Francis Mascarenhas/File Photo)

Además, aunque el RWE robusto a veces ha informado respuestas pandémicas, los desafíos involucrados en el diagnóstico, el tratamiento y la notificación de una nueva enfermedad pueden crear problemas metodológicos (y los estudios pueden no ser válidos por otras razones, como la mala conducta de la investigación). En general, la COVID-19 presenta una oportunidad de aprovechar las RWD para informar decisiones clínicas y regulatorias con rigor científico.

“La FDA sigue comprometida con el desarrollo de políticas sólidas alineadas con la Ley de Curas del Siglo 21 mientras mantiene los estándares probatorios para cumplir con nuestra obligación de proteger y promover la salud pública. Centrarse en la distinción entre estudios de intervención y estudios de no intervención puede ayudar a los investigadores, patrocinadores y reguladores a comprender y describir mejor los problemas metodológicos relevantes. Adquirir más experiencia, incluida la realización de estudios no intervencionistas rigurosos, ayudará a avanzar en el desarrollo de fármacos”, concluyeron los expertos.

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Ciencia

Revolución en el cosmos: encuentran evidencia de que existe un noveno planeta en el Sistema Solar

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  • Los datos de los científicos indican que hay un 85% de posibilidades de que el planeta exista.

Astrónomos han encontrado posible nueva evidencia de que existe un Planeta 9 en los confines del Sistema Solar, basada en el estudio de la inclinación de una población de objetos (TNO) más allá de Neptuno.

Una comparación de las distribuciones orbitales de simulaciones de N cuerpos con Planeta 9 incluido (Europa Press).Una comparación de las distribuciones orbitales de simulaciones de N cuerpos con Planeta 9 incluido (Europa Press).

Una pista temprana clave sobre el Planeta 9 surgió hace casi una década: los objetos del gran perihelio del Cinturón de Kuiper se agrupan. La dispersión gravitacional de Neptuno altera este patrón, por lo que la atención se mantiene en los TNO dinámicamente estables (tipo Sedna), ignorando los inestables.

En el nuevo estudio, publicado en arXiv, el equipo liderado por Konstantin Batygin, del Instituto de Tecnología de California, rastreó los movimientos de objetos de período largo que cruzan la órbita de Neptuno y exhiben movimientos irregulares durante su trayectoria.

El dato que indicaría que hay un nuevo planeta

Dada su inestabilidad dinámica, sólo dos escenarios pueden mantener esta población de TNO en un estado estable: o son impulsados hacia adentro por la interacción entre la marea galáctica y la dispersión de Neptuno, o son el resultado de una dinámica inducida por el Planeta 9.

El equipo llevó a cabo cálculos detallados y simulaciones astrofísicas tanto para el escenario del Planeta 9 como para el modelo de marea galáctica. Los resultados muestran que si bien el Planeta 9 produce una distribución de perihelio plana de los que cruzan Neptuno, el modelo sin Planeta 9 da como resultado una distribución que alcanzó su punto máximo alrededor de 30 UA (Unidades Astronómicas).

Una comparación de las distribuciones orbitales de simulaciones de N cuerpos sin Planeta 9 (Europa Press).Una comparación de las distribuciones orbitales de simulaciones de N cuerpos sin Planeta 9 (Europa Press).

Después de ajustar el sesgo observacional los datos favorecen al modelo Planeta 9 en un nivel 5 sigma de confianza en una escala de 6. Sorprendentemente, este grupo “poco exótico” de TNO proporciona la evidencia estadística más sólida hasta el momento de que el Planeta 9 está realmente ahí fuera, concluye Batygin en su cuenta en X.

Desafortunadamente la ubicación en el cielo no se puede derivar de la nueva investigación, admite Batygin, quien también confía en que futuros observatorios como el Vera Rubin ayuden en una localización, aunque no está claro que lo vaya a detectar. “Ya veremos”, dijo.

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Ciencia argentina en jaque: cinco proyectos clave frenados por la falta de recursos para investigar

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  • También aparecen el diseño de ratones y peces transgénicos para investigación, y monitoreo de glaciares.

A la dura situación de las universidades nacionales hay que sumar otra crisis causada por los mismos fenómenos: un presupuesto que repite el de 2023. Igual que en la educación superior, el reclamo ahora sale de un sector estratégico: la ciencia argentina. En una selección ilustrativa, compartimos cinco proyectos científicos que hoy están varados como consecuencia de los recortes en distintas áreas del Estado.

Las más de diez voces que hablaron con este medio vienen de las ciencias duras. Un par de los que están en la máxima categoría del Conicet pintaron, como introducción, la radiografía general de lo que pasa hoy.

Jorge Geffner, reconocido inmunólogo e investigador Superior del INBIRS-Conicet, explicó que “los becarios doctorales, el primer eslabón en la formación en ciencias, pasaron de 1.300 a 600. La Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología había ejecutado, a fines de marzo, menos del 5% de su presupuesto, cuando correspondería cerca de un 25%. Esto sin contar que se prorrogó el presupuesto 2023, cuestión que no contempla la inflación del 270%”.

Fernando Pitossi, jefe del laboratorio de “Terapias regenerativas y protectoras del sistema nervioso central” en la Fundación Instituto Leloir-IIBBA (un hombre que, literalmente, es capaz de generar neuronas con células de la piel), explicó: “Al no haber una gestión clara, no se pueden programar los proyectos de investigación, que requieren planificación a largo plazo. La devaluación licuó los subsidios en pesos, ya que los gastos de los insumos son en dólares. Los subsidios PICT (la sigla de Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica) de la Agencia (Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación), que es la base del financiamiento nuestro, ya fueron evaluados. Está la lista de los otorgados y los fondos disponibles, pero hace largas semanas no hay ninguna transferencia de dinero”.

Antes de ir a las cinco investigaciones destacadas, Pitossi agregó algo más: “Como las becas de doctorado bajaron a menos de la mitad, el desperdicio de talento humano es inmenso. Toda la formación que pagamos con nuestros impuestos para los estudiantes que tuvieron educación pública, termina siendo útil fuera de la Argentina“.

“En mi laboratorio se presentaron a beca una bioquímica y un biólogo”, contó, antes de cerrar: “No le salió beca a ninguno. A la bioquímica le pude conseguir una beca privada. El biólogo está sin trabajo”.

1. Análisis de calidad del agua en la región de Cuyo

Al mando del Instituto de Nanosistemas de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), el investigador del Conicet Galo Soler Illia compartió uno de sus proyectos en la categoría Redes Federales. Es “muy lindo y competitivo internacionalmente”, definió. Tema principal: el agua.

Galo Soler Illia, experto en Nanotecnologia. Foto German García AdrastiGalo Soler Illia, experto en Nanotecnologia. Foto German García Adrasti

“Nos preguntamos por las necesidades de las regiones y vimos que la de Cuyo es preservar el agua. El proyecto nos exigía evaluar cuán pura es el agua de montaña, cuántas toxinas tiene, si se puede usar para riego o si es agua potable”, introdujo.

El trabajo se puso en marcha en forma interdisciplinaria: “La evaluación la hacemos químicos analíticos de Cuyo y San Luis, junto con fisicoquímicos de Córdoba, más nosotros, diseñadores de materiales. Todo esto va al desarrollo de nuevos sensores que permiten saber ‘en campo’ si el agua se puede usar, si está contaminada o si los cultivos tienen toxinas, algo central para la región y para el cuidado de una reserva estratégica como el agua”.

Suena bien. Sin embargo, “el proyecto está frenado. No se firman los papeles y nadie sabe si va a haber continuidad”.

Mientras con otros proyectos el problema es que “no se entregan las partidas de subsidios, en este caso ocurre lo contrario”, contó el científico, y resumió “Tenemos la plata pero no podemos usarla”.

“El dinero para el proyecto lo recibimos justo antes del cambio de Gobierno. Lo primero que teníamos que hacer era comprar equipamiento, cosa que de inmediato no se pudo hacer por la burocracia habitual. Sin embargo, hoy no hay nadie que firme la autorización para esas compras. Hay un montón de equipos varados para grupos de alto nivel y originalidad cuya investigación innovadora está frenada. Hay mucha plata tirada”, protestó.

Soler Illia se refiere a trabas concretas para importar insumos y equipamiento a través del llamado formulario de Registro de Organismos y Entidades Científicas y Tecnológicas, o ROECyTEl 100% de los consultados para esta nota reclamaron tener problemas, en este sentido.

Como el viejo Ministerio de Ciencia quedó bajo la órbita de Jefatura de Gabinete, cada pedido de importación debería contar con la autorización de esa dependencia. En concreto, del Jefe de Gabinete Nicolás Posse. La estimación de los investigadores es que hasta mediados de abril había más de 500 trámites trabados.

Para los científicos, el ROECyT es clave, ya que les permite importar insumos y equipo sin pagar impuestos aduaneros. Consultados por este tema, desde la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología dijeron que (hasta el viernes pasado) se habían emitido 67 certificados (34 eran donaciones, que también precisan pasar por la vía ROECyT, y 30 eran compras). Reconocieron tener 345 expedientes pendientes de evaluación, por una “reorganización administrativa”.

Si bien, desde el Gobierno estimaron que la situación se regularizará a fines de mayo, Soller-Illia fue enfático: “Uno tenía el año planificado de cierta manera. No es que vengamos de un lecho de rosas, pero esta gestión empezó con el pie izquierdo. Otra vez, un Gobierno que pierde la oportunidad de aliarse a una comunidad que le podría dar muchas satisfacciones a la sociedad, generando conocimiento, empleo de calidad y patentes a empresas“.

2. Capacitación en el manejo de datos para el personal del Estado

Una de las dependencias de la facultad de Exactas de la UBA es el Instituto de Cálculo. Su vicedirector, el doctor en Física e investigador del Conicet Guillermo Solovey, explicó que en 2023 crearon una diplomatura dedicada al uso de datos en la gestión del Estado.

Guillermo Solovey, doctor en Física e investigador del Conicet.Guillermo Solovey, doctor en Física e investigador del Conicet.

“El objetivo de la diplomatura es que los trabajadores de la Administración Pública Nacional adquieran habilidades de alfabetización estadística, hoy tan esenciales como leer y escribir. No es solo enseñar a hacer cálculos, sino que la diplomatura se propone transmitir habilidades de interpretación, análisis crítico y toma de decisiones a partir de datos”, explicó..

Si bien aclaró que “a veces se sobrevaloran los datos (es común escuchar que ‘dato mata relato‘), el dato no va a matar a nadie y si no se interpreta, no dice mucho. Para hacerlo, se requieren algunas habilidades”. Si no las conoce, “es fácil confiar en datos engañosos o información sesgada”.

Solovey contó que para la diplomatura pusieron a “los mejores recursos del Instituto de Cálculo”. En 2023 lograron dictar dos cursos, en el marco del Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP). “Generaron tanto interés, que se nos propuso sumar dos cursos más y crear la diplomatura. Son cuatro cursos que se dictan a lo largo de 18 semanas”, compartió

Pero, aunque el curso tiene validez institucional y “la inscripción debía abrirse en febrero, para comenzar en abril, todo está paralizado. El Gobierno no designó al director del INAP, de modo que todo el circuito administrativo de firmas no avanza y la diplomatura naufraga.

“Lo curioso”, cerró Solovey, es que “el INAP, dependiente de la Secretaría de Transformación del Estado y Función Pública de la Jefatura de Gabinete, tiene entre sus objetivos el fortalecimiento de los recursos humanos. Esto incluye la implementación de políticas de capacitación de la Administración Pública Nacional.

3. Una vacuna superadora contra la tos convulsa

Cada día, Daniela Hozbor va al Instituto de Biotecnología y Biología Molecular de la facultad de Exactas de la Universidad Nacional de la Plata y trabaja en vacunas.

Daniela Hozbor, doctora en Ciencias Bioquímicas y experta en vacunas.Daniela Hozbor, doctora en Ciencias Bioquímicas y experta en vacunas.

Es doctora en Ciencias Bioquímicas, investigadora del Conicet y profesora de Vacunología en esa casa de estudios. Con su equipo, buscan comprender “una patología resurgente que afecta a toda la población, pero sobre todo a los chicos más chiquitos”. La causa la bacteria Bordetella pertussi y es tan contagiosa como nombres distintos tiene: pertusis, tos ferina, coqueluche o tos convulsa. Buscan crear una vacuna que supere las existentes.

“Por concurso tenemos dos subsidios de la Agencia (ahora dependiente de Jefatura de Gabinete) y nos van transfiriendo partidas. Desde fin de año estamos en rojo. Gastamos todo lo que teníamos y desde entonces no se ha transferido ninguna partida más”, contó.

Uno de los subsidios era por 4 millones de pesos. “Es poco”, definió Hozbor, tomando en cuenta que “la mayoría de los insumos son importados”. “Pero, bueno”, evaluó, “ahora es cero”.

¿Por qué se focalizaron en la tos convulsa? “Si bien existen vacunas y son buenas, la resurgencia de la patología marcó la necesidad de, en el mediano o largo plazo, superar las debilidades de las vacunas actuales”, resumió.

Por cierto, su investigación no está “en cero”: “Llegamos a un prototipo vacunal que caracterizamos en modelos en etapa preclínica. Funciona muy bien y mostró ser un buen inmunógeno que podría funcionar como adyuvante”. Es decir que “la partícula desarrollada podría incluirse en otras vacunas para potenciar la respuesta inmunológica”.

Hozbor se siente desmotivada: “El desfinanciamiento impacta directamente en la continuidad de estos proyectos y en la formación de recursos humanos. Sin embargo, estos conocimientos no solo sirven para generar un insumo sino también para mejorar distintas situaciones de salud pública. Humana y veterinaria”.

4. De papas, ratones y peces transgénicos

El único laboratorio argentino que diseña tanto ratones como peces transgénicos para investigación está en la esquina de Vuelta de Obligado y Monroe, en un edificio donde funcionan el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME) y el Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular (INGEBI).

Marcelo Rubinstein dirige el Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular.Marcelo Rubinstein dirige el Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular.

Marcelo Rubinstein (investigador del Conicet y profesor de la UBA) no solo dirige el segundo de estos institutos sino también el laboratorio que modifica genéticamente esos animales, luego aprovechados por científicos de todo el mundo, ya que la tecnología que produce es líder internacional.

En estos días, Rubinstein está angustiado. Le fue complejo puntualizar una sola investigación amenazada por la crisis del sector. Subrayó varias veces que ni el edificio en el que trabaja ni los institutos que ahí funcionan cuentan con los recursos mínimos para funcionar: “Hay que destacar que en este edificio histórico de Belgrano realizaron sus investigaciones los doctores Bernardo Houssay y Federico Leloir, dos premios Nobel que hicieron algunos de los descubrimientos más rutilantes del país”.

Destacó que “no están llegando desde la Agencia, fondos para el financiamiento de proyectos científicos. Están prácticamente paralizados”.

Aunque “el diseño y producción de ratones y peces genéticamente modificados se utiliza para investigaciones biomédicas (en enfermedades neurodegenerativas, obesidad, hipoacusia o cáncer, entre otros)”, lo más básico, como tener problemas para pagar la luz o que se le haya cortado el contrato al único técnico en redes digitales que tenía el INGEBI está imponiendo obstáculos en el día a día.

“Para que las investigaciones funcionen de manera competitiva y eficiente, es necesario que se mantengan los presupuestos históricos que permiten pagar servicios, comprar reactivos, alimentar a los animales y comprar kits de diagnóstico, por mencionar los básicos”, explicó.

Y no todo implica animales: “Después del gran desarrollo de la investigadora Raquel Chan con el trigo resistente a la sequía, el segundo gran desarrollo de biotecnología vegetal que está en fase comercial son las papas resistentes a virus desarrolladas en nuestro instituto por el laboratorio de Fernando Bravo Almonacid. Fue una colaboración con una empresa privada y es impresionante porque las semillas se están por exportar a Brasil y demostraron un rendimiento comercial”.

Aunque “esos proyectos deben seguir adelante porque se van sumando avances en la resistencia a otros patógenos, el déficit presupuestario genera problemas para cubrir lo más básico: desde pagar la luz hasta realizar las reparaciones cotidianas elementales. Las consecuencias del desfinanciamiento son muy graves”.

5. Monitoreo de glaciares, hielo y nieve

Hay quienes como Lucas Ruiz hacen investigación científica en montañas y glaciares. Buscan entender la dinámica y los cambios en la formación de nieve y hielo, datos que recaban para trabajos vinculados a un par de temas gigantes: el cambio climático y las consecuentes modificaciones en las costas por el alza del nivel del mar, un tema que tiene a la comunidad científica internacional en alerta.

Lucas Ruiz, doctor en Ciencias Geológicas, estudia la dinámica y los cambios en la formación de nieve y hielo.Lucas Ruiz, doctor en Ciencias Geológicas, estudia la dinámica y los cambios en la formación de nieve y hielo.

Doctor en Ciencias Geológicas e investigador del Conicet en el Instituto Argentino de Nivología Glaciología y Ciencias Ambientales, de Mendoza, a Ruiz también le costó cumplir la consigna de Clarín. Los problemas, al ser dificultades para concretar los monitoreos que suelen hacer, superan la idea de “un proyecto”.

Su trabajo busca comprender la dinámica de las reservas de agua, desde un enfoque complementario al de Soler-Illia: “En Patagonia, el tema de la sequía no es tan importante como en Cuyo, pero si hay más deshielo por retroceso de los glaciares, aumenta el caudal de los ríos y se generan otros problemas. Son zonas con mucho turismo y las montañas y laderas dejan de ser seguras”.

Ahora bien, “desde diciembre, no hay presupuesto para monitorear los glaciares, algo que se hace en el marco de la Ley de Glaciares. Están interrumpidas series de mediciones cruciales para conocer el estado de esas masas de hielo. En este caso, no nos llegan los fondos del ex Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible”.

En síntesis, resumió: “No podemos ir a los glaciares porque no hay plata para combustible y viáticos”.

Aunque Ruiz se quejó también de otros déficits nada menores (no tienen quien limpie los laboratorios ni personal de soporte de redes y computadoras), compartió otro importante monitoreo con el que no están pudiendo cumplir: “Desde diciembre está frenado el convenio entre ENARSA y el Conicet en el que participábamos como parte del Plan de Gestión Ambiental de las Represas. Hay un montón de monitoreos frenados. Entre ellos, el del Glaciar Perito Moreno”.

Otros proyectos frenados por falta de fondos

Sylvia Fischer, investigadora especializada en mosquitos, del Instituto de Ecología, Genética y Evolución de Buenos Aires (IEGEBA-Exactas-UBA-Conicet), contó: “Nuestro grupo de investigación mantuvo por dos años un convenio con (la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo) ACUMAR, para hacer actividades de capacitación en mosquitos, tanto en escuelas como en distintos ámbitos de la gestión, además de evaluar factores ambientales asociados a altas abundancias de mosquitos y elaborar estrategias de prevención y diagnósticos ambientales asociados a la salud”.

Para ir al grano, explicó que “nunca se pagó la segunda etapa del proyecto. Quedó desfinanciado, no se hicieron las actividades y las personas contratadas -que habían sido capacitadas especialmente- tuvieron que ser desvinculadas”.

Fischer tampoco está recibiendo partidas de los PICT, “financiados con préstamos del BID, cuyo otorgamiento se da tras un proceso de evaluación muy estricto”. Aunque es usual que los investigadores adelanten dinero de su bolsillo para gastos corrientes, Fischer contó que, por esas partidas demoradas, “a partir de enero, no hubo más reintegros”.

Asegura que lleva adelantados de su bolsillo un millón de pesos con los que compró “un freezer, insumos menores del proyecto y el viaje de campaña de una becaria para recolectar muestras”.

Diego Golombek es famoso por estudiar la calidad del sueño de los argentinos. Es doctor en Ciencias Biológicas e investigador del Conicet, especialista en cronobiología y salud humana. Calificó de “desesperante” la situación de incertidumbre, en especial para los becarios: “Pensaban que arrancarían a cobrar en marzo-abril, pero se acaban de enterar de que hasta agosto no van a ver un peso“.

“Se nos adjudicó un programa del Ministerio de Salud (‘Salud investiga’), en el cual empezamos a trabajar en noviembre. Hay cinco becarios que deberían recibir un monto mínimo. Es más un incentivo que otra cosa. Estamos trabajando en el proyecto. Se nos iba a pagar una primera cuota en marzo, pero no se pagó y no sabemos qué va a pasar (N. de la R.: se abonó cerrada esta nota, a fines de abril). Mucho menos, si se va a actualizar el monto por inflación”, describió.

Diego Rayes, doctor en Bioquímica del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Bahía Blanca-Conicet, completó esta radiografía de la ciencia argentina. Contó que su trabajo diario está completamente desfinanciado por los subsidios devaluados, lo que impacta en sus dos líneas de investigación.

Una es “la identificación de mecanismos moleculares y circuitos neuronales que median la coordinación nerviosa de la respuesta a estresantes”. La otra persigue “el establecimiento de modelos para estudiar, de manera sencilla, bases moleculares de enfermedades neurodegenerativas y del neurodesarrollo. Y, así, evaluar posibles estrategias terapéuticas”.

PS

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Resolvieron el misterio de la mayor explosión de todos los tiempos en el espacio

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  • Fue una explosión de rayos gamma que produjo un brillo nunca antes visto.

En octubre de 2022, un equipo internacional de investigadores observó el estallido de rayos gamma (GRB) más brillante jamás registrado, GRB 221009A.

Ahora, un equipo liderado por la Universidad de Northwestern ha confirmado con el telescopio espacial James Webb (JWST) que el fenómeno responsable del histórico estallido, denominado BOAT (brightest of all time) es el colapso y posterior explosión de una estrella masiva.

Fue una explosión de rayos gamma que produjo un brillo nunca antes visto (EFE - ESO).Fue una explosión de rayos gamma que produjo un brillo nunca antes visto (EFE – ESO).

Si bien este descubrimiento resuelve un misterio, otro misterio se profundiza. Los investigadores especularon que dentro de la supernova recién descubierta podría haber evidencia de elementos pesados, como platino y oro. La extensa búsqueda, sin embargo, no encontró la firma que acompaña a dichos elementos. El origen de los elementos pesados en el universo sigue siendo una de las mayores cuestiones abiertas de la astronomía. La investigación se publica en la revista Nature Astronomy.

“Cuando confirmamos que el GRB fue generado por el colapso de una estrella masiva, eso nos dio la oportunidad de probar una hipótesis sobre cómo se forman algunos de los elementos más pesados del universo”, dijo Peter Blanchard de Northwestern, quien dirigió el estudio.

“No vimos firmas de estos elementos pesados, lo que sugiere que los GRB extremadamente energéticos como el BOAT no producen estos elementos. Eso no significa que todos los GRB no los produzcan, pero es una pieza de información clave a medida que continuamos entendiendo de dónde provienen estos elementos pesados. Las observaciones futuras con Webb determinarán si los primos ‘normales’ del BOAT producen estos elementos”.

El 9 de octubre de 2022 se iluminó el universo

Cuando su luz cubrió la Tierra el 9 de octubre de 2022, BOAT era tan brillante que saturó la mayoría de los detectores de rayos gamma del mundo. La potente explosión se produjo a unos 2.400 millones de años luz de la Tierra, en dirección a la constelación de Sagitario, y duró unos cientos de segundos. Mientras los astrónomos se apresuraban a observar el origen de este fenómeno increíblemente brillante, inmediatamente se sintieron asombrados.

“El evento produjo algunos de los fotones de mayor energía jamás registrados por satélites diseñados para detectar rayos gamma”, dijo Blanchard. “Este fue un evento que la Tierra ve sólo una vez cada 10.000 años. Tenemos la suerte de vivir en una época en la que poseemos la tecnología para detectar estas explosiones que ocurren en todo el universo. Es muy emocionante observar un fenómeno astronómico tan raro como el BOAT y trabajar para comprender la física detrás de este evento excepcional”.

Un estallido de rayos gamma similar al Big Bang (Reuters - NASA).Un estallido de rayos gamma similar al Big Bang (Reuters – NASA).

“El GRB era tan brillante que oscureció cualquier firma potencial de supernova en las primeras semanas y meses después de la explosión”, dijo Blanchard. “En esos momentos, el llamado resplandor del GRB era como los faros de un automóvil que se acercan directamente a ti, impidiendo que veas el automóvil en sí. Por lo tanto, tuvimos que esperar a que se desvaneciera significativamente para darnos la oportunidad de ver la supernova”.

Europa Press

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